Ni con todos los spots con ataques de grueso calibre, ni con rumores de fuga de capitales ante su eventual triunfo, ni la culpa por la devaluación del peso en los últimos días, ni con su comparación con el chavismo, lograron que los candidatos del Frente por México y Todos por México bajaran a Andrés Manuel López Obrador que desde el inicio de la contienda se mantienen como puntero rumbo a los comicios de este primero de julio.
En los tres debates convocados por el INE ni José Antonio Meade que presume ser el más preparado ni Ricardo Anaya, el más arrojado, le lograron quitar una pluma a ese gallo. Las fuertes acusaciones que le hicieron a Andrés Manuel se diluyeron con el paso de los días y en lugar de bajarlo en las encuestas lograron un efecto contrario.
Desde el momento de su designación originada en Los Pinos, la soberbia hizo su aparición en el equipo de José Antonio Meade, que fue veneno puro para sus aspiraciones. Desde la residencia oficial designaron a un supersoberbio Aurelio Nuño que no escuchó ni vio a los auténticos priistas que llevaron propuestas que pudieron ayudar al candidato, pero los ignoraron.
En el caso de Anaya nunca se quitó el zambombazo que le mandaron desde las oficinas centrales del PRI con escala en la Procuraduría General de la República, tuvo que distraer su atención entre si lo perseguían judicialmente o se dedicaba de tiempo completo a la campaña, sus gritos de no me van a doblegar no surtieron el efecto esperado. Su derrota podría llevarlo nuevamente a la PGR y quedarse un buen rato.
Desde Los Pinos, el presidente Enrique Peña Nieto pensó que con sólo presentar a un candidato con imagen de honesto podría ganar las elecciones, pero se equivocó, porque se olvidó de que su gobierno no pasa la prueba de la honestidad y eso significó que su abanderado recorriera el país llevando una loza muy pesada sobre su espalda.
Ahora sí aunque en los dos frentes que saldrán derrotados digan lo contrario este arroz ya se coció, estamos a muy pocos días de que los ciudadanos lo refrenden en las urnas. En política los errores se pagan muy caros. El PRI ya mordió el polvo y lo volverá a morder.
*****
Ahora que llegaron las lluvias que causan graves estragos sobre todo en las colonias populares, que falta agua en varias delegaciones, que el tránsito vehicular esta insoportable, que el metro falla cada vez más, uno se pregunta ¿qué hizo Miguel Ángel Mancera (Mancerita) los cinco años que estuvo al frente de la Jefatura del Gobierno de la Ciudad de México? A la candidata del Frente por la Ciudad Alejandra Barrales le pasó lo mismo que al candidato presidencial del PRI, nada que presumir de su partido como gobierno. Eso sí, Mancerita les dio manga ancha a los concesionarios de los parquímetros que con sus “arañas” atracan en cada vez más puntos de la capital del país.
@HctorMoctezuma1
circuitocerrado@hotmail.com