* Mientras en San Lázaro, los diputados de Morena votaron a favor de la iniciativa del Partido Verde para legalizar la Cobranza Delegada, mediante la cual los empresarios podrían cobrarse a lo chino los adeudos de créditos con descuentos directos al salario de la clase trabajadora, violando las garantías constitucionales y la Ley Federal del Trabajo, Andrés Manuel López Obrador anunció que de ser ratificada en el Senado, vetará la abominación, exhibiendo la falta de compromiso de los legisladores de su partido con los más pobres del país
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra
Mientras los impulsores de la abominación contra la golpeada clase trabajadora del país ya se frotaban las manos por las jugosas comisiones que recibirían de banqueros y otros empresarios que encontraron la fórmula exacta para que nadie se les fuera sin pagar sus deudas, el anunció de veto a la así bautizada como Cobranza Delegada, por parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó mal parados a los legisladores de Morena que de forma artera e irresponsable votaron a favor de esta iniciativa impulsada por su aliado, el Partido Verde Ecologista y que pretendía meterse con el salario para cobrarse a lo chino.
El costo social era enorme pero el costo político para el partido mayoritario apuntaba a ser desastroso. Imagínese usted que si un trabajador como millones que en la pandemia se quedaron sin trabajo, apenas y tiene para irla pasando al volverse a contratar, empresas como Elektra del multimillonario Ricardo Salinas Pliego, iban a poder solicitar a su patrón que quincena por quincena le descontara para pagar la deuda con estos consorcios, no importando si su familia se queda sin comer.
La absurda aprobación por un partido que se dice de izquierda, por cierto, no tuvo resistencia alguna desde el senado donde se concibió el engendro impulsado por nuevos líderes charros como el nefasto Pedro Haces, líder de la CATEM y gente cercana al primer círculo del hoy disidente, Ricardo Monreal.
Solo unas cuantas voces morenista subieron a la tribuna de San Lázaro a advertir del “acuchillamiento” que se preparaba contra la clase trabajadora. Como si los poderosos hombres del capital fueran a quebrar porque un obrero les adeuda una plancha o una lavadora que les es vendida en abonos y de manera usurera al inflar hasta en 500% su valor real.
La ignorancia de los legisladores de Morena en el tema que aprobaron, es verdaderamente preocupante porque además se pasaron por el arco del triunfo lo dispuesto en la Ley Federal del Trabajo que establece la prohibición absoluta a meterse con el salario del trabajador. Vamos, en ninguna parte del mundo se ha concebido tal atentado al fruto del trabajo, que además representa una flagrante violación a las garantías constitucionales.
El que López Obrador haya tenido que salir a enderezarles la plana a sus legisladores y sus partidos aliados de Morena, es un punto de quiebre entre lo que se dice y que realmente se hace en Morena: ¿Primero los pobres, señor Mario Delgado? ¿Qué dicen ahora los coordinadores de Morena en San Lázaro y en el Senado?
Mientras el presidente eleva los mínimos que, por cierto, son pulverizados por los gasolinazos y la inflación, sus legisladores ponen los salarios de los trabajadores a los voraces empresarios en charola de plata. ¡Bonita cosa¡
Los responsables de impulsar tal barbaridad deben ser exhibidos ante sus electores que les otorgaron su voto para que defendiera sus intereses no para que los traicionaran de manera vil y artera, como lo hicieron.
El daño a la economía popular era tan monstruoso que hasta los panistas siempre afectos a proteger los intereses del capital, terminaron votando en contra, lo mismo que los priístas, que ni en sus mejores tiempos de mayoriteos se atrevieron a tanto.
Es cierto hubo algunos diputados morenistas que se opusieron de manera tajante a votar por tal mecanismo de expoliación a la clase trabajadora, pero la mayoría voto por la afirmativa, mostrando que en reiteradas ocasiones no saben ni siquiera los alcances de lo que aprueban.
Lo más grave para los ingenuos “levantadedos” es que a ellos, los verdaderos impulsores de esta aberración jurídica, no les iban a compartir de la millonaria comisión por colocar en la picota a millones de asalariados.
Que esto les sirva de lección y para la próxima se enteren sobre los orígenes y autores de iniciativas contrarias a los intereses de las clases populares que creen ciegamente en su partido. Una traición a mansalva así, sencillamente no se vale.