La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Suponer que la investidura es unitalla es corrupción hecha a la medida
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, ha tomado como tarea personal, apalear mediáticamente al gobernador Cuitláhuac García, con el objetivo de que se abrogue, en Veracruz, el delito de ‘ultrajes a la autoridad’.
Aunque la figura ya existía, diputados de MORENA (y aplaudidores) aprobaron, en marzo pasado, que la penalidad aumentara de dos a siete años, lo que permite dictar prisión preventiva, situación que ha sido utilizada para encarcelar ciudadanos sin ton ni son.
La intervención del legislador se debió al encarcelamiento de seis jóvenes detenidos en Xalapa, los cuales fueron acusados de ‘ultrajar’ a un grupo de finísimos genízaros, cuando en realidad se trató de un abuso policíaco, mismos que son cotidianos.
La presión del zacatecano, que incluso visitó a los agraviados en el penal de Pacho Viejo, motivó que un juez federal les otorgara un amparo, aun así, so pretexto de las vacaciones, intentaron prolongar la injusta sanción, no obstante, al final Cui y sus cortesanos cedieron.
La reacción del mandatario, como es costumbre, fue un despropósito al grado de acusar a Monreal de ‘defender criminales’, desde luego, con elegancia discursiva, el senador le puso un proverbial tapón de boca al ‘góber sabadaba’.
El siguiente paso del colmilludo político, consistió en solicitar a los diputados locales que deroguen el citado tipo penal, a lo que se suman barras de abogados estatales, en virtud de que es atentatorio contra los Derechos Humanos.
Sabedores de los talentos de los unos y del otro, el resultado es predecible, se impondrá el aspirante presidencial. Como dicen en el llano: los va a madrear…y con una sola mano.