Claudia Rodríguez
Miles de millones de pesos que se diluyen
Una de las preguntas válidas para el actual Gobierno de México, es si los gobernados resistiremos una nueva asignación de recursos millonarios para los proyectos de infraestructura sexenales, luego de que el llamado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la obra insignia del sexenio pasado con Enrique Peña Nieto, se convirtiera al final en un barril sin fondo, y con escasos avances al término del tramo peñista; lo que luego llevó a que el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, presentara su propia visión de infraestructura de desarrollo para el país.
Una vez que se dio carpetazo a seguir construyendo el NAIM en Texcoco, esta nueva Administración decidió impulsar al aeropuerto internacional en Santa Lucía, además de la construcción del Tren Maya en el sureste del país, así como la creación de más refinerías; que, por supuesto serán con cargo a los impuestos de los contribuyentes, aumento en el pago de derechos y sobre todo, la desviación de asignaciones presupuestales como sucedió el sexenio anterior.
El dictamen del NAIM conocido por este nuevo Gobierno, refiere que el sobrecosto de esta obra se tasa en un 77.5 por ciento, más allá de lo que se anunció en 2014.
Al presentar el proyecto de su obra faraónica, apenas a dos años de iniciado su mandato, Peña Nieto informó que el costo total sería de 20 mil 500 millones de pesos, que al final sumaron y sólo para un avance medio de obra negra, 300 mil millones de pesos, sin contar los 102 millones de pesos destinados a la producción y difusión de promocionales en medios de comunicación que destacaban las ventajas del NAIM, desde la visión el Gobierno,
Santa Lucía va
El aeropuerto de Santa Lucía, por el que López Obrador canceló el de Texcoco, fue objeto de resistencia de distintos grupos de mexicanos, que hasta impusieron amparos por la construcción de la obra, mismos que ya han sido rebasados
Ayer, 7 de octubre, en el Estado de México, Juan Carlos Guzmán, juez Quinto de Distrito en Materia Administrativa, declaró fundado un incidente de revocación de suspensión definitiva, promovido por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con el argumento de que el aeropuerto de Santa Lucía es un tema de seguridad nacional.
Se falló a favor de la Sedena, al revocar una suspensión definitiva que impedía la construcción del aeropuerto en la Base Aérea Militar de Santa Lucía, en el Estado de México.
Las siete suspensiones que han impedido el inicio de obras en Santa Lucía podrían tener el mismo destino y ser revocadas.
Obras para el desarrollo o para el enriquecimiento de unos cuantos
Es inequívoco esperar el desarrollo del país, sin contemplar obras necesarias de infraestructura, pero la burra no era arisca, la hicieron.
Sexenio tras sexenio, ante cualquier obra de infraestructura carretera, portuaria o aeroportuaria, incluso de infraestructura local; los sobrecostos son parte del pastel presupuestal y más aún, los desvíos y hasta atracos a los trabajadores son cosas cotidianas.
Con el NAIM, no sólo los precios por arriba de los presupuestado se hicieron presenten; también el que desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) –cuál sino no— se dejaron de ejercer partidas millonarias destinadas a aliviar la pobreza en México para desvirarlas a la construcción de la obra sexenal de Texcoco, además de que incluso las Afores de los trabajadores, fueron saqueadas.
Si los pesos y centavos que soportarán el costo de las obras del sexenio saldrán del combate a la corrupción, ya podremos los mexicanos ir haciendo un nuevo orificio a nuestro cinturón ya casi deshecho de tanto horadarlo. Hasta ahora, no hay obra sexenal, con costo al bolsillo de los mexicanos que más que posicionarnos en un mejor estatus de bienestar, nos hunda más.
Acta Divina… El presidente Andrés Manuel López Obrador promete la conclusión del aeropuerto civil de Santa Lucía, en 2021.
Para advertir… Corren ya las apuestas.
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