Yo Campesino / Costosa necedad
• Muy caro pagaremos los mexicanos necedad de Él Ganso en energía
*Miguel A. Rocha Valencia*
Más allá de lo que signifique en cancelación de inversiones y contratos o pagos por indemnizaciones, así como el costo político que significa el juego perverso de la contrarreforma energética, los hechos muestran que la nueva ideota del Ganso cuesta muy cara a los mexicanos. De por sí Pemex y CFE son un lastre a las finanzas del país, obligan a bajar nuevamente la pobre inversión pública en infraestructura hasta el 3.5 del presupuesto de gasto y a corto y mediano plazos no van a mejorar pues no se reconvierten para ser más eficientes y se insiste en los combustibles fósiles que no sólo van a contracorriente de la tendencia mundial que busca alternativas para no dañar más el medioambiente.
Incluso, de los impuestos nos tienen qué pagar subsidios a la gasolina que este año, superarán ya con más de 12 mil millones de pesos lo previsto para el año. Hacienda previó apoyar compra y consumo del carburante con 41 mil 900 millones todo el año y a la fecha ya gastó 53 mil 882 millones de pesos.
El año pasado sólo otorgó 3 mil 446 millones de pesos. Es decir, se gastaron 15 veces más recursos fiscales para evitar un gasolinazo. De los subsidios, 38 mil 538 millones de pesos fueron para las importaciones de enero a septiembre y 15 mil 345 por venta de combustible.
Esto provoca menos dinero disponible para inversión pública y peor si recordamos que de los 113 mil 200 millones de dólares (2.25 billones de pesos) de la deuda financiera total de la petrolera, en los próximos tres años deberá amortizar 44 mil 572 millones de dólares.
El tema lo ven tan grave los expertos que el mismo Fondo Monetario Internacional (el del imperialismo) que nos regaló 12 mil millones de dólares para aplicarlos a deuda, insistió al gobierno mexicano postergar el proyecto de Dos Bocas por tercer año consecutivo para dedicar esos recursos a solventar los compromisos de Pemex. Recomiendan la atracción de inversiones privadas hacia el sector eléctrico.
Y es ahí el problema ya que la electricidad en México es más cara que en Estados Unidos y países emergentes como el nuestro, donde tenemos como agravante la confiabilidad del suministro de energía que se ha vuelto en una preocupación creciente.
Con sus pasivos laborales, deudas financieras y pérdidas que podrían sumar más de billón y medio de pesos, Comisión Federal de Electricidad, no tendrá suficientes ingresos para salir adelante, recibirá dinero fiscal, pero no habrá para invertir, reconvertir y modernizarse y continuará con sus procesos de consumo de combustibles fósiles para producir energía, por eso es cara y sucia, pero…
Para promover un sector energético más barato, más confiable, sostenible y competitivo, los expertos sugieren “aprovechar la amplia y diversa base de recursos de energía renovable de México, alentar la participación del sector privado en la generación de electricidad y distribución de hidrocarburos y fortalecer la red eléctrica”.
Pero nada de eso le importa al machuchón que por su capricho en vez de ejecutar al pie de la letra los compromisos del T-MEC, nos metió en una vorágine de alegatos, traiciones y contradicciones que habremos de pagar los causantes y consumidores, además del daño a las finanzas públicas.
La política del mesías tropical de privilegiar a los productores de energía estatal, revertir reformas anteriores y al cancelar ciertos proyectos de inversión, ya impactan las intenciones de participar por parte de los inversionistas. Alguien dice que son más de 40 mil millones de dólares los que ya se fueron. Desde luego, las recomendaciones imperialistas del FMI, no serán escuchadas.
Ahora bien, en el fondo político más allá de si se aprueba o no la contrarreforma o si muchos priistas de plano se pintan de morenos, el hecho es que el caudillo tiró carambola de tres bandas, azuzó el avispero y de ahí sacará ganancia política, económica y de seguridad, ya que distrajo la atención de la ciudadanía de esos temas que golpean día con día el vivir de los mexicanos.
Seguramente el caudillo de Tepetitán debe estar revolcándose de gusto en su perversidad al poner al país “patas pa’ arriba” y continuar con su festín destructivo de un país que soñó con el primer mundo y va que vuela al de los años sesenta, retroceso que costará mucho esfuerzo superar.