Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; en estos días el país se encuentra en conmoción y confusión a causa de la amenaza- aviso de que se impondrá un arancel del 25% a todas las exportaciones que la nación hace a los Estados Unidos, con motivo del TMEC. Si México no se aplica por controlar la migración, el narcotráfico de fentanilo y deja de coquetear con China.
Y que, en una especie de malabarismo discursivo, se trata de convencer al autor de la amenaza- avisó Donald Trump próximo presidente de aquella nación, de la importancia que tiene el comercio entra los dos países, que de actuar tan alocado e impulsivamente, sería como un disparo al pie.
Y que no es con impuestos, como se resuelven los problemas y que hay que dialogar para llegar a un acuerdo comercial que sea benéfico para los tres socios.
Este alegato da la impresión que corresponde a otra causa, muy diferente a la razón que da Trump para imponer semejante sanción a nuestro país, que hasta se conforma un panel empresarial, para negociar los términos del TMEC, por cierto con lo más “granado” de los empresarios de México denominado pomposamente Consejo Asesor del Desarrollo Económico Regional y Relocalización de Empresas, cuyo objetivo es abogar para que no se graben las exportaciones porque afectan a los consumidores de los tres países socios.
De esta forma la presidencia plantea la defensa de los intereses nacionales y la soberanía.
Dejando claro que mediante un plan llamado Plan México, se definirá la estrategia en política industrial y atracción de inversiones y sustitución de importaciones. Como si el problema fuera el TEMC y no los tres paquidermos que tenemos en la sala. Fentanilo, migración y China.
Y es que soslayar estos “problemas” vendiendo ideas patrioteras no desaparece la amenaza – avisó.
Lo que Trump está diciendo es que usará cualquier medio que sea necesario a su juicio, para obtener lo que exige.
Y que no es otra cosa que detener el flujo de migrantes y de fentanilo a su país y que se deje de importar productos de China que afectan la cadena exportadora mexicana. No sólo el comercio local con productos chatarra. Sino aquellos que implican mayor tecnología o manufacturas chinas realizadas en el país. Como el sector automotriz y de telecomunicaciones, por ejemplo.
Usar los argumentos relacionados a la importancia que tiene el tratado, es pirotecnia para consumo local y si esa va a ser la línea argumentativa, pues ya demos por sentado que va a haber sanciones.
Trump no espera excusas. Quiere soluciones y compromisos tangibles en estos tres temas.
Así entonces la presidencia debe de preparar un verdadero plan de shock para atacar a los grupos criminales del narco y someterlos y detener el flujo migratorio. No hay de otra. Y transparentar con claridad el comercio con China, para que no haya dudas de lo que ingresa y que hoy lo hace a sus anchas. Por ese sentido de simpatía que en la pútrida izquierda representa China y Rusia. Y por picarle los ojos al gigante capitalista.
Sin embargo, la frontera y el intercambio comercial y de personas no lo tenemos con esos países. Lo tenemos con los güeros yanquis y despreciar o tratar de manipular la relación con ellos, no es buen negocio.
Si de por sí hemos tenido un paupérrimo crecimiento no superior del dos y medio por ciento, que en estos seis años ha caído de forma brutal, peor sería si no tuviéramos un tratado comercial como el que tenemos.
Sería un crimen de alta traición provocar el rompimiento del tratado, por culpa del narcotráfico.
O por ineptitud en el tema migratorio o por simpatías ideológicas con China.
Envolverse en el lábaro patrio es una soberana estupidez y más cuando es por negligencia política del gobernante la causa de que los enormes paquidermos deambulen por la sala.
No se hagan bolas. Lo que hay que resolver es ahora.
Tiene la presidencia un mes y veinte días para elaborar y poner en marcha un auténtico plan que en los hechos convenza a Trump que se atiende, como dijo Sheinbaum los tres problemas.
No para que mágicamente desaparezcan, sino que se vea una voluntad política seria, que aleje cualquier atisbo de amenaza, que ya no nada más es de nuestro vecino próximo, sino también de Canadá.
Pues de seguir con vaciladas, como operación enjambre o la de Izazaga 89 y el “se acabó la fiesta” de Ebrard vamos a desayunar con la noticia de la imposición de aranceles.
Ya verán, si creen que Trump no es capaz de eso y otras cosas.
Y no es que esté loco, sino que está convencido de que apretando y presionando obtiene lo que quiere.
Hay esta su segundo mandato. Cuando todos dábamos por hecho su muerte política.
Es odioso y miserable. Como todo populista. Pero sumamente peligroso, como para no tomarlo con seriedad.
Y más cuando se propone hacer más grande a su país.
Entre paréntesis; mal andamos cuando la presidencia dice que si hay una invasión de Estados Unidos está el Himno Nacional. Como lo sostuvo Sheinbaum en su mañanera.
Mal nos vemos con esas expresiones.
Buena parte del país está en manos de los criminales y lo que se requiere son respuestas puntuales ante una oleada criminal nunca vista y que con juego de palabras se recurra a los símbolos patrios, para defender una soberanía, hoy cuarteada por los asesinos que nos tiene sumidos y postrados en la incertidumbre y la barbarie.
Son los narcos los enemigos de México. No los extranjeros.
Son los narcos y polleros los que trafican con fentanilo y personas.
Son los narcos y cómplices políticos los que se embuchacan miles de millones de dólares.
Son los narcos y políticos sin escrúpulos los que tienen al país en un baño de sangre.
Son los narcos y socios políticos los que ensucian el nombre de México.
Son los tramposos y mafiosos los que buscan destruir nuestra nación.
Son los narcos, la corrupción y la demagogia la que irrespeta a la Nación.
Ellos y quienes los apoyan o no lo entiendan. Son los verdaderos enemigos de
México. Y son autóctonos. Como López y no foráneos.
No se equivoquen.
Alegar otra cosa es tapar el sol con un dedo. Y es provocar los peores resultados.
México necesita seriedad y respuestas. No eufemismos chocantes y patrioteros.
Es la hora de actuar. México lo requiere. Basta de abrazos.
No lo crees así querido amigo.
PD. Con tacos de lengua creen resolver la violencia en Sinaloa y en el país.
Dice Harfuch que la violencia en Sinaloa se va a resolver.
Y yo me pregunto.
Cuando?
Cuando se les acaben las balas a los asesinos o cuando se pongan de acuerdo.
Hay un gobierno estatal embarrado hasta los pelos de miasma del narco. Y tan campante.
Hay sospechas de complicidad en el homicidio del diputado Cuén Ojeda. Y Moya Rocha como si nada.
Se puede creer en las palabras. Cuando los operativos llamativos detienen pura morralla delictiva.
Mientras los tiburones se despachan y despachan a sus ancahas.
Y luego se asustan y exigen respuestas como las pedidas por la acción intervencionista de Biden en el caso Mayo Zambada.
Y ahora hasta el Himno Nacional se exgrime. Ante la llegada de Trump y sus bravuconas intimidaciones invasoras.
Y los narcos. Y la corrupción. Y el fentanilo. Y los migrantes. Y China.
De eso no estamos hablando. Dicen.
PD2. Ahora resulta que lo relatado por el NYT sobre el reclutamiento de estudiantes de química por parte del narco, para fabricar las meta y el fentanilo. Es un mito genial creado por Hollywood.
Y quien creen que son los cocineros? Los matarifes o los halcones o lo puchadores.
De siempre. Se han reclutado. El usar los químicos para fabricar drogas no son recetarios que se publiquen en internet.
Y menos las drogas de diseño. Como toda la gama surgida en este milenio.
Estos izquierdosos siempre escondiendo la oreja. Ni hablar.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político