La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Es mediterráneo y le quiere enseñar a robalear al peje
Pasan los días y cada vez hay más señales de que, el senador Ricardo Monreal, está apestado en la 4T, no lo quieren, tiene el estigma de traidor y eso, es para siempre.
Pragmático, hábil negociador, conocedor de los recovecos legislativos, político todoterreno pues, el zacatecano no es de los que se conforma con lo que le ofrecen y cuando no recibe lo que él cree merecer, quema sus naves, ora en el PRI, ora en el PRD ¿ora en MORENA?
Está claro que, don Ricardo, no será el candidato presidencial de AMLO en 2024, de la misma forma en que no lo dejó llegar a la jefatura de Gobierno de la CDMX en 2018, entonces ¿qué es lo que busca del tabasqueño?
No se requiere ser un genio para entender que (por ahora), el partido con la mejor proyección para ganar la próxima contienda presidencial (y gubernaturas, alcaldías, etc.), es el Movimiento de Regeneración Nacional.
Por lo tanto, en el fondo, Monreal podría estar estirando la liga, en el entendido de obtener otra posición, por ejemplo, la CDMX, lo cual no es nada despreciable, pero, conociéndolo ¿querrá el o la futura presidenta tener ‘fuego amigo’ a unos metros del Palacio Nacional?
Todo esto es una hipótesis, lo cierto, es que los monrealistas del círculo más estrecho, están sufriendo en carne propia las desventuras de su líder, cosa de preguntarle a José Manuel del Río Virgen y Sandra Cuevas.
Con buen olfato, el senador entiende los mensajes y afirma: “me pueden doblar, pero no me van a hincar”. Bueno, al menos podrá presumir que se fue al ostracismo por su propio pie.