Claudia Rodríguez
Uno por decenas
A los mexicanos no nos puede quedar un resquicio de duda, la inminente crisis que el país vive en términos de inseguridad y violencia a manos de delincuentes de todo tipo, incluso los incrustados entre las mismas autoridades.
Para ser justos, este México rojo no se originó hace unos meses, pero tampoco, hay que ser claros, se ha puesto en marcha antes y ahora, la estrategia que dé en el corazón de las organizaciones criminales para ir haciendo huecos que las aniquilen. Su prolongada estancia, con más fuerza y poder de blanqueamiento de sus ganancias ilícitas; ha creado por supuesto que sí, a distintos grupos delincuenciales de fuerza descomunal, que basan mucho de su poderío en el terror que siembran entre la sociedad.
El enfrentamiento entre fuerzas armadas y civiles en Culiacán, Sinaloa la semana anterior, por detener a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos del capo Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”; dejó en claro, que el Cártel de Sinaloa, con todo y su líder encerrado en una prisión estadounidense, sigue siendo una piedra en el zapato, difícil de lidiar; sobre todo porque al final por la vía de ráfagas de violencia, logró la liberación del ya detenido.
El resultado negativo, en cuanto a la finalidad de la captura, y sobre todo la balacera entre civiles inocentes, nos ha puesto a los mexicanos a debatir otra vez, expertos o no; sobre si el presidente Andrés Manuel López Obrador tomó una decisión equivocada o acertada, al liberar de inmediato luego de su captura, a Guzmán López, tras la presión de los civiles armados.
Crítica de odio sin mediar razón
Cuando se acusa a López Obrador del resultado fallido y en algunos casos fatídicos –hasta ahora se han encontrado poco más de una decena de cuerpos–, por el enfrentamiento vehemente vivido en Culiacán; muchos lo hacen desde el odio que le profesan al primer mandatario del país.
Soltar a Ovidio Guzmán, tras la vehemente acometida de los sicarios, en medio de la población culichi, a muchos les parece fatal; pero de igual forma a esos mexicanos que repudian a Andrés Manuel, seguro les había parecido inconcebible, que por la captura de quien se sospecha delincuente, el saldo sangriento de la población civil, se hubiera elevado a cifras extraordinarias.
No obstante, los expertos, en su gran mayoría coinciden en el buen juicio de López Obrador, ante una situación tan delicada como la de la tarde del jueves 18, en tierras culichis. Más allá de la medición de fuerzas entre el Ejército y los sicarios, no podrían estar de por medio decenas de vidas.
Delincuencia consentida por gobernantes descarados
Seamos también claros, los cárteles de la droga y otras organizaciones delincuenciales tienen su origen y crecimiento en fuerza y poderío, durante los Gobiernos anteriores, que con cañonazos de miles de dólares como se ventiló en el llamado juicio del siglo contra “El Chapo” por un juzgado neoyorkino, se refirió que el expresidente Peña Nieto, había pactado con al menos, el Cártel de Sinaloa.
“El Chapo” ya encarcelado se les “escapó” de penales federales de alta seguridad, a Vicente Fox y a Peña Nieto; así que panistas y priistas deberían poner sus barbas a remojar, antes de hasta llegar al extremo de pedir la renuncia a su cargo. del actual presidente de extracción morenista.
Lo que sí queda claro, es que los criminales ganaron una y eso nos aterra a todos.
Acta Divina…En febrero del presente, el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Badiraguato, la tierra que vio nacer a “El Chapo” y el mandatario señaló: “Tenemos que buscar el camino del bien, no afectar al prójimo y no afectarnos a nosotros mismos, no afectar a nuestros familiares; es muy importante la libertad, muy importante”. “Y estamos buscando regenerar la vida pública con atención a los jóvenes, con empleo, con bienestar. Vamos a echar a andar toda una gran campaña dirigida a los jóvenes para evitar el consumo de drogas, como nunca”.
Para advertir… Culiacán y Badiraguato, sigue siendo tierra de narcos y sicarios.
actapublica@gmail.com
www.indicepolitico.com