Vivimos pegados al celular, exhibiendo cada paso como si fuéramos celebridades digitales. Subimos fotos, compartimos ubicaciones en tiempo real y damos clic en cualquier cosa que nos manden, como niños con juguete nuevo. Luego nos sorprende que nos roben la identidad o vacíen la cuenta. ¿Ciberseguridad? No es un lujo geek ni paranoia de hacker: es sentido común en tiempos donde todo lo digital puede ser usado en tu contra.
La ciberseguridad, según IBM, se refiere a las tecnologías, prácticas y políticas que usamos para prevenir ataques cibernéticos o reducir su impacto. Estos ataques pueden incluir desde ransomware (un tipo de virus que bloquea tus archivos y pide un rescate) hasta phishing (mensajes falsos que buscan robar tus datos).
Las Pymes en México ya no solo tienen que preocuparse por el SAT, la inflación o los trámites del gobierno. Ahora también se deben pagar rescates digitales. Cada año, miles de negocios chicos terminan soltando en promedio 30 mil pesos porque un “hacker” les bloqueó sus archivos con ransomware. Esto, es el pan de cada día en un país donde lo digital avanza más rápido que la cultura de la prevención.
La inteligencia artificial no es buena ni mala: es absolutamente poderosa. El problema es que los delincuentes ya la están usando mejor que los gobiernos. ¿Te suena el deepfake? ¿Suplantación de identidad? ¿Ciberacoso? Bienvenido al siglo XXI. La IA no solo sirve para automatizar procesos, también para lavar dinero, robar datos, estafar a medio mundo y hasta crear porno falso. Y mientras tanto, mucha gente que conozco piensa que el “antivirus” gratuito que tienen es más que suficiente.
Como sucede con las empresas, es de vital importancia para todas las personas estar debidamente informados y concientizados de los riesgos y las medidas que debemos tomar para evitar caer en fraudes financieros, robo de identidad, secuestro de información, y otros delitos graves.
Desgraciadamente, los cibercriminales ya no son tipos en sudaderas encerrados en los sótanos de sus papás: son empresas del crimen con más tecnología que muchas dependencias de gobierno. Usan inteligencia artificial para clonar voces, falsificar rostros y mandarte mensajes que juran ser de tu banco, tu jefe o hasta tu mamá. ¿Te suena exagerado? Un joven recibió audios por WhatsApp con la voz de su madre —clonada con IA— pidiéndole 3 mil pesos por una “emergencia”. Cayó redondito. A eso se le llama vishing, pero también se le puede llamar ingenuidad digital. Y si además andas posteando dónde estás cada cinco minutos, no nos debería sorprender si un día te están esperando a la salida.
Circulan en internet noticias relacionadas con hechos graves como el asesinato famosas influencers que sufrieron ataques y que incluso fueron transmitidos en vivo, como lo sucedido a María José Estupiñán, modelo e influencer colombiana, quien sufrió un ataque afuera de su casa por parte de un supuesto repartidor que le entregaría unos chocolates.
Este suceso fue comparado en redes sociales con un caso similar sucedido en México a la creadora de contenido Valeria Márquez, quien al compartir su ubicación con el supuesto engaño de recibir un regalo fue ubicada y en el momento en que trasmitía en vivo desde su negocio fue asesinada.
Un caso de fraude financiero a consecuencia de compartir información sensible a un desconocido (phishing), desafortunadamente le ocurrió a la comediante Sofía Niño de Rivera, quien lo informó a través de un video publicado en su cuenta de Tik Tok.
En el mundo hechos similares han ocurrido. En Tokio por ejemplo se reportó que la joven Airi Sato de 22 años fue víctima de un ataque por parte de un “follower” mientras transmitía en vivo por las calles de esa ciudad.
En mi columna titulada “El Internet no olvida: Qué es la Huella Digital” he hablado sobre el rastro que las personas dejamos al navegar en internet. Asimismo, hablé del tema de los tipos de datos que se recopilan de nuestro “ADN digital” al utilizar aplicaciones de generación de contenidos o redes sociales, tales como fotos, posteos de amigos, familiares, clubes o espacios de pertenencia en redes sociales.
Para evitar un manejo inadecuado de nuestros datos, advertí, que las personas debemos utilizar los ajustes de privacidad, analizar y gestionar los permisos de las aplicaciones y mantenerse informados de las políticas de seguridad.
Como lo he dicho anteriormente, “No basta con una contraseña; hay que saber dónde dar clic y qué permisos otorgar”.
En su caso diversas apps implementan medidas que nos ayudan a mantener un cierto nivel de ciberseguridad:
• WhatsApp: implementa el cifrado de extremo a extremo para las conversaciones.
• Telegram: Cifrado de extremo a extremo y otras medidas de seguridad.
• Google (Apps): Políticas de privacidad detalladas y seguridad de las conexiones.
• Android (Sistema Operativo): Protección contra software malicioso, phishing y spam.
Por su parte, las autoridades, aunque a pasos cortos, trata de seguir el ritmo de los delincuentes. La ciberseguridad hoy es tarea del CERT-MX, del INAI y de más de 40 unidades de Policía Cibernética.
No obstante, la responsabilidad de nuestra ciberseguridad recae, para bien o para mal, mayormente en nosotros, al implementar medidas sencillas para no ponernos en riesgo al utilizar aplicaciones digitales. Por ejemplo, pocos usuarios saben que recientemente WhatsApp lanzó la función Privacidad avanzada del chat, herramienta que restringe la exportación del historial de chats, bloquea la descarga automática de fotos y videos, y evita que los mensajes sean utilizados por herramientas de inteligencia artificial. Estos recursos son claves si manejamos datos sensibles en cualquier ámbito y son un paso tan simple como entrar al chat o grupo que se desea proteger, entrar al menú y seleccionar la opción de privacidad avanzada.
No necesitas ser experto para cuidarte. Aquí van consejos prácticos:
1. Cuida lo que compartes: Evita publicar tu ubicación, fotos de objetos caros o datos personales en redes sociales. Por ejemplo, no compartas que estás en un restaurante o en casa.
2. Revisa permisos de apps: Desactiva el acceso a cámara, micrófono o ubicación en apps como WhatsApp o Instagram si no es necesario. Usa la función de Privacidad Avanzada de WhatsApp para bloquear descargas automáticas.
3. Usa contraseñas fuertes: Crea contraseñas largas con letras, números y símbolos (ejemplo: “Sol3$LuNa2025!”). Activa la autenticación en dos pasos en WhatsApp, Gmail o tu banco.
4. No confíes en mensajes extraños: Verifica la identidad de quien te pide dinero o datos, usando una palabra clave familiar. Nunca hagas clic en enlaces dudosos, para evitar fraudes de phishing.
5. Actualiza tus dispositivos: Mantén tu celular y apps actualizados para corregir fallos de seguridad.
6. Limita audios públicos: Evita compartir grabaciones de voz en redes, ya que pueden usarse para clonación con IA.
Proteger tu vida digital es sentido común. Así como no dejas la puerta de tu casa abierta, tampoco deberías dejar expuestos tus datos. Revisa tus configuraciones, desconfía de mensajes que parecen “normales” y mantente informado. La ciberseguridad no es solo para geeks ni paranoicos: es defensa básica en un mundo donde sí, de verdad te están hackeando. Y si aún crees que eso “no te va a pasar”, probablemente ya te pasó y ni cuenta te diste.