Fuera de todo
Denise Díaz Ricárdez
La producción de alimentos es uno de los pendientes permanentes por su alto impacto social y económico en México, con una población aproximada de 130 millones de habitantes.
Son muchos los factores que intervienen en el sector agropecuario, desde infraestructura, oferta, demanda, importaciones, exportaciones, comercialización, transportes por citar algunos a la par de aspectos climáticos esenciales: agua en presas, lluvias y temperaturas.
La producción agropecuaria y pesquera en los años 2023 y 2024 registró una leve disminución el último año: de 299 millones de toneladas a 293 millones (1.9 por ciento menos de acuerdo con datos del gobierno federal), debido fundamentalmente a la sequía registrada.
Si se recuerda vaya que hizo calor y eso afectó tanto a la agricultura, a la ganadería y a la pesca, fundamentales en el consumo interno y las exportaciones.
La principales importaciones en materia alimenticia fueron maíz, frijol, azúcar, trigo, caco, arroz soya, carne de cerdo y lácteos en 2024. Además maíz amarillo para la ganadería.
Y las entidades que más aportan productos agropecuarios y pesqueros son del uno al quinto lugares: Jalisco, Michoacán, Veracruz, Chihuahua y Sinaloa y Sonora (empatados).
Mucho por caminar en estas materias y recordar que las entidades del sureste tienen un enorme potencial pendiente en la producción de alimentos, con base en buenos programas gubernamentales incluida la armonía entre producción y naturaleza.
Recordar incluso que la cuenca del Papaloapan y la Chontalpa en las entidades de Veracruz, Oaxaca y Tabasco, pueden aportar aún más si se organiza a los productores ejidales y pequeños propietarios de granos, frutos y ganado para atender las necesidades crecientes de alimentos, con todo y altas temperaturas.