La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Una de las consecuencias sociales del COVID19 es desencadenar la miseria humana
La reapertura de las economías, después del primer gran confinamiento a causa de la pandemia de coronavirus, fue denominada como la nueva normalidad.
El asunto, son una serie de medidas sanitarias, para que a la vez que se activan los procesos productivos, escolares, culturales, etc., se disminuya la dispersión del mal.
Si tomamos como ejemplo a las naciones más desarrolladas de Europa Occidental (Alemania, Reino Unido y Francia), podemos considerar que, a pesar de las medidas coercitivas para hacer cumplir el nuevo estilo de vida, los rebrotes obligan a nuevas restricciones en la movilidad.
No obstante, es justo reconocer que la tasa de mortalidad y letalidad en dichos países, ha tenido un descenso, aún con un aumento en los contagios.
En este contexto, lo que pueda ocurrir en América Latina, ante la inminencia de la segunda oleada de infecciones (sin que hayamos concluido la primera), es de pronóstico reservado. Acá, por decir lo menos, los controles gubernamentales son más laxos.
Estas circunstancias, permiten suponer que, de la mano con el invierno, las cosas en México se complicarán de nuevo, por lo que hacemos la siguiente pregunta: ¿seguiremos con la misma estrategia o habrá autocrítica para replantear la metodología?
Los que deciden, tendrán dos escenarios para la posible respuesta: privilegiar el interés electoral o el superior beneficio de la ciudadanía.