La colonia Jardines de Cuernavaca, ubicada al oriente de la capital morelense, la conforman dos decenas de calles que llevan los nombres del Sol y los distintos planetas de nuestro sistema solar.
El lugar es apacible rodeado de bonitas casas, calles amplias, árboles y jardines. Ahí se asientan alguna oficina administrativa, instituciones educativas de prestigio, un parque y dos museos. El primero de los museos es la casa taller de David Alfaro Siqueiros: “La Tallera”, sitio que el muralista concibió como el primer taller de muralismo, donde vivió sus últimos años y murió el 6 de enero de 1974.
Siqueiros donó la propiedad al pueblo de México para ser museo y poco después su viuda el terreno aledaño como parque. En el 2012 se concluyó el magnífico proyecto de renovación de La Tallera, obra la arquitecta Frida Escobedo, desafortunadamente dicho proyecto no cubrió la restauración de los icónicos murales Trazos de Composición Espacial y Piramidal que dan a la explanada del parque y que hoy literalmente están deshechos, el INBAL parece no tener ni prisa ni intención de restaurarlos.
A pocos metros de allí, sobre la calle Venus, se encuentra el Museo de Acervo Paleontológico de Cuernavaca (MAPA), de carácter privado y fundado el 12 de febrero del 2000 por el ingeniero Roberto Malvido. El fundador ha dedicado su vida a constituir una importante colección en la materia, se exhiben poco más de 300 piezas entre partes minerales, paleontológicas, huesos, esqueletos de mamuts y dinosaurios entre otros que enriquecen un acervo con objetos de más tres mil millones de años de antigüedad. El recorrido se complementa con una excelente curaduría y museografía apoyadas por medios audiovisuales.
Malvido, cuernavacense por elección desde hace casi 40 años se ha constituido sin temor a exagerar en uno de los tantos héroes anónimos que bregan por la cultura no solo como blasón de identidad morelense sino como un elemento ineludible para reconstituir el mermado tejido social. No en vano también construyó de su peculio un parque paleontológico en Jiutepec, cuyo costo de mantenimiento es mínimo para el Ayuntamiento, pero que hoy lamentablemente se encuentra abandonado y cerrado por falta de interés municipal.
Roberto Malvido con entusiasmo y sin ningún apoyo oficial se ha dedicado a promover el MAPA y la cultura paleontológica de México, que entraña una riqueza tan importante y abundante como nuestro patrimonio precortesiano. Ha fomentado a lo largo de estos años, visitas de estudiantes, del público en general y de asociaciones como la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México que recientemente visitó el museo. Ha organizado también eventos culturales y musicales para impulsar el MAPA y promover la oferta cultural local, es importante destacar que el acceso al museo es gratuito y por previa cita.
La labor de Malvido como gestor y promotor cultural, lo llevo a ser miembro fundador y presidir la Asociación de Museos de Cuernavaca, donde concurrieron museos federales, estatales, municipales y privados. La iniciativa fue acertada pues aglutinó en un frente común a los directores de museos de la ciudad. Incluso el MAPA se ha integrado como parte del International Council of Museums (ICOM) la prestigiosa entidad global que tiene como fin transmitir a la sociedad el patrimonio cultural y natural del planeta en todas sus categorías.
Sin embargo, una vida entregada a la paleontología y un firme compromiso para acrecentar la oferta museística de Cuernavaca, no han movido fibra alguna en las Secretaria de Cultura Federal y mucho menos en la estatal de Turismo y Cultura. De hecho, en esta administración federal la consigna a los museos federales fue la de abandonar la Asociación de Museos de Cuernavaca. En el caso de los museos estatales, no se pretende exculparlos, pero poco pueden hacer si a duras penas operan y administran sus propios recintos. A lo poca empatía de las autoridades mencionadas, se debe añadir la grave crisis de inseguridad que azota a Morelos, en más de una ocasión el museo ha sido robado y su placa fue rota por los delincuentes.
Al final del día, la sociedad de Cuernavaca, no puede sentarse a esperar que ocurra un milagro y que la Secretaria de Cultura Federal y su par local de Turismo y Cultura reconozcan y valoren al MAPA y demás museos privados de la ciudad, pero en cambio mucho puede hacer visitándolos, promoviéndolos, invitando a turistas a recorrerlos, a prestadores de servicios a incluirlos en su oferta, también dando a conocer esta situación a nivel nacional, pero sobre todo creando conciencia de que estos esfuerzos ciudadanos abonan a robustecer el orgulloso bagaje cultural de Morelos.