HORIZONTE DE LOS EVENTOS
La teoría de las crisis, sumamente estudiada y probada incluso en México, y el trágico deceso de Luis Donaldo, nada aportan en la percepción del gobierno de la República. Tampoco lo hace la doctrina de la “unidad nacional”, también experimentada, estudiada y bien precisada en nuestra tradición judeocristiana, ya bien explícita desde Platón.
Y es la fuerza y ambición del estadista, el construir el país que se pretende, logrando su conjugación, con el aprendizaje histórico. Con el entendimiento y asimilación del legado histórico patriota y nacionalista que el pueblo, la nación mexicana -a la que se refirió por vez primera, en 1808, en Padre de la Patria, D. Miguel Hidalgo-, a pulso de la sangre por su sacrificio, de los mayores hijos de la Patria: ese es el sentido histórico que nos rige, pese al enfrentamiento de poderosos intereses internacionales -en confluencia con algunos nacionales que no comprenden, o apátridas-, esos sí, heredados desde el descubrimiento de América y de la fundación de la Nueva España.
Allí, fray Bartolomé de las Casas, el Tata Vasco, Fray Eusebio Kino, la propia sor Juana… es inútil relacionarlos (siempre se peca en la omisión)\. Tampoco debemos ignorar extranjeros que hicieron posible la ilusiones y anhelos nacionales, que en sus tierras de origen, fueron, y acaso son hoy, todavía, imposibles concebir, como Mina, Fray Servando y el Gral. Prim. De Gabino Barreda, Ramos Arizpe. La vocación enorme, todavía irrepetida de D. Belisario Domínguez, de Jara, Mújica. Esteban Baca Calderón…
El entendimiento constructor, patriota e impersonal pero sí, muy consciente al distinguir sus propias aspiraciones del SENTIDO HISTÓRICO DE LA NACIÓN MEXICANA proclamada por Hidalgo: las aspiraciones y reclamos por los que México luchó y sigue en pié de lucha, DE SU PROPIO PROYECTO. Y en ello radica la naturaleza de nuestros héroes, su memoria y ejemplo, y no, de aquellos que aún muy grandes, de enorme legado, pero que lograron enfrentar al pueblo. O más, como Díaz, unir al pueblo contra ellos ¿Hay dudas todavía? ¿Qué tan grande fue -o fueron- que lograron levantar al pueblo en su contra?
El pensamiento social del maoísmo es muy peligroso: Hoy en día, China, los chinos más bien, tienen la claridad de su necesidad de un gobierno vertical e inopinante, en virtud de su pérdida de identidad, a partir del maoísmo, de Mao, está claro.
No quiero mencionar experiencias de “políticos” que encontraron los distritos por los que eran postulados, “quietos, sin pasión, necesitados de movilidad -necesaria para reaccionar y vivir”, que estuvieron a punto de ser quemados en vivo por la perturbación que llevaron y ocasionaron con su visión y actuar político, sin ninguna sensibilidad ni entendimiento de la realidad del pueblo bronco que somos la Nación Mexicana.
Si hubiera la necesidad de dar nombres y sus experiencias, con gusto los menciono, y os aseguro, llevan directo a un viciado entendimiento teórico de la política, de gobernantes nuestros que han acabado con el sistema que nos legó la Revolución Mexicana, y que al sustituirlo, lo desmembraron, sin ser capaces hasta hoy, de realmente reponer los pilares en que se construyó tal herencia: ni los de la Revolución, ni los pilares que esta sostuvo del Porfiriato, de la Reforma, de la Independencia y aún, de la Nueva España, en una confusión seudorevolucionaria, que no lo fue.
Hidalgo, Morelos, Juárez, Madero y Cárdenas, divisa de la actual Administración, fueron estadistas mexicanos de talla universal. Ello ha sido señalado y reconocido por notables de la historia universal (Napoleón, Victor Hugo, Marx), además, en momentos en que la Patria ha sido amenazada por potencias extranjeras. Todos ellos son el ejemplo del principio de respeto al sentido histórico y naturaleza mexicana a la que me refiero: Fueron capaces, todos ellos, de sacrificar su vida, al anteponer el entendimiento de las aspiraciones de México, a sus propios intereses, o como hoy se dice -y que entonces no existía- proyecto y ambiciones “transexionales”.
Sólo el gran y único líder de México -en mi propia definición, que es tan rigurosa, que exige para ser líder, HABER SIDO INVULNERABLE A CUALQUIER OTRO HOMBRE O PODER HUMANO: Dos condiciones, haber muerto con el Poder y de muerte natural, invencible a cualquier otro hombre-: Juárez, los demás, pagaron con su vida, el compromiso que exige la historia de México, ser de ese tamaño y poder estar en ese salón de la fama -en términos míos y del Presidente, beisboleros-, que es el verdadero sepulcro del honor Patrio.
Y Cárdenas, que no tuvo ocasión de arriesgar su vida, al fundar el Presidencialismo y expulsar a Calles, gracias al entendimiento histórico de don Plutarco, y a su acatamiento al mandato de la historia: ¡ESA ES LA VERDAD!
