Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
La actuación irresponsable hasta ahora manifiesta por el copetudo convicto de Donald Trump es clara evidencia de la forma en que atropella el derecho internacional.
Como Jefe del Estado más poderoso del mundo, Trump actúa como si no hubiera normas y reglas. Igualmente impone aranceles sin acatar las disposiciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), amenaza la soberanía de Panamá para quitarle el Canal, pretende comprar Groenlandia como si fuera el terreno de la esquina y agrede a sus vecinos; al del norte proponiéndole convertirse en un estado más de la Unión Americana y al del sur violando su soberanía para supuestamente combatir carteles de narcotráfico.
El derecho internacional público que define las responsabilidades legales de los Estados en sus relaciones entre ellos, y el trato a los individuos dentro de las fronteras nacionales, no significan nada para un tipo como Trump y por lo que se ve tampoco para la Organización de las Naciones Unidas que se supone debería estar vigilante de los principios que regulan el comportamiento de los Estados.
¿Y ahora quién podrá ayudarnos?, diríase en la vieja serie del “Chapulín Colorado”; aunque nadie: El Estado, persona o movimiento político ha mostrado la suficiente fuerza para frenar tanto abuso y exceso.
La esperanza en lo comercial podría fincarse en China y en lo político-bélico en Rusia. Ninguna de ellas se ha erigido como dique al embate trumpista por lo que los especialistas prevén que Estados Unidos mantenga su hegemonía en una vasta área de influencia, conceda a Rusia determinados espacios en Europa Oriental, Asia y África, mientras China domina el resto del orbe sin claudicar en una guerra económica sin precedentes ni pronóstico.
El asombro no concluye y difícilmente se frenará en los próximos meses, en los que Washington podría ver minada su fuerza por la oposición interna de los amplios grupos sociales afectados por las arrebatadas políticas impuestas. Lo único bueno de todo es que el mandato actual en Estados Unidos concluye en sólo cuatro años. Veremos.
SUSURROS
No todo son relaciones internacionales, en lo local también hay que poner atención y sobre todo no permitir que algunos funcionarios pretendan engañar con videítos en las redes sociales.
Tal es el caso de Alessandra Rojo de la Vega, alcaldesa de Cuauhtémoc, que presume en sus redes intensos trabajos realizados por ella misma y su equipo de alto nivel para bachear, balizar y pintar calles, cuando en realidad apenas está en las vialidades el tiempo que duran sus grabaciones porque cualquier persona puede constatar que la Doctores, la Buenos Aires, La Roma o cualquier otra colonia de esa demarcación se parecen mucho a la luna por los cráteres que sufren los automovilistas y los vehículos del trasporte público.
¿A quién pretende engañar a Alessandra, cuando la realidad la desmiente de fea forma?
Email: salvadormartinez@visionmx.com X: @salvador_mtz
ooo0ooo