Yo Campesino / ¿Pruebas?
- Muchas muestras de que la 4T institucionalizó la impunidad para criminales
Miguel A. Rocha Valencia
Ante el asunto “viejo” de que con el señor Adán Augusto López como gobernador, se empoderó la delincuencia organizada en Tabasco y que su encargado de Seguridad Pública era al mismo tiempo el jefe de la banda criminal “La Barredora”, la president(a) volvió con el demagógico discurso de “no protegemos a nadie”, “no habrá impunidad” y como de costumbre pidió pruebas, cuando ella desde el púlpito palaciego condena a quien se le da la gana sin fundamentos.
Es un esquema ya acartonado como cuando llama al patrioterismo y la autonomía mal entendida en un mundo globalizado como último recurso ante acusaciones y reclamos que le llegan del otro lado de la frontera especialmente en materia de seguridad y que por lo general, rechaza siempre con el argumento de que en su gobierno no hay impunidad.
Pero al igual que el mandato de su hacedor, continúa con la línea de no tocar, justificar o cubrir de impunidad a los leales cuatroteros porque para ella como para el profeta, son impolutos y candidatos a la beatificación por aclamación del pueblo sabio, bueno y agradecido.
Seguramente el segmento de agradecidos aumentará con las anunciadas becas para las personas de 60 a 64 años con lo cual garantiza un mayor número de adeptos a las dádivas y con ello asegura mayor cantidad de votos “convencidos” de que la mejor opción para gobernar el 4T porque reparte dinero gratis.
El caso es que fue el mismo gobernador de Tabasco en funciones, el morenista Javier May Rodríguez quien acusó a su antecesor, Adán Augusto López de encubrir a Hernán Bermúdez Requena su exsecretario de seguridad pública.
A poco más de un mes de esa acusación, se libró orden de aprehensión contra el también líder de “La Barredora”, hecho que se mantuvo en secreto y que hoy se conoce gracias a que lo dio a conocer el general jefe de la zona militar con base en Villahermosa, Miguel Ángel López.
Es decir, no fue la autoridad ministerial o policiaca la que reveló el hecho sino los militares que no están a cargo de la investigación ni de la persecución del delito, por lo cual, insisto, sería interesante saber quien instruyó al general Miguel Ángel López para dar a conocer el hecho donde incluso existía ficha roja para buscar en otros países al comandante H.
Pero se siguen pidiendo pruebas de la presunta complicidad del senador Adán Augusto López con su subalterno e incluso hay quienes desean hacer una similitud con el caso de Genaro García Luna y Felipe Calderón, pero no hay parangón si partimos del hecho de que en pueblo chico, aunque no quieran enterarse, todos saben lo que sucede y en Tabasco el tema era vox populi.
Total una raya más al tigre y seguramente en Estados Unidos toman nota de esto o ya lo sabían y al igual que en casos de otros gobernadores o personajes destacados de Morena, les tienen abierto su expediente y les llevan sus cuentecitas aunque se por dichos de los delincuentazos que ya tienen en su poder, con cuyas declaraciones tendrían que encarcelar a por lo menos una veintena de funcionarios de primer nivel incluyendo entorchados de las fuerzas armadas.
Eso lo saben en palacio, pero prefieren enfrentarse a represalias proveniente del norte antes que actuar contra algunos de sus distinguidos integrantes simplemente porque como en todo grupo criminal que se precie de serlo, todos son cómplices, como ya lo hemos comentado.
Por eso más allá del agradecimiento popular que sirve para mantener ratings del 80 por ciento de aceptación, el pueblo, ese que tanto mencionan en las mañaneras sabe que en los temas del crimen organizado metido en la extorsión, cobro de piso, tráfico de personas, drogas y armas, hay complicidades al más alto nivel simplemente porque los delincuentes de cuello blanco de hoy son evidentes y en las benditas redes sociales se les exhibe casi todos los días, eso sí, con pruebas y no dichos.
Ahí están los casos de Esquer, los López, los Bartlett, Sandoval, entre otros que le entran a la repartición de canonjías, abuso del poder y desde luego a los contratos arreglados, las concesiones y al dinero negro. La lista crece, pero piden pruebas de lo evidente.