Mouris Salloum George
VOCES DEL DIRECTOR
Desde Filomeno Mata 8
Desde luego, la industria de las encuestas pretende medir el humor social de la población. Sin embargo, si en tiempos relativamente normales el pulso de la opinión pública, aquí donde ya somos 130 millones de mexicanos, resulta un tanto deleznable, en época de crisis colectiva como los que cruza México, el margen de credibilidad de esos sondeos es un tanto frágil y cuestionable.
El cuestionamiento de los resultados de esos ejercicios demoscópicos se funda en lo limitado de universo capturado por los encuestadores, sobre todo si la consulta se hace vía telefónica, opción ahora preferente de las agencias del ramo.
Sobre un largo directorio de encuestadoras patito, destacan dos que tres empresas, cuya confiabilidad se acredita por el profesionalismo y la metodología aplicada. En uno y otro caso, no obstante, algunos pretenden tomar los resultados a título de fe, según los vaya en la feria; sobre todo si les va bien.
Por la permanencia, 56 por ciento; no continuación, 39 por ciento
Tomamos como referencia para esta entrega uno de esos estudios aplicados en agosto a 820 adultos respecto de los índices de aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Una de las preguntas gira en torno a la revocación del mandato presidencial: En la gráfica correspondiente, que abarca el periodo de diciembre de 2019 a agosto de 2020, la flecha cae de 70 por ciento a 56 por ciento; 14 puntos porcentuales menos. En sentido inverso, la que registra el pronunciamiento por la no continuación se eleva en el mismo periodo de 29 a 39 por ciento. Diez puntos porcentuales más.
Con independencia de la aceptación o la negación de esos resultados, un acierto del inquilino de Palacio Nacional -entrevista con La Jornada 7-IX-2020-, es su afirmación de que sin base social no puede llevarse a cabo ninguna transformación.
Ese es el punto: En efecto, llegar hasta donde se llegó no es la hazaña, sino permanecer, no en el variable índice de aprobación, sino de las expectativas para el resto del mandato.
Morena ha dejado solo a su fundador e inquilino de Palacio
No es lo mismo captar más de 30 millones de votos en 2018 que ser dependiente de la opinión de 820 adultos encuestados telefónicamente en una semana.
Es ahí donde se encuentra más acusado el déficit de la gestión presidencial. La base social de la que requiere la cuarta transformación no puede ser obra de un solo individuo. Es responsabilidad del Movimiento que hizo posible el arribo del tabasqueño al poder presidencial.
El Presidente no puede estar sujeto al plebiscito de todos los días en sus jornadas administrativas y políticas cotidianas sin el acompañamiento de una estructura que desde 2018 se quedó anclada en la autocomplacencia y se echó la cola al hombro.
Ese déficit de agiganta en la proximidad de las elecciones de 2021, en que Morena sigue sin encontrar la brújula para refrendar la sensacional victoria de 2018. López Obrador llegó a su meta después de 30 años de incesante combate. Morena no podrá remontar su crisis en escasos nueve meses que faltan para la nueva cita en las urnas. Al tiempo.
(*) Director General del Club de Periodistas de México, A.C.