Claudia Rodríguez
Con apenas dos semanas anteriores a la elección presidencial del pasado mes de julio, ya se hablaba del tope de aceptación entre la población, a la que podría llegar el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
No fueron pocos los encuestadores y analistas que apoyados en sus estudios demoscópicos, sentenciaban que Andrés Manuel ya había llegado a sus números de aceptación más altos, y que tras la experiencia de Gobierno, el desgaste confrontado con la realidad, lo haría perder puntaje de aprobación, incluso entre sus propios votantes. De manera conclusiva se aseveraba que las campañas daban puntos, y el mandato los restaba.
Sorprendentemente incluso para los que conocen del tema y ante las adversidades que ha surcado este Gobierno, tales como la escasez de gasolina por días en diferentes regiones del país, el desempleo, la desaceleración económica así como la previsión de que no se crezca en este año más allá del 2.1%, la reducción del presupuesto al programa calderonista de guarderías y estancias infantiles, la violencia sin tregua, las secuelas y la misma muerte de Martha Érika Alonso quien fuera gobernadora de Puebla –luego de la deliberación del mismo Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) tras las impugnaciones de los morenistas de la entidad y respaldados por su dirigencia nacional–, en donde además de otras tres personas, también falleció el esposo de la gobernadora, ex mandatario poblano y en funciones como senador de la República.
En temas de estricta comunicación, se tiene la percepción de que “las mañaneras” –muy tempraneras–, en las que de lunes a viernes el propio presidente López Obrador, esté donde esté, salga a tocar temas de la agenda nacional e insertar nuevas asuntos; podrían haber desgastado la figura del mandatario federal por contradicciones con elementos de su propio gabinete, expresiones que adjetivan a quienes hacen señalamientos a lo que el marca y delinea, en donde uno de los ejemplos a esto último, sean las consultas ciudadanas con metodologías muy abiertas de las que surgió la base para cancelar la continuación de la construcción del llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), y se haya avalado la construcción del Tren Maya y de la Termoeléctrica en Morelos.
Gobernar cobra factura, mas en percepción, Andrés Manuel lleva la delantera por su verdadero combate a la corrupción: en gran escala hacia el huichicol de todos los niveles y el que ya se investiguen los multimillonarios desvíos de recursos en distintas áreas del Gobierno anterior, pero sobre todo, por la austeridad de su gobierno a la que muchos como el Poder Judicial y los órganos autónomos, se resisten.
López Obrador el que rompe esquemas, logró llegar a las nubes: ¿Llegará más allá?
Acta Divina… Andrés Manuel López Obrador ganó con el 53% del voto ciudadano, pero hoy a tres meses del inicio de su mandato constitucional, 67% de los mexicanos, lo respaldan de acuerdo a las mediciones de Consulta Mitofsky.
Para advertir… ¿Qué hará la oposición ante semejante popularidad y en ascenso?
actapublica@gmail.com