Por Gilberto Celis
Disculpe la insistencia, pero a cinco meses de la pandemia del coronavirus Covid-19, uno del común se atreve a decir por más ceniza que López Obrador se echara y rasgue sus vestiduras, no podría ocultar el impacto de la no capacidad de respuesta regional por la desigualdad y vulnerabilidad de los del común; habida cuenta, el bajo y/o nulo nivel de comunicación social de los presidentes municipales, senadores y diputados locales y federales, electos por el efecto AMLO.
— Agregue, el meimportamadrismo de los comités directivos de los partidos políticos y de organizaciones sociales y laborales.
— Igual, el festejado promisorio crecimiento que desde el GATT, TLCAN, TLC y el actual T-MEC no se refleja en el desarrollo de la economía nacional ni en la familiar.
Así, los del común quedándose en casa a la caridad de las pensiones bimestrales de los programas sociales que llevan ya dos pagos adelantados; y expuestos al riesgo de muerte viral latente por la pobreza confinada y lacerada en la miseria por despidos, reducción de salarios, cortes laborales.
— Y alza de precios desbocada por el aumento de una demanda manipulada comercialmente.
— ¿Dónde el manejo de casos, las pruebas, áreas de aislamiento, disponibilidad de equipos de protección y suministros, digamos ventiladores?
2+3 ventiladores para 6 municipios
En la zona norte del Istmo de Tehuantepec se celebra que Alí Murat, el mexiquense gobernador de Oaxaca, 3 ventiladores usados; que con los dos ya tenidos, suman 5 para atender un universo de miles de recurrentes de Santo Domingo Petapa, Santa María Petapa, Matías Romero, el Barrio de la Soledad, San Juan Guichicovi y Santa María Chimalapa que acuden a lo único que tienen para atenderse: el Hospital de Campo IMSS
Bienestar No. 37 Matías Romero.
— Hay Consultorios particulares con letrero de abrir “hasta nuevo aviso”
— Y el de altruismo indiscutible reclaman atender probables infectados; sin observar que está escrito para sembrar no hay que quedarse mirando el viento y para cosechar no quedarse mirando el cielo.
Anote lamentadas al H. Ayuntamiento de Matías Romero con tres médicos: el Presidente Municipal, el Regidor de Salud y el Director de Salud.
Los tres en el mismo tenor: no hay recursos.
— Si en el sur y ponente istmeños se establecieron pabellones militares Covid, por qué, insensibles, en la zona norte, ”aunque miran, no ven; aunque oyen, no escuchan ni entienden”
— “¡Averígüelo, Vargas!”
Y a cinco meses de pandemia Covid 19, encontrará solo medidas preventivas aplicadas después que el edil matíasromerense se infecta y aísla; estableciendo también, tímidamente el cierre temporal de bancos, mercados públicos, bares, centros deportivos y tal y tal.
— Así las cosas, ni ese video viral de Cat Stevens y su hijo, logran tranquilizar la crisis mental,
Bien dice El Arriero de Atahualpa “las penas y las vaquitas se van por la misma senda/la penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”; por eso, ante los miles de positivos y de muertos, el desprecio del gobierno federal, estatal y municipal por la vida de los del común en la zona norte del Istmo de Tehuantepec, hay que obligarse a amar al prójimo como a uno mismo.
— O sea, guardar la sana distancia social y personal, usar cubre boca/nariz, lavarse las manos, la detección oportuna de casos, y demás.
— Porque si mi mismo no se ama, unos y otros se lamentarán; y mientras todos nos lamentamos, el 4trero poder militarizado seguirá haciendo su historia y deshaciendo la de todos.
— Por eso le digo.
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