Redacción MX Político.- Ya como gobernador electo de Baja California, que con más de 50% de los votos puso fin a tres décadas de gobiernos del PAN en el estado, Jaime Bonilla Valdez pintó su raya con el priista Jorge Hank Rhon, un poder fáctico como magnate de los principales casinos de la entidad.
“Le dije a Hank: ‘Ya no hay vicegobernador, ¿eh? Nada más hay gobernador’”, revela Bonilla que le dijo al empresario cuando aún era mandatario en funciones el panista Francisco Kiko Vega Lamadrid.
–¿Y quién era el vicegobernador?
–¡Pues Hank!
–¿Hank?
–Pues claro. El gobernador era Kiko, pero todos los intereses de Hank se los protegía el gobernador. Era el vicegobernador, pues. Y fui a decirle a Hank, con una manera sarcástica mía, que ya no habría vicegobernador.
–¿Y qué le respondió Hank?
–“No, yo soy muy respetuoso”, me dijo. Le dije que todos los privilegios sobre sus casinos se los iba a quitar, porque viene la libre competencia y que ahora pagará impuestos. Me respondió: “Está bien, ni modo”.
Fijada su posición ante el hijo de Carlos Hank González, emblema de la simbiosis política-negocios, Bonilla planea meter a la cárcel al exgobernador panista Kiko Vega, a quien acusa del desfalco de más de mil 700 millones de pesos mediante facturas falsas sólo durante 2017.
“Va ir a la cárcel”, sentencia Bonilla sobre Kiko, contra quien presentó una denuncia penal, en noviembre, como el principal responsable de la “Estafa maestra de Baja California”, consistente en una red de al menos 91 empresas que emitieron facturas falsas por concepto de asesorías, consultorías y servicios no comprobados.
Aunque están denunciados otros funcionarios del gobierno anterior, el gobernador acusa a Vega Lamadrid de ser el artífice del esquema de saqueo mediante facturas falsas.
“Obviamente la cabeza es el exgobernador”, insiste Bonilla, quien no tiene duda de que Kiko Vega será el tercer exmandatario del PAN enjuiciado por corrupción, igual que Luis Armando Reynoso Femat y Guillermo Padrés, quienes gobernaron respectivamente Aguascalientes y Sonora.
En este esquema de corrupción, afirma, están implicados no sólo Vega y otros funcionarios, sino empresarios de Baja California y de la Ciudad de México, así como políticos que podrían incluir a Santiago Creel, secretario de Gobernación de Vicente Fox y amigo de Kiko.
–¿Está involucrado Creel en este asunto?
–No sé, pero sospecho que hasta Creel está asustado de lo que Kiko hizo. Si tú hablas con Creel te va a decir: “No se limitó, no se midió Kiko”. La misma gente del PAN lo ha dicho: “No te mediste, te pasaste”.
Los escándalos
Bonilla tiene también frentes abiertos: no es sólo el periodo de gobierno que resolverá en definitiva la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que él sostiene que se convocó para cinco años y no para dos, sino los señalamientos de corrupción de altos funcionarios y las protestas de empresarios que “chillan como puercos” por el aumento de impuestos.
En entrevista en las instalaciones de Apro, el miércoles 15, el empresario de medios, senador con licencia y exdelegado del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en Baja California rechaza que exista corrupción en su gobierno, pese a que la secretaria de Bienestar, Cynthia García Soberanes, y el oficial mayor, Jesús Núñez Camacho, solicitaron licencia tras el escándalo de supuestos “moches”.
“Este gobierno no va a permitir vacas sagradas bajo ninguna circunstancia, no importa quién sea. Esas personas yo las nombré y yo las quité”, subraya, y afirma que el esquema de “moches” es de panistas y priistas: “Era la manera de operar de esos gobiernos”.
–Pero lo estaban haciendo ahora en el gobierno de usted.
–Lo intentaron. Dice el presidente: “Aguanten los cañonazos millonarios”. Estas gentes, al parecer, no los aguantaron, pero lo digo otra vez: no se les ha comprobado nada, pero eran muchos señalamientos y se tienen que retirar, porque no se puede permitir eso: desgasta al gobierno, desgasta a los compañeros y a los subordinados.
jvg