Pero el Gral. Cárdenas, estadista, también hubo de ser congruente -y sacrificar, en consecuencia- con el mandato de nuestro sentido histórico, con todo su deseo revolucionario, y con todo el Poder de haber acabado con “El Jefe Máximo”, y/o, con el “Maximato”, es decir, aún siendo el Presidente que fundó el “Presidencialismo”, y consecuentemente, el Sistema Político Mexicano, renunció ha ser sucedido por Francisco Mújica -aunque eso implicara un retroceso para la Revolución Mexicana, que algunos consideramos una traición- y dejar al Gral. Ávila Camacho -agente bien congruente con el futuro Opus Dei porque gracias a ello, dio un equilibrio que permitió robustecer la institucionalización del Movimiento de 1910:
Hablamos de estadistas y patriotas de un peso específico y una densidad molecular, que aún no hay báscula capaz de pesarlos, lo que hoy, el país reclama… mucho más allá de caprichos y vanidades históricas de hombres menores, a quienes debemos advertir que por más que paguen por ver sus nombres en letras doradas, tengan presente -como advirtió el poeta que nunca más fue Emmanuel Acha: “si no están bien pegadas, el tiempo las hará caer”.
Es innegable que el gobierno actual tiene sus detractores. Todos los tienen, y el Presidente López Obrador los ha sumado a lo largo de cuarenta años de su lucha, tantos y con tanta firmeza, como sus treinta millones que lo eligieron. O sea, muchos, muchos más que los que sus antecesores del 88 para acá.
No obstante, con el abono de sus colaboradores más recalcitrantes, han ocasionado la activación de explosivas polarizaciones sociales. Y de todos ellos, muy poco evidencian sensibilidad política y olfato mínimo, para desactivar las bombas heredadas. Y mucho menos han mostrado entender, las que sus propios colaboradores propician, construyen y siguen activando.
De la unidad nacional, que con su convocatoria en su última campaña del año pasado sugirió, al tender puentes importantes con los empresarios, intelectuales y científicos, con grupos menos radicales, moderados y aún conservadores, y con el Ejército, que le permitieron sumar en buena medida, los votos que obtuvo, nada ha pasado a los hechos.
Por el contrario, su posición a la defensiva, a la vez que agresiva, viene polarizando al país aún más de lo que de por sí estaba. Polarización por demás evidenciada con su inusitada votación a favor.
Una gran votación que no le bastó para sentar a sus opositores y lograr atención a un llamamiento en favor de la salud de la República -Mexicana. Votación similar a la que hipotéticamente, quizá, hubiera obtenido el Tata Lázaro, después de la Expropiación Petrolera.
Pero bien, él es el Presidente ¿Pero sus colaboradores cercanos, al contrario de cubrirlo, de sanear su protagonismo confrontable, no sólo manifiestan su misma actitud más que posición, sino que usan sus mismas palabras y extreman las posiciones. Hechos que si no fueran tan graves, tendríamos que entender como pobreza de creatividad. En lugar de construir, amarrar, integrar, como por excepción hace en el Senado, Monreal.
La falta del oficio político más elemental, a la hora de construir su proyecto, que si bien AMLO lo exalta y anuncia mesiánicamente, lo reiteran sin hacer la asepsia y curación a las afrentas del Presidente, ni corrigen las desviaciones de su propuesta de campaña, que alejan simpatizantes, al ver claudicadas las coincidencias ofertadas. Las consecuencias fueron previsibles, previstas e ignoradas, y son hoy, manifiestas y por demás delicadas.
Culpar a sus “legatarios” no alcanza para curarse en salud: El equipo del Presidente en este terreno, nacionalmente, lo desgasta y arrastra de paso, al país. De cara al entorno internacional, lo evidencia sin control, de poco crédito y en los noticieros gringos anuncian, bueno, perritos falderos de los caprichos de Trump, ese grandote estúpido y grosero con el pueblo mexicano, facilitando su reelección.
De esto, respecto de Marcelo, Muñoz Ledo ha dado cuenta suficiente de lo vergonzante, extralimitado e ilegal. Pero Garduño, primitivo y soez, ha sido más que nadie, la mano negra que propició la grave reacción de la policía federal. Si como dicen, ya sabían que había acciones para desestabilizar su proyecto, cómo es posible que el nuevo Comisionado de Migración, hiciera esa referencia aún más estúpida que las agresiones de Trump, por ser mexicano y además, a su propia estructura, de quien depende no sólo él, sino el “acuerdo” migratorio con los EEUU y la Guardia Nacional, proyecto de seguridad nacional de Andrés Manuel.
Y que viendo al vecino, no ponen sus barbas a remojar (le siguen rascando los güevos a Sansón): Ninguno acusa recibo de la gravedad.
El día 5 de los corrientes, el propio Poncho Durazo reafirma su posición contra el movimiento de sus propios subordinados, culpa a otros de organizarlos y no asume ningún compromiso en favor de su base. Sobrado de todo, menos de oficio político. Y el tema se ha puesto mucho, pero mucho más grave. Veamos:
El secretario Durazo sigue abonando a una descomposición de la seguridad nacional, materia de su propia responsabilidad. No puedo dejar de recordar aquella entrevista en la que aseguró estar “preparado para ser Presidente”… pues Poncho: tienes descompuesta tu responsabilidad con la nación y comprometido el prestigio de tu propio quehacer político.
Pero aún más: en lugar de sumar a los que evidentemente tiene otro patrón, u otros, y no tú, sigues acusando y alejando toda posibilidad de integración. Y de seguir en esa tónica, pronto sumarás en tu contra, y del Presidente, a notables y grupos que ahora mismo no están en contra tuya ni involucrados en el conflicto.
Y eso, sonorense y colosista, no es lo más grave, y es aquí donde me permito recomendar, eches mano de la experiencia que debes haber aprendido de la descomposición que llevó a la muerte a Luis Donaldo, nuestro líder y jefe, de quien estuviste tan cerca: Hay que sanear. Eso hace el político: La conciliación de intereses.
OJO: nomas falta un muerto a la situación, para que hora sí, valga madres todo, otra vez.