Fue desde la Cámara de Senadores, ante un grupo de políticos serviles, que se alzó una voz muy viril en tono de protesta, la cuál hizo temblar de coraje al Presidente de la República de aquél entonces, quien designó, para desgracia de la Nación, al narcoprocurador más importante en la Historia Jurídica Patria.
Cuenta la historia que Roberto Robles Garnica, Senador por el Estado de Michoacán, con tamaños viriles, no se dejó apantallar por las vivas y aplausos que se dirigían a Carlos Salinas de Gortari, por su flamante propuesta del “Tratado de Libre Comercio”, sostuvo con fuerza: “Que debe de rechazarse totalmente por inaceptable”, con voz de trueno expuso “porque el Tratado concierne a todos y todos los mexicanos tienen derecho a dar su opinión sobre él, en donde y a la hora que mejor les parezca”.
En aquellas épocas y al dar inicio al fenómeno de la narcopolítica el sostener en momentos como ese un punto de vista como el referido, produjo escalofrío.
Roberto Robles Garnica, cometió el pecado mortal de ser el primero en disentir y opinar en relación a ese Tratado, que resulto ser ni más ni menos obra de Carlitos, como a él se refería el narcoprocurador. En aquél entonces el Senador por el Estado de Michoacán sostuvo una verdad que años después se convierte de mucha actualidad, al afirmar: “El salario mexicano es para sostener una vida digna y si actualmente los salarios mínimos son salarios de hambre, es por que ello forma parte de la política económica oficial”.
Quienes recuerdan la intervención de Robles Garnica, me comentan que desde su sitial, dicho hombre de bien, se atrevió a formular una pertinente aseveración: “Deseo subrayar que desde que empezaron las negociaciones del Tratado, el País fue invadido de mercancías extranjeras con pérdida de empleos mexicanos, con cierre de empresas nacionales y con aumentos de empleo en Estados unidos”. Esta fue y es una realidad: Una realidad adversa a México.
También sostuvo en aquella histórica intervención: “que los Países más desarrollados son los más depredadores de la naturaleza”.
Esto dijo y lo dijo bien un michoacano, diferente a un veracruzano que en su carácter de Procurador General de la República, ya le andaba por que sus amigos personales recibieran los cargamentos de droga en Tlalixcoyan, Veracruz, para con ello dar inicio a un parte muy oscura del Tratado de Libre Comercio.
En aquella comparecencia Don Roberto Robles Garnica, simplemente expresó la verdad y muy bien expresada.
Quien esto escribe en el hoy se pone de pie y aplaude a Robles por haber sostenido verdades que aunque ofendieron a Carlitos y a su narcoprocurador, tuvieron y tienen hoy la simpatía de un pueblo que ansia tener ya, diputados y senadores que sustenten su opinión sin consultar los vientos que se originan en las mañanas en Palacio Nacional, que sigan el ejemplo de aquél Senador michoacano que tuvo el valor y la dignidad de hablar como varón. QUI TACET CONSENTIRE VIDETUR.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C..