Cicuta
Jaime Flores Martínez
Atrapado en una burbuja panista donde ya no puede maniobrar, Ismael Burgueño Ruiz apunta a ser el peor alcalde morenista de Baja California. Mas allá de sus conflictos legales derivados del incumplimiento de la pensión alimenticia (asunto que abordará Cicuta en su momento), el morenista Burgueño ingenuamente permitió rodearse de panistas camaleónicos incapaces de administrar, pero dispuestos a robar a sus costillas. Si acaso alguien lo ignora, Burgueño Ruiz se dejó maniatar por el ex alcalde panista Jorge Ramos Hernández.
Este último tiene un colmillo retorcido y responde a los interesas de una dupla conocida como Torres-Beltrán. Resulta que —víctima de sus propias limitaciones administrativas— Burgueño Ruiz abrió las piernas ante la turba de rateros cuya intención de fondo es utilizarlo como marioneta. ¡Intentan capitalizar sus desatinos! Lo peor del caso es que el ex canciller mexicano Marcelo Ebrard Casaubón ya se dio cuenta que su pupilo fue descaradamente cooptado por panistas que cambiaron de piel para mantener sus raterías.
Si acaso alguien lo ignora, Marcelo Ebrard fue el impulsor de Burgueño para que fuera candidato de MORENA a la presidencia municipal de Tijuana. Ebrard metió las manos a pesar de estar políticamente comprometido con la todavía alcaldesa Monserrat Caballero Ramírez, quien lo apoyó a través de Miguel Ángel Bujanda en su etapa de “corcholata”. Monserrat fue la única figura en Baja California qué apoyó a Ebrard, pero a través de Bujanda. En otras palabras, dicen que Marcelo Ebrard empujó a Burgueño quizá porque lo observaba ingenuo.
Sin embargo, a días de que reciba su constancia de mayoría, las luces preventivas alertaron a Ebrard al saber que “pandilleros” ahogan a su muchachito y de inmediato mandó un emisario para que destrabara el entuerto. Sépase que con tal de “llevar la fiesta en paz”, Burgueño Ruiz aceptó integrar su próximo gabinete con personajes que tienen las uñas negras, la mirada perversa y las ambiciones color azul panista.
Aunque seguramente ya siente que conforme se acerca su toma de posesión se encuentra mayormente maniatado, la tibieza de sus reacciones hace que sus titiriteros se froten las manos con máxima fruición. Burgueño debe entender que la intención de ese grupo panista es agobiarlo hasta el punto de la desesperación y entonces sí, arrimarle montañas de papeles para que firme de prisa.
Tan ingenuo personaje debe saber que signará documentos oficiales que lo comprometerán. Cicuta debe recordarle a Burgueño que Jorge Ramos Hernández, conocido en la cloaca política como la Rata Blanca, ya despachó como alcalde de Tijuana y, ojo, responde a los intereses del impresentable Fernando Beltrán Rendón quien se dedica a la promoción de boxeadores. Además de explotar a muchachos humildes esperanzados en tener éxito en el negocio de los puñetazos, Beltrán se dedica a hacer millonarios negocios al amparo de servidores públicos corruptos. ¡Los compra con regalos y hasta los hace compadres!
En otras palabras, todo lo que le plantea Ramos es por instrucciones directas de “Beltrán y Torres”. Fue precisamente esta dupla quien mandó a Ramos para que Burgueño integrara al menos la mitad de sus ratones como integrantes de su gabinete. Y Burgueño lo hizo. El asunto se torna delicado porque los cerebros de la estrategia no contemplan la inclusión de estrategas administrativos, sino puro experto en transas.
Más delicado resulta saber que Burgueño parece no observar que Claudia Sheinbaum escoge para su gabinete perfiles con amplísimo conocimiento administrativo, social y científico. En palabras simples la intención de Sheinbaum es dar resultados para dar lo prometido. Y, claro, espera que la sigan. Sheinbaum esperará que los gobiernos estatales y locales emanados de MORENA reciban una buena calificación social y no acusaciones por la utilización de rateros.
Además, debe tener en cuenta que Sheinbaum está consciente que su arribo a la candidatura de MORENA fue apuntalado por el ex canciller (y adversario en la etapa corcholatosa) Marcelo Ebrard Casaubón. Burgueño sabe que Ebrard recibió luces amarillas al enterarse que —en su calidad de apóstol—malamente permitió que Ramos-Torres-Beltrán le amarraran las manos ante su mostrada ingenuidad.
Ebrard sabe que Jorge Ramos es capaz de decirle que “no se preocupe por nada. Yo tengo experiencia y puedes dejar todo en mis manos”. Una versión obtenida por Cicuta revela que hace apenas unos días llego a Tijuana Carlos Candelaria, uno de los operadores de confianza de Ebrard.
Candelaria tendría la misión de impedir que Burgueño se deje manipular por panistas que ahora se disfrazan de morenistas. Recordemos que Jorge Ramos Hernández ganó el 2 de junio una curul en el Congreso de Baja California, aunque fue cobijado por las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) pero impulsado por MORENA.
Y aunque Ramos se autoflagelaba para que la generalidad entendiera que en sus venas circulaba sangre panista, más tarde que temprano dejó de ser pastor cristiano para reintegrarse a la grilla.
Su amplísima visión le dibujó que la ruta a seguir era el partido verde, satélite de MORENA. El pasado día 2 Ramos ganó una diputación local, pero cumple labores de titiritero con Burgueño para satisfacción de sus patrocinadores. Ramos deberá someterse a las instrucciones que aplicará su enviado Carlos Candelaria.
Para empezar, incrustará en el gabinete de Burgueño a las “piezas” que le aportaron en su época de corcholata. Burgueño debe saber que algunos que lo rodean pregonan que aplicarán la ley a funcionarios de la actual administración municipal. Eso no podrá hacerlo, aunque quiera. Por el contrario, deberá aceptar a quienes —en el pasado— gestionaron patrocinios a favor de Ebrard.
Ah
Como Burgueño anda tan ocupado por quedar bien con unos y otros, seguramente no ha reparado en que con disciplina administrativa le amarrará las manos a tirios y a troyanos. Quedará bien incluso con Sheinbaum.
Positivo
Qué bueno que algunas voces salen a festejar situaciones que a muchos otros les angustia. El deslizamiento del peso frente al dólar es sin duda un fenómeno que provoca sobresaltos y los expertos lo llaman nerviosismo financiero. La versión sencilla es que nuestra moneda se deprecia, es decir, se devalúa, vale menos. Sin embargo, voces que representan a los servidores turísticos se congratulan del deslizamiento del peso porque representa una oportunidad para ellos. Resulta simple explicar que los dólares que traen los extranjeros valen más en México y la derrama es mayor. Vale la pena observar esta visión.
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