Joel Hernández Santiago
Pues nada, que ya va para dos años que inició el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa en Oaxaca. Y como si nada. O mejor: ¿qué será, será?… Esto porque el jueves 15 de noviembre la Constitución local establece que deberá rendir su Informe anual de actividades y para conocer el estado que guarda la administración pública de la entidad.
Antes, el martes 13 rendirán protesta los integrantes de la LXIV Legislatura del Congreso local e iniciarán los trabajos legislativos precisamente el día 15 que conocerán el Informe de Gobierno.
‘En esta jornada electoral la coalición “Juntos Haremos Historia” se posiciona como primera fuerza para integrar la siguiente LXIV Legislatura del Estado con 32 representantes de 42, la cual no será afín al Gobernador del Estado. Por su parte el PRI en unión con el PVEM y PANAL pasaron a ser la segunda fuerza en el Congreso Local obteniendo una muy pobre representación en el Congreso’.
Como quiera que sea. Ya se verá si el gobernador asiste a la Cámara de Diputados de Oaxaca para informar y dar a conocer su mensaje político o enviará el texto del informe para su desglose en las Comisiones legislativas. Probablemente quiera evitar la confrontación con una Coalición que le podría ser crítica, luego de que todavía hace unos días envío a la LXIII que le es afín la Cuenta Pública 2017 y, por lo mismo, le fue aprobada sin ninguna complicación para él y su gobierno.
El problema es que precisamente la Cuenta Pública relata el monto de los egresos del presupuesto que se le asignó para trabajos de ese año, el cual fue aprobado por el pleno del Congreso local en diciembre de 2016 por Artículo 24.
Pero es verdaderamente lamentable que los oaxaqueños no puedan conocer el detalle de la Cuenta Pública aprobada por sus representantes legislativos y saber en qué se gastó y cómo se expresa en realidades contantes y sonantes para los habitantes del estado ese egreso monumental. Cómo se contrató obra. Quién la llevó a cabo. Cuáles son los resultados. En dónde quedó ese dinero.
Qué pasa con las cifras millonarias que se entregan periódicamente al Instituto Estatal para la Educación de Oaxaca (IEEPO) en un estado con crisis educativa terminal; y qué ocurre con los déficits evidentes en materia de salud, trabajo, desarrollo productivo, apoyo a la producción agrícola, pesquera, infraestructura industrial y para el trabajo social. En qué condiciones se encuentran los 570 municipios de la entidad, sobre todo aquellos que están en extrema pobreza…
La Cuenta Pública pasa a ser el gran secreto entre gobierno que entrega e informa y los Legisladores que la aprobaron en gran mayoría sin la mínima responsabilidad de su análisis, objeción, crítica o reclamo de precisiones, clarificación de hechos y obra: nada. En el colmo de lo aberrante dicen los integrantes de la LXIII Legislatura:
‘La diputada Eva Diego Cruz- señaló que el análisis de la cuenta pública se realizó mediante pruebas selectivas de evidencias físicas y documentales que soportan las cifras de los estados financieros.’ Y agregó que ‘De conformidad con las normas profesionales de Auditoría del Sistema Nacional de Fiscalización y el “Acuerdo por el que se expide los criterios relativos a la ejecución de auditorías”, emitido por el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca, se considera que el Gobierno del Estado cumplió razonablemente con la aplicación de los recursos públicos respecto de los programas ejecutados, ajustándose a los términos y montos aprobados.’ Bueno.
En tanto, la alternativa social para conocer el 2 + 2 de lo gastado y sus resultados, como es el Instituto de Acceso a la Información Pública, que preside Francisco Javier Álvarez Figueroa, se caracteriza por dar evasivas a consultas, prorrogas o recursos a fin de que la información no llegue en tiempo y forma, las necesarias para que se cumpla con su cometido.
De cualquier forma queda pendiente qué informará el gobernador Murat Hinojosa este año en base al presupuesto que se le entregó por $472,597 mil millones de pesos para 2018; y los recursos que se asignaron como fondo para los desastres ocurridos por los sismos de septiembre de 2017 y el fideicomiso y con aquel préstamo por 1,200 millones a veinte años que solicitó con plazo a veinte años: ¿qué pasó con todo ese dinero que es de los oaxaqueños y para los oaxaqueños?
Si. El gobernador tiene mucho que informar. Sobre todo las razones por las que la entidad no ha incrementado su productividad, no se ha incrementado el trabajo, la migración de muchachos oaxaqueños sigue siendo el pan ácimo de cada día, como la pobreza y el quebranto social…
La inseguridad sigue in crescendo en tanto que la indignación estatal por la falta de gobierno es más que evidente: Oaxaca no se resuelve en fiestas de Guelaguetza ajenas a la Guelaguetza y de Muertos como si fuera un carnaval.
Así que la expectativa es mucha, pero la confianza poca. Sí, informará cuantiosas obras y resultados; jurará que Oaxaca es el paraíso de la inversión extranjera y que la inseguridad es más una excepción que una realidad. Que todo ahí es ‘casi el paraíso’…
El problema está en que la realidad choca con el discurso político. Y ojalá, en un acceso de franqueza ‘que tal vez juzguen descaro’, informe que las cosas para los oaxaqueños no van tan bien como se pensó cuando se votó por él; que la desconfianza aun priva y que el año que viene las cosas serán distintas para todos, para bien de todos… ¿será?
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