La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La diferencia entre lo que decimos y hacemos es lo que nos define, somos lo que hemos hecho
Naasón Joaquín García, es el líder de la ‘iglesia’ La Luz del Mundo, de la cual su abuelo, Eusebio Joaquín González, fue fundador, lo precedió en el cargo de ‘apóstol’ y ‘ángel del apocalipsis’, su padre, Samuel Joaquín Flores, o sea, un redituable negocio familiar, desde luego, todo en el nombre de Dios.
Así pues, lucrando con una Fe trocada en fanatismo, este clan ha construido un ente corporativo, del que además de dinero, han obtenido beneficios políticos y por lo que sabemos, el más joven de los predestinados, haciendo gala de poder, obtuvo desviado placer sexual, motivo por el que está encarcelado.
No obstante, utilizaba una retórica encendida, cargada de citas bíblicas, para fustigar a los pecadores, a los que no siguen la Palabra del Señor. Sin que hayamos presenciado nunca una catilinaria del aludido, no es difícil imaginarlo con mirada y brazos alzados al cielo, clamar con voz sollozante: Señor ¡perdona a tus ovejas descarriadas! ¡rogamos por ellos, por su redención!, mientras, los prosélitos observaban extasiados.
Pero, cosas de la vida, resulta, como ya lo señalamos, que el hipócrita personaje, actuaba como un depredador sexual en su máxima expresión, de acuerdo a los fiscales estadounidenses. En síntesis, el tipejo sólo es un falso profeta, como la misma Biblia los define.
En este contexto, con ciertos matices, podemos ubicar a los que, desde la tribuna, juraban defender a PEMEX y la Hacienda Pública del huachicol, aquellos que, con arengas y acusaciones a sus antecesores, iniciaron una ‘cruzada’ contra dicho crimen para, tiempo después, agitar un pañuelo blanco en señal de triunfo.
Hoy la evidencia señala: no combatieron el delito, lo sofisticaron. Por sus cuentas bancarias los conoceréis.