Claudia Rodríguez
Hace unas semanas, el presidente Enrique Peña Nieto recibió y abanderó en Los Pinos a los 126 atletas mexicanos que irían a los Juegos Olímpicos en Brasil, ahí el mandatario mexicano les señaló que tras esa acción, irían a “un punto de encuentro en todo el mundo, a Río. Ustedes llevarán la representación para competir, para poner en alto el nombre de México, para demostrar la capacidad y enviar un mensaje de paz, armonía y solidaridad con todos los pueblos que estarán representados en Río 2016”.
Los atletas por su parte, en voz de la abanderada y medallista olímpica, María del Rosario Espinosa, se comprometieron a ir por la “gloria olímpica”.
Empero, el acto de abanderar a nuestros atletas rumbo a cualquier justa olímpica fuera del país, es sólo un acto decorativo pro publicidad gubernamental; porque son ellos quienes ponen sus afanes particulares no sólo en lo deportivo, sino incluso en muchas circunstancias adversas de vida y para más, con el poco o nulo apoyo de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) e incluso de algunas federaciones deportivas; quienes sí los organizan como agencia de viajes en lo que no se equivocó Alfredo Castillo al frente de la Conade para enviarlos a competir con algunas glorias deportivas que incluso ya son reconocidas en todo el orbe.
En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, los atletas mexicanos lograron cosechar una medalla de oro, dos de plata y tres de bronce para hacer un total de siete preseas, pero en esta ocasión, el panorama es aún más adverso, con lo que nuestros deportistas al final dieron la razón a Peña Nieto, respecto a que irían a Río 2016 a “demostrar la capacidad” de los mexicanos.
Tal parece que nacer en México en donde el Gobierno y sus instituciones llegan a parecer simples artículos decorativos para la gran mayoría del pueblo mexicano, pero sí efectivos para los fines lucrativos de quienes los dirigen, es un destino fatal a no ser por los afanes individuales y honestos de salir delante.
Cuando Rosario Robles, todavía como titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), señaló que en México había más pobres porque cada año nacían más, ante la controversia con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), sobre las cifras que este organismo dio a conocer sobre la pobreza, superiores a las que presentó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), todo parecía indicar que la visión de la presenta Administración era mantener todo cual se encontraba. Un destino para cada mexicano sin capacidad alguna de movilidad social.
Es justo eso lo que viven los atletas mexicanos en Río, la fatalidad de ser Gobernados por quienes nos ven como un número más, con ciertos quiebres utilitarios tanto electorales como hacendarios. No hay apoyos colectivos, los gobiernos le temen a la organización a la unidad, al que abramos los ojos. Nos quieren pobres en todos sentidos.
Acta Divina…“Le deseo todo el éxito a nuestros deportistas en los Juegos Olímpicos Río 2016. Tras años y años de preparación, llegó la oportunidad para competir con el corazón y poner en alto el nombre de México”: Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Para advertir… Preparación que las más de las veces sólo es mérito individual y a veces familiar.
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