Aunque Pese
Por Salvador Martínez G.
Desde la llegada de Morena al poder con Andrés Manuel López Obrador en las elecciones del 2018, los partidos de oposición, con la suma (¿o resta?) del derrotado PRI, no han encontrado la brújula para convencer a la ciudadanía de que son una verdadera opción política en el país.
El Partido Acción Nacional (PAN), fundado en 1939, se mantuvo durante décadas como una organización de derecha con influencia y representación de la Iglesia Católica sin mucho éxito hasta el año 2000, cuando con Vicente Fox accedió al poder federal y logró mantener el control político nacional en el siguiente sexenio con Felipe Calderón a la cabeza.
Ambos sexenios ofrecieron un continuismo al periodo neoliberal iniciado por el PRI con Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, política de derecha que sigue con el dominio nacional.
En el 2012, el PRI recuperó la presidencia de la República con Enrique Peña Nieto como abanderado, pero con la misma ideología neoliberal que había ya pauperizado a las clases obreras y campesinas, con una mayor concentración de la riqueza en unas cuantas manos. Se cambiaba para seguir igual.
Con la llegada de Morena, se impone una política de izquierda con mejoras constantes al salario de los trabajadores y políticas sociales con programas de beneficios económicos directos a las mayorías nacionales, lo cual le permite consolidar una base electoral y así asegurar el triunfo de Claudia Sheinbaum Pardo en el 2024.
En los últimos siete años, la oposición, llámese PAN o PRI, ha languidecido, perdido su sólida estructura de partido de masas, en el caso del tricolor, y de cuadros sociales sólidos, en el caso de los azules, al grado de que hoy son apenas un poco más que membretes, justo cuando hay sectores de la sociedad que desearían la existencia de un partido político sólido, no de críticas al gobierno, sino de proyectos alternos viables y convincentes.
Ni siquiera los esfuerzos por construir nuevos partidos, como el de Somos México o el de Fuerza por México, han logrado convencer a la ciudadanía, que sigue escéptica, a pesar de los yerros evidentes de algunos dirigentes de Morena que hoy traicionan sus principios y objetivos.
SUSURROS
El colmo de los colmos lo representa la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, quien con la mayor desfachatez pretende justificar su viaje a Ámsterdam en Europa con la celebración del cumpleaños de su hija radicada allá y por haber utilizado recursos propios para su periplo.
Lo cierto es que va en contra de los principios del partido que la llevó al poder y se suma a su descrédito por las demandas impuestas a los periodistas Jorge Luis González y Héctor de Mauleón tan sólo porque sus críticas no le han parecido adecuadas. ¿Hasta dónde va a llegar?
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