Sara Lovera
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de febrero (AlmomentoMX/SemMéxico).- Las mujeres de un grupo de Facebook ya no creen en el amor romántico, el de la entrega, el sacrificio y la pérdida de identidad; advirtieron que se trata de una trampa para controlar a las mujeres, que puede llegar a la violencia. Recordaron a la feminista de los años 70, como Kate Millet, quien ya advertía cómo el amor para las mujeres es el opio en su vida.
Las respuestas, algunas “sin pena”, declararon estar instaladas en el amor romántico, aunque también manifestaron deseos muy diversos sobre la construcción de una pareja ideal, fundada en la cooperación y el respeto.
Lanzada desde mi muro la pregunta ¿Qué es y cómo se vive el amor?, el 92% de 52 respuestas manifestó que lo primero es el amor a una misma, 3% admitió que relacionarse en respeto y solidaridad es “difícil”, 4% mencionó que el mito persigue a las mujeres, y varias hablaron de la responsabilidad de los medios para eternizar el mito de los príncipes y princesas. Solo una de las encuestadas manifestó que del amor no sabe nada. Una de ellas recomendó buscar a Coral Herrera Gómez, una madrileña que vive en Costa Rica y en el ciber espacio es la “experta” sobre el amor.
El sondeo público mostró igualmente que decir “amor”, es igual a pensar en la pareja. Algunas diferenciaron entre amor y sexo. Las encuestadas escribieron de autoestima, deseo de relaciones equilibradas y de compañerismo. Las participantes —solo un señor contestó para darme una recomendación— son escritoras, periodistas, activistas en el feminismo, abogadas y promotoras de los derechos humanos.
Coral Herrera Gómez ha creado una Escuela de Amor, un laboratorio virtual donde se pueden leer unos 200 artículos. Ella dice que el amor romántico es la herramienta más potente para controlar y someter a las mujeres, especialmente en los países en donde son ciudadanas de pleno derecho y donde no son, legalmente, propiedad de nadie.
Sostiene que “por amor”, las mujeres nos aferramos a situaciones de maltrato, abuso y explotación. Somos capaces de humillarnos “por amor”, y a la vez presumir de nuestra intensa capacidad de amar. “Por amor” nos sacrificamos, nos dejamos anular, perdemos nuestra libertad, perdemos nuestras redes sociales y afectivas.
Aquí algunas opiniones:
Elizabeth Mier, investigadora del Colegio de la Frontera Norte: La pareja romántica no puede resolver la tensión entre independencia-autonomía e intimacia (no hablo del sexo sino intimacia emocional). Amo a muchas personas con que hemos compartido la vida, el corazón y el alma, pero la pareja siempre fue difícil.
María Olvera Cortes opinó que hablar del amor implica hacer a un lado muchos compromisos sociales y quitarnos de la mente las estructuras mentales impuestas por la familia, la religión y la cultura.
Yaz Flo W, cantautora, nos recomienda: Amor es aprender a marcar límites sin sentirnos las malas o culpables. Lograr ser plenas, realizadas con o sin una relación. Aprender a no perdernos y a no renunciar a lo que somos cuando estamos con ellos. No traicionarnos a nosotras mismas, no confundir la condescendencia o sumisión con el amor. Amarnos a nosotras mismas, saber cuáles son nuestros límites para saberlos expresar y hacerlos valer.
Ethel Krauze K, escritora: Aprender a decir sí, cuando sí queremos. El amor es un sí, en primer lugar, sin que esto signifique renuncia y falta de identidad sino riqueza de vida y amplitud emocional.
Patricia Ángeles Robles, preocupada: Cómo a través de los medios se refuerza ese amor romántico de manera desigual para los géneros.
Gabriela Delgado Ballesteros, maestra en psicología: Un compromiso recíproco de dar y recibir, en igualdad de condiciones y responsablemente: tiempo, confianza, confidencias, caricias, besos y sexo.
