La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Son tan comodinos que se casarían con su muñeca inflable
Una de las estrategias, por las que Andrés Manuel López Obrador, consolidó su popularidad, radicó (y aún continúa), en recorrer los 2,446 municipios que hay en el país, desde luego, algunos los ha visitado varias veces.
La práctica, no es invención del tabasqueño, de hecho, el ‘librito’ electoral del viejo priismo señala que, el contacto con el elector no se sustituye con nada, hay que darse ‘baños de pueblo’ y verificar in situ, cuáles son las condiciones de vida de las mayorías.
En este sentido, el gran déficit táctico de la oposición ‘ciudadana’ (constituida, por ahora, en un nuevo membrete llamado Unid@s), es su proclividad de hacer proselitismo por las redes sociales, lo de la caminata, no se les da.
Supongamos, sin conceder, que sus propuestas son de interés para la sociedad, así pues: ¿cómo piensan comunicarlo? ¿solamente por Twitter, Instagram o Facebook?
En ocasiones anteriores, hemos subrayado la gran utilidad de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, sin embargo, así como se hace campaña ‘por aire’, hay que entrarle a lo terrestre, de lo contrario, el objetivo se queda trunco.
Es claro, que ‘el háganme suyo’ de José Antonio Meade, fue un rotundo fracaso, un ejemplo contundente de lo que no se debe hacer, por lo tanto, si estas expresiones ‘ciudadanas’ insisten en trabajar desde su zona de confort, están destinadas al olvido.
Quien quiera que aspire, tiene que ir al ejido, al mercado, a la lechería, al Filo de Caballos, a la Pochota, a la Tarahumara, a la Zona de Tolerancia, sino les gusta, mejor ni lo intenten.