Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; lo comenté la semana pasada; el desplante de López por desaparecer cualquier vestigio republicano y democrático de nuestra estructura constitucional, para imponer la visión de un solo hombre. La de López. Si bien no tenía cabida en este momento para producir reformas Constitucionales, por no tener las mayorías requeridas en ambas cámaras, si era una llamada de atención para Sheinbaum.
Que con tal posición, la de eliminar la Corte como la conocemos y todos los órganos autónomos, obligaría a Sheinbaum a pronunciarse a favor, como efectivamente lo hizo, por su desaparición, dejando a un lado el mensaje de moderación que delineaba, para cautivar y no asustar a las clases medias, como en el pasado lo hiciera López, pero que ahora y ante el riesgo que se corre de perder las elecciones, López exige definiciones puntuales a los “cambios” que propone, sin que se les quite ni una como- como es su costumbre – y menos percibir por parte de Sheinbaum signos de debilidad o peor aún de traición, de manera que actuando como auténtica correa de transmisión Shienbaum se corre nuevamente a la izquierda y se radicaliza, para estar a tono con su amo, pues no puede haber moderación, cuando lo que se busca es imponer un totalitarismo o peor aún una dictadura. Así sin eufemismos y falsas apreciaciones, como la comentocracia trata de explicar los abusos de poder de López, a los que acusan, como si acabar con los equilibrios del poder, solo fueran simples incomodidades y ocurrencias y no como lo son, el fin último de una estrategia para imponerse y detentar el poder per se.
No en balde el discurso depredador, se basa en el alto costo del aparato neoliberal, que no tiene ningún beneficio para el pueblo, porque fue creado para proteger los intereses de unos cuantos. Así entonces seguir sosteniendo dicho aparato es una traición al pueblo que genera desigualdad y pobreza.
De manera que en lugar de que Sheinbaum “pierda tiempo” en convencer a los aspiracionistas de clase media, afiance su presencia en la base popular – que es mayoría a decir de ellos – y que, endulzando el oído de estos, les recuerde que sus enemigos son todos aquellos, que con apariencia de mantener equilibrios, lo único que quieren es seguir explotándolos.
López a lo largo de su desgobierno siempre usa muletillas que le funcionan muy bien, sobre todo porque no usa lenguajes rebuscados y dice lo que muchos quieren escuchar.
Tal es el caso de la corrupción como excusa para cancelar el aeropuerto en Texcoco o para desaparecer el Seguro Popular o las estancias infantiles o las escuelas de tiempo completo o las compras consolidadas de medicamentos o la construcción de sus elefantes blancos o la de combatir los “altos sueldos” de los miembros del Poder Judicial. Bajo este pretexto de la corrupción, los militares están hasta en la sopa. Pues lo mismo construyen aeropuertos y trenes, que mal distribuyen medicamentos, que administran aduanas y aeropuertos y una línea aérea, mexicana, entre muchas otras funciones.
Así entonces, que López busque desaparecer la Corte y las instituciones autónomas no es de ninguna manera una ocurrencia. Si no más bien un muy acabado plan para quedarse con el poder. De ganar la presidencia y el congreso como es su deseo.
Las grandes mentiras, que endulza los oídos del resentimiento social, es la corrupción, los altos sueldos y que todas las instituciones creadas no sirven para nada a los intereses del pueblo. Y dichas mentiras y muletillas las repite hasta el cansancio, lo extraño es que la comentocracia se la pase dando explicaciones y tratando de convencer a López sobre la importancia que tienen las instituciones democráticas y autónomas, cuando lo que deberían hacer es desenmascarar el avieso deseo de tiranía que se cierne sobre la República y que se niegan en reconocer, aduciendo que López no es Maduro ni mucho menos Daniel Ortega y que por ningún motivo México se va a convertir en un Venezuela o Nicaragua.
Y mi pregunta es, para toda es opinocracia de cuello blanco, estimado amigo.
¿Y como se define un gobernante como López, que no quiere la división de poderes, ni instituciones autónomas y mucho menos quiere rendir cuentas?
Entre paréntesis; lo dicho, el proceso electoral venidero, no se trata de escoger entre una mujer buena y una mala, entre el mal menor y uno mayor; entre quien da más beneficios y quien los quiera reducir; sino todo lo contrario. La contienda presidencial y legislativa conlleva sin lugar a dudas dos proyectos de nación que se confrontan abiertamente.
El oficialista, representa la continuidad para concluir con los objetivos trazados, que no es otra cosa que dinamitar la República federalista democrática, sustentada en la división de poderes y sustituirla por una presidencia autocrática totalitaria centralista, sin contrapesos y con visión unipersonal. Donde la confrontación y polarización sea la base de una sociedad fragmentada para beneficio de quien detenta el poder.
En tanto que el otro proyecto, es por contra, fortalecer el federalismo, la división de poderes, la rendición de cuentas y la democracia, como mecanismo incluyente para alcanzar las metas de desarrollo para toda la sociedad.
Donde la educación, tecnología y la ciencia sean la base de superación para sacar de la pobreza a millones de compatriotas que hoy carecen de oportunidades.
Donde el empleo de calidad supere los niveles de marginación.
En una palabra. Por primera vez en la historia de nuestra nación, nos enfrentamos a la disyuntiva de decidir sobre dos proyectos antagónicos de nación, de manera que si nos equivocamos el deterioro y retraso será brutal.
Donde la demagogia y el contubernio juegan un papel preponderante y es que en la hora de la nación, las traiciones están a la orden del día y más cuando esconden las más obscuras ambiciones de quienes un día se dijeron demócratas y republicanos y hoy se muestran como vulgares comparsas de un proyecto depredador de nación, no producto de la revolución, sino de la mirada excluyente y dictatorial de un solo hombre, que con ambición desmedida quiere apropiarse de la historia y el poder para su beneficio y la de su claque. De ese tamaño el reto y las consecuencias.
Lo que está en juego. Por si no se ha entendido es el futuro de una nación unida por fines y objetivos comunes.
Una nación de ciudadanos libres y soberanos y no la de una nación de sumisos y obedientes.
PD menudo trío de personajes. Murat, Ávila, y Ruvalcaba en verdad representan algo importante. La verdad no. Son monos de organillero. Pero que se le va a ser. Cada quien escoge lo que quiere.
Y los presentan como tales.
Monos de organillero. Vergonzoso.
PD2 una masacre cada 18 horas en nuestra adolorida y atormentada nación, según Causa en Común.
Y deberás quieren más de lo mismo.
Abrazos y no balazos 2.0
El sexenio terminará con 215 mil homicidios y más de 45 mil desaparecidos.
Por cierto, los homicidios son rasurados por los gobiernos de morena igual que lo hacen con los desaparecidos.
De un plumazo rasuraron más del 85%.
Que crimínales!!!
Nota. Feliz Navidad y Año Nuevo.
Nos vemos después del quince de enero.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político