Rodolfo Villarreal Ríos
Este será el tercero y último de los diálogos que este escribidor (RVR) y el economista Sergio Enrique Castro Peña (SECP) sostuvimos en 2013, pero cuyo contenido señalado en el titular de este escrito no ha perdido vigencia. Procedamos.
(RVR) Tal vez tú, y nuestro lector amable, y único, de estos diálogos, se sorprendan de que este escribidor, nunca adorador de la mano invisible, haya criticado las recetas de Paul Krugman. Sin embargo, por experiencia personal, no puedo dar crédito alguno a ese sujeto. Allá por la primavera de 2004, tuve la ocurrencia de ir a escucharlo durante una plática que dio en la University of North Carolina-Chapel Hill. De su conferencia, lo único que recuerdo es que acabe preguntándome en donde estaba su genialidad; no dijo nada que valiera la pena. Al final de la charla, me acerque para cuestionarlo y simplemente no me respondió, se dio la vuelta y se fue a tratar de vender su libro que entonces promocionaba.
(SECP) Entiendo que no perdones a Krugman su altanería, pero volvamos a nuestro dialogo. La experiencia indica que, en asuntos de política económica, es mucho más fácil comprender y por lo tanto manejar, un fenómeno de depresión que una situación en donde las variables económicas tienen un comportamiento de crecimiento y estabilidad. Cuando las economías empiezan a perder dinamismo, ya sea esto por razones de índole económica o sicológica, o por una combinación de las dos, los responsables de las políticas monetarias y económicas pueden utilizar una gama de estrategias, que en la mayoría de los casos son efectivas.
(RVR) Esto que me dices no me queda del todo claro. Desde mi punto de vista ambas situaciones son extremadamente difíciles de manejar. Tal vez en el caso de una situación de desaceleración existan mayores opciones para poder utilizar diversos instrumentos, o tal vez si su implantación es correcta luzcan más los resultados positivos. Sin embargo, per se eso no asegura que la implantación de tal o cual política y/o estrategia va a resultar exitosa. O bien que, en los casos de bonanza económica, el gobierno aparezca como un espectador-administrador de la abundancia y no tenga instrumentos para influir en el curso de los acontecimientos.
(SECP) En ningún momento establecí que manejar las crisis o la bonanza fuera fácil. Estimo que el secreto para reactivar una economía está en cómo se utilice el gasto gubernamental y en otros elementos que pocos mencionan o evitan precisar. Empecemos por señalar que en las políticas del estado benefactor existe la tendencia de asignar el gasto a partir de un subsidio directo en forma monetaria a los segmentos de la población menos favorecidos. Esto, se hace porque si se invierte dinero en infraestructura, el monto y el impacto en el corto plazo de los empleos creados serán limitados debido al nivel de tecnología y procesos automatizados que se emplean en esas obras. Esto es, al analizar el costo-beneficio de la creación de empleos en las áreas productivas, en una primera etapa, esta alternativa quedó fuera del paquete normal de subsidios directos y por lo tanto son sustituidos por la entrega de dinero o algún tipo de vales canjeables por bienes o servicios
(RVR) Pero esto es caer en un esquema interminable en donde el gobierno habrá de seguir proporcionando subsidios directos en lugar de romper con ese círculo aberrante de la pobreza. Mira lo que ha sucedido durante los últimos cinco años en los Estados Unidos de América. Se empezó hablando de programas de estímulos y en eso se han ido miles de millones de dólares al caño. Los resultados han sido pésimos [recordemos que hablamos de 2013]. El desempleo real ronda el 15 por ciento, la deuda gubernamental frisa los 17 billones (trillones le llaman ellos) de dólares, tienen una de las tasas impositivas al capital de las más altas del mundo, la inversión privada no se activa, 50 millones viven de las “estampillas de comida,” el seguro de desempleo cubre 90 semanas y para financiar todo esto han recurrido a la maquinita de hacer dinero y pedir préstamos a China.
(SECP) Pues si, al parecer los hacedores de política económica en los EUA [en 2013] olvidaron como usar las herramientas correctamente. Pero déjame volver a lo que sucede en una economía como la nuestra en donde también quienes tomaron las decisiones durante los últimos años se les olvidó lo que dice el libro respecto a cómo se ha de utilizar el gasto gubernamental. Ello tiene que ver con el origen de los recursos. Esto es, si la estrategia requiere de una inyección de capital o de fomento a la demanda efectiva y no se cuenta con los recursos necesarios, es necesario precisar si ese déficit será cubierto con deuda interna o externa y el plazo al que se contratará. O bien, buscar elevar el ingreso gubernamental vía impuestos, algo nada recomendable en épocas de desaceleración económica, y que pocas veces da resultados positivos, pero algunos lo utilizan. Una tercera opción es reorientar el gasto gubernamental para usarlo con mayor eficiencia.
(RVR) Esto último no es muy socorrido, ya vimos lo que sucedió durante los tiempos de los Infaustos, I y II. Se contrató deuda en montos que realmente nadie sabe a ciencia cierta a cuánto asciende y cuál es su plazo. Más que utilizarla racionalmente, se fue a parar a quien sabe dónde. Al final de la docena aciaga lo único que creció en el país, además de los súper millonarios, [ en 2013 no imaginábamos que esos serían liliputs ante la comalada de ricos nuevos generada en tiempos de Infausto IV] fue el número de pobres hasta alcanzar los cincuenta millones. La alternativa que hoy se nos ofrece para resolver los problemas se mueve entre la cruzada contra el hambre, un acto de gatopardismo que no va a llevar sino a preservar un estado de cosas aberrante, y las reformas estructurales.
(SECP) Bueno, no puedes negarme que señalar una situación es más fácil que remediarla, máximo si están involucrados sectores y personas con muchos recursos y poder. Esto es un factor por considerar en el caso de México, en donde, como señalamos anteriormente, hay un alto grado de concentración del ingreso y de participación en los medios de producción, distribución y comunicación. Todo esto se ve reflejado