Rosalinda Penélope Pimentel Bermúdez: En efecto, urge armar un posicionamiento en donde denunciemos la romantización de las violencias y que el amor no es sacrificio ni abnegación. Que si no suman o es amor; que el amor no es comercio, pero que no está mal el buscar lo que se desea de manera personal; es válido: el amor se suma desde las fortalezas y no desde las debilidades o carencias.
Gloria Hernández Jiménez, profesora universitaria: La construcción del amor, su re-invención, las otras formas de amor que tuercen la normatividad, eso que el discurso crítico feminista ha llamado: hacer “política de primera”.
Lenny Cáceres, Red Internacional de Periodistas con visión de género: Cuando de construí, no sin dolor, el mito del amor romántico me quedé sola y me disfruto. No cierro la puerta si llega, pero me encontrará distinta.
María Cruz, feminista: Vivir el amor romántico, en una relación heterosexual, para las mujeres significa poner al hombre en un pedestal, crecer su imagen al tamaño de sus expectativas del príncipe azul, aún a costa de sus propios dueños e ilusiones. Este príncipe azul algún día la llevará en caballo blanco a vivir felices para siempre, aunque ese día no llegue nunca y lo que llegue sea violencia en diferentes formas. El príncipe, ya de azul descolorido, parta en el caballo blanco por un camino diferente y ella se quede sin zapatilla esperando eternamente.
Ana Silvia Monzón, periodista guatemalteca: El amor es una construcción social, política, cultural e incluso económica. Solo enunciarlo así nos permite quitarle la aureola que el amor romántico (y tóxico) ha impregnado en las vidas de las personas, afectando más a las mujeres. Esa construcción que asocia amor con sacrificio, amor con abnegación sin límites, es la que impide darse cuenta de la violencia que priva en muchas relaciones, de pareja, familiares, filiales, entre mujeres etc. Se ama y entonces se acepta todo con tal de mantener ese sentimiento que a veces se vuelve codependencia, y algo insano que nos hace infelices.
Angélica Valerdi: El amor es maravilloso mientras no pase el efecto.
Cristina Pérez Fraga, directora de la Asociación Española de Mujeres profesionales de los Medios de Comunicación (AMECO press, España): El amor es ficción consentida. Y es consentida porque sentimos cuando necesitamos; necesitamos cuando nos interesa; nos interesa cuando nos acompaña; nos acompaña cuando no nos molesta; no nos molesta cuando nos sentimos solas. Es decir, es una metáfora sexual y sensual de nuestra existencia innecesaria pero imprescindible. Siempre lo vivimos entre un sí, pero no y entre un no pero sí. Entre un pudo ser y no fue y entre un fue y no pudo ser. Pero cuando es “si tú no estás aquí me sobra el aire”. Entre romántico y hippie. Un poco antiguo, pero así lo siento.
Francesca Gargallo, escritora y filósofa feminista: El amor no tiene que ver con los hombres, tiene que ver con cómo nos vivimos en relación con otras personas (también parejas mujeres). Yo creo que el amor está en todas las relaciones que me importan: amo leer, amo a mi hija, amo dar clases; sobre todo, amo escribir. Son años que no me interesa entablar relaciones de pareja. Sexo y amor no tienen nada que ver.
María Del Sol Castillo, especialista en el patrimonio cultural, explicó: Pregunta interesante y respuestas que me hicieron cuestionar mi tentativa de respuesta, porque me iluminaron con su objetividad. Me voy a dormir con esas ideas en la cabeza, pero de salida me declaro sin pena, ya que así me gusta estar por el momento: instalada en el amor romántico.
Raquel Zapien, periodista mazatleca: Llega un momento en que ya no es amor, es dependencia total por la falta de autoestima, de nunca haber intentado hacer nada por cuenta propia y de no saber vivir de otra forma. Y en nombre del amor a tus hijos, a tu pareja, se aguanta y se prolonga la violencia en cualquiera de sus formas. Y tu sufrimiento, tus frustraciones e inseguridades es lo que tienes que ofrecer a tu prole, a los que te rodean. Ese es el amor que conocí en mi casa materna.
Las reflexiones se multiplicaron. Pero el amor romántico, según este grupo, va de salida.
AM.MX/fm
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