Ricardo Del Muro / Austral
Las campañas políticas en Chiapas, uno de los principales bastiones morenistas, iniciaron este martes 30 de abril en medio de una situación de violencia y conflictos municipales, vislumbrándose que, pese a ganar la gubernatura con Eduardo Ramírez, Morena y sus aliados pierdan Tuxtla Gutiérrez, la capital chiapaneca y otras importantes ciudades chiapanecas como San Cristóbal, Comitán y Ocosingo, además de que hay 12 municipios en donde no existen condiciones mínimas de seguridad para realizar elecciones.
En un intento para evitar la pérdida de Tuxtla Gutiérrez, Ramírez Aguilar nombró a Aquiles Espinosa García como coordinador de su campaña, para reforzar de esta manera la débil candidatura de Ángel Torres Culebro, un exfuncionario del gobierno estatal, identificado con el grupo Tabasco y prácticamente desconocido para los tuxtlecos.
Se trata de una operación de emergencia para sanar heridas entre los grupos morenistas que apoyaban la candidatura de Espinosa García, quien prometía continuar el programa de modernización de la capital tuxtleca iniciado por el alcalde Carlos Morales Vázquez.
Sin embargo, al conocerse la noticia de que el elegido había sido Torres Culebro, de inmediato se fortaleció la candidatura de Francisco Rojas Toledo, abanderado de la coalición Fuerza y Corazón por Tuxtla Gutiérrez, a pesar de no estar respaldada por una gran campaña propagandística.
Rojas Toledo, acompañado de Marko Cortés, presidente del partido Acción Nacional (PAN), arrancó su campaña en el reloj floral, un lugar emblemático de Tuxtla Gutiérrez, debido a que hace unos meses fue el centro de las movilizaciones de la sociedad Tuxtla para detener el proyecto de un puente elevado que intentó realizar Torres Culebro cuando era secretario de Obras Públicas del gobierno estatal.
Tal vez ha sido el mayor evento que ha realizado la débil coalición opositora en Chiapas. Paco Rojas, como es conocido por los tuxtlecos, estuvo acompañado por Marko Cortés, presidente del partido Acción Nacional (PAN); Olga Luz Espinoza, aspirante a la gubernatura por la coalición opositora, además de los dirigentes estatales del PAN, Carlos Palomeque, y del PRI, Rubén Zuart.
“Quiero gobernar con la sociedad, menos gobierno y más sociedad. Todas las voces serán escuchadas. Hoy amigos, tenemos la oportunidad de defender nuestra ciudad de personas que no pertenecen a Tuxtla. No permitiremos que gente ajena a este lugar venga a quitarnos”, afirmó Rojas.
En su mensaje habló de los últimos alcaldes que han decidido irse de la capital chiapaneca después de terminar sus administraciones, y los comparó con los empresarios y profesionistas que siguen dando la cara a la sociedad tuxtleca: Enoc Araujo, Victoria Rincón, Valdemar Rojas y él, quien también fue alcalde.
En efecto, durante los años de la hegemonía del PRI en la entidad, los ciudadanos de Tuxtla Gutiérrez lograron elegir a un candidato del Partido Acción Nacional (PAN), el doctor Valdemar Rojas como alcalde (1976 – 1979); posteriormente, Tuxtla se convirtió en un bastión panista, entre 1995 y 2004, donde se sucedieron en el cargo Enoc Araujo Sánchez, Francisco Rojas Toledo y Victoria Rincón Carrillo.
Sin embargo, en 2004 el PRD logró ganar la capital chiapaneca llevando como candidato a Juan Sabines Guerrero, quien desde allí logró avanzar hacia el gobierno estatal, mientras que en la alcaldía tuxtleca se sucedieron las administraciones perredistas de Rosario Pariente y Jaime Valls Esponda, entre 2006 y 2010.
Posteriormente, vino una sucesión de alcaldes, algunos que sólo gobernaron un año, donde se alternaron Flor de María Coello del PVEM y Yassir Vázquez de la alianza PRD – Convergencia (2010); Felipe Granda del PAN (2012); Samuel Toledo del PRI (2012 – 2015); Fernando Cal y Mayor del PVEM (2015 – 2018) y Carlos Molano.
En las elecciones de 2018, a semejanza del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial, Morena ganó la gubernatura, la mayoría del Congreso y de los ayuntamientos, incluyendo el de Tuxtla Gutiérrez.
Sin embargo, el alcalde Morenista, Carlos Morales Vázquez, al asumir el cargo, se encontró con que el municipio estaba en quiebra y no había dinero para pagar los salarios de los empleados del ayuntamiento, menos para saldar las deudas con proveedores y ni un quinto para realizar obras.
En consecuencia, Morales Vázquez estableció una política de saneamiento financiero y estricto control entre gastos e ingresos, que permitió pagar deudas acumuladas y heredadas de administraciones anteriores, las que sumadas entre SMAPA y el Ayuntamiento alcanzaron una cifra de aproximadamente 2 mil 500 millones de pesos, entre deudas registradas y no registradas.
De cara a las elecciones de este año, Aquiles Espinosa García se registró como precandidato de Morena para continuar la obra iniciada por Morales Vázquez y así lo señaló, al advertir que como tuxtleco, consideraba que el mayor peligro es que regresen los gobiernos frívolos, deshonestos y sin compromiso con los ciudadanos que dejaron al municipio en bancarrota.
Pero los morenistas optaron por designar a Ángel Torres Culebro para ser candidato a la presidencia municipal y ahora, no les queda más remedio que atenerse a las consecuencias. RDM