MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Por qué Rafael Moreno Valle Rosas no estuvo, hace unos días, en el cónclave de aspirantes panistas a la Presidencia de la República?
Vaya, en ese encuentro celebrado con carácter privado llegó hasta Luis Ernesto Derbez, rector de la Universidad de Las Américas, con sede en la capital poblana, canciller que fue en la administración foxista y que hoy se dice convencido de que es la mejor opción del Partido Acción Nacional para contender por el máximo cargo de elección popular del país, el año entrante.
¿Qué ocurrió con Moreno Valle Rosas? Sólo él sabe sus motivos, pero es evidente que no quiso participar en un encuentro del que no habría salido bien librado, en esto de la adelantada precampaña por la nominación albiazul, porque si en efecto Ricardo Anaya Cortés ha utilizado los tiempos oficiales en televisión para promoverse, él no se queda atrás.
Pero, la pregunta que procedería en esa cruzada de los contendientes domésticos albiazules, es de dónde la fuente de vastos recursos para pagar promocionales en publicidad abierta y cerrada en medios electrónicos y espectaculares en varias ciudades del interior del país, amén de ese despliegue para promover su “libro” en el que presume contar con la experiencia y capacidades para ser Presidente de México.
Rafael Moreno Valle Rosas apostó, desde el momento en que rindió protesta como gobernador del estado de Puebla, a utilizar el cargo y los recursos económicos a su disposición, para impulsar temprana y adelantadamente su figura como presidenciable. Y en esa tarea, de acuerdo con la información disponible, endeudó al gobierno poblano con las participaciones federales destinadas al pago de salarios de los empleados públicos, mediante un acuerdo con una empresa especializada en esos menesteres que implican bursatilizar dichos fondos a plazos de aparente margen de manejo. En fin.
Por supuesto, la oposición priista y no tricolor cuestionó ese adelantado activismo que incluyó supuestas entrevistas en portales de medio pelo e incluso de evidente creación a modo para sustentar la promoción de quien se autodenomina el mejor gobernador que ha tenido Puebla.
¿Alguien creyó esa patraña y se tragó el anzuelo de que no había ningún fundamento para considerar que el entonces gobernador del estado de Puebla andaba en campaña? ¿Quién admite el argumento de que no hay campaña adelantada con esas entrevistas en radio y televisión y las insertas en portales?
Bueno, en el ámbito jurisdiccional electoral hubo quien desdeñó las denuncias y pretendió poner a salvo a Rafael Moreno Valle. Pero…
Resulta que la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó a la Sala Regional Especializada emitir una nueva resolución en el caso del ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y determinar si hubo infracciones a la normativa electoral, a partir de una entrevista en la revista Líderes mexicanos y de la publicidad relativa a la misma, en diversos medios de difusión.
¿Qué ocurrió? Porque, mire usted, por unanimidad los magistrados electorales determinaron que la sala regional deberá pronunciarse sobre los aspectos omitidos y que incluye, entre otros, la valoración del material probatorio, particularmente los promocionales de radio y televisión alusivos a la entrevista con el ex gobernador.
Pero igualmente ordenó a dicha sala realizar los requerimientos y diligencias necesarias para aclarar los términos y condiciones de la contratación de esa publicidad.
En pocas palabras, la autoridad jurisdicción busca determinar si la difusión sistemática de esos materiales, a la luz de las normas electorales aplicables, constituyó una contratación o adquisición de propaganda o de tiempos en radio y televisión, dirigida a influir en las preferencias electorales de la ciudadanía.
En consecuencia, conforme con lo dispuesto por el Tribunal Electoral, se deberá resolver acerca de la responsabilidad de los sujetos denunciados e imponer las sanciones que en derecho correspondan.
La advertencia es clara porque la sala especializada no puede sostener la inexistencia de las faltas imputadas a los sujetos denunciados, sin haber realizado una valoración de los medios de prueba y sin tomar en cuenta la normativa constitucional aplicable.
La autoridad de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación consideró que, en este caso que atañe directamente al activismo de Moreno Valle, se incurrió en una incongruencia omisiva, la cual constituye una razón suficiente para revocar la sentencia reclamada.
¿Quién o quiénes incurrieron en esa incongruencia omisiva? Retomo un párrafo de la información de mi colega de Ovaciones, Paty Ramírez:
“El hecho es que se vulneró el principio de congruencia de las resoluciones judiciales, al no valorar los promocionales y soslayar que la propaganda comercial contratada puede traducirse en una violación a las prohibiciones constitucionales sobre contratar o adquirir propaganda dirigida a influir en las preferencias electorales, considerando, por ejemplo, que los promocionales demandados se refieren a Moreno Valle como “el nuevo presidenciable””. ¿Un engañabobos acelerado por el baterista de Timbiriche? Conste.
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