Hace unos días, el líder del sindicato minero Napoleón Gómez Urrutia se quejó amargamente de que algunos mineros le ‘boicotearon’ la presentación de su libro ‘El triunfo de la dignidad’ en Zacatecas.
Lo que no dice, es que horas antes de realizar este evento el también senador de Morena ofreció una rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por sus allegados del sindicato y dijo que se referiría a tres temas: su trabajo como legislador, la situación del sector minero y del sindicato que lidera.
Sin embargo, cuando pudo aprovechó el micrófono para referirse, y no de una buena manera, a mineros afiliados al sindicato opositor a él y que es encabezado por Carlos Pavón, así como para arremeter contra la minera Peñoles y su dueño Alberto Baillères.
Ello, porque en ese momento y afuera de dónde realizaba su conferencia de prensa, algunos mineros le reclamaban que no hubiera cumplico con los laudos emitidos por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para que regrese 55 millones de dólares a los extrabajadores de Cananea.
Y en franca provocación, ‘Napito’ aseguró que se trataban de porros, drogadictos y hasta traidores del movimiento obrero. Así que lo que ocurrió unas horas después, fue una consecuencia de sus dichos.
Así, por la tarde un grupo de manifestantes irrumpió en el Teatro Calderón de la Universidad Autónoma de Zacatecas, por lo que su ‘gran evento’ fue suspendido, pero no fue todo, siguió arremetiendo contra el gremio e incluso fue más allá.
Acusó que los elementos de seguridad pública estatales y municipales no contuvieron la manifestación y aseguró que tenían la instrucción de no hacerlo. Y el colmo del cinismo, todavía se atrevió a decir que las autoridades debían investigar estos hechos.
Gómez Urrutia olvida la impunidad con la que ha actuado en los últimos años para regresar los 55 millones de dólares y que sólo ha recurrido a maniobras jurídicas para no pagar a los extrabajadores de Canena.
Olvida, también, que los exmineros han recurrido a todas las instancias legales y él se empeña en no cumplir con los mandatos oficiales. ‘Napito’ fue rescatado por Morena y que lo hizo senador y con ello le permite seguir actuando con la impunidad del mundo.
Es muy sabido que ‘Napito’ no protege los intereses de los trabajadores que representa y basta recordar que tras la explosión en la mina Pasta de Conchos, además de no apoyar a las familias, extinguió el fideicomiso de 55 millones de dólares huyó a Canadá, donde estuvo más de 12 años.
Y no sólo eso, sino que también es un maestro de la extorsión; no hay que rascar mucho para recordar que en agosto del año pasado, trabajadores de la mina San Rafael en Cosalá, operada por America’s Gold and Silver, denunciaron la intromisión de Yasser Beltrán, cercano de ‘Napito’, para desplazar a la CTM y hacerse del contrato colectivo de trabajo.
Ello llevó a que la mina estuviera cerrada, dejando sin sustento económico a cientos de trabajadores y familias, por más de un año y es una señal de que a Gómez Urrutia no le importan los trabajadores.