Por Mouris Salloum George*
Desde Filomeno Mata 8
Del mismo modo que no puede haber teoría revolucionaria, sin práctica revolucionaria, no puede haber Republica sin republicanos ni, en México en transformación, una Constitución sin derechos sociales.
Efeméride con catarata de discursos, las representaciones de los tres Poderes de la Unión se congregaron ayer en Querétaro para hablar en el 102 aniversario de la Constitución de 1917; primera social del siglo XX en el mundo, la definió la secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero.
Del Constituyente Permanente, recuperamos la advertencia del presidente de la directiva de la Cámara la Diputados, Porfirio Muñoz Ledo: Si no se satisfacen las necesidades más inmediatas de las gentes, aquellas por las que se movilizaron en 2018, será muy difícil seguir adelante.
Por el Tribunal Constitucional, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el ministro presidente Arturo Zaldívar rescató el eco de lo que es clamor popular.
Históricamente, y a la fecha, dijo, se han producido condiciones de vida inaceptables para millones de mexicanos, impidiéndoles gozar de las libertades y derecho que la propia norma fundamental les promete y garantiza.
Dijo más el togado orador: Estamos en deuda con el pueblo de México. En deuda con los desprotegidos, con los discriminados, con los pueblos indígenas; en deuda con las mujeres, en deuda con nuestras niñas y niños, en deuda con los grupos vulnerables y con las personas con discapacidad. (El México profundo, pues).
Derechos sociales como discursos de buenas intenciones
Si se requiriera decir más, el ministro presidente se los dijo a sus pares y a los jueces: Tenemos que ser el motor del cambio social, alcanzar un nuevo paradigma que tenga aplicación del programa social de la Constitución. En suma, abandonar visiones anquilosadas y dejar de entender los derechos sociales como discursos de buenas intenciones…
Si esa cruel realidad está latente un siglo después de promulgada la Constitución de Querétaro, no se trataría de salir a la caza de los deudores que han fallado a la Republica y a millones de parias que pueblan el territorio nacional.
Casta dorada y 16 plutócratas forrados de dólars
Si hay nuevos responsables de la conducción del Estado mexicano, es exigible que empiecen por un examen de conciencia para que valoren que ha sido lo bueno y lo malo del galopante reformismo, cuyo producto final ha sido la consagración de una rapaz casta dorada en cuya cúspide aparecen 16 plutócratas nominados entre los más ricos del mundo.
No habrá, en lo inmediato, una nueva Constitución, pero sería vergonzoso que el 5 de febrero de 2024 estemos escuchando los mismos discursos de ayer. Vale.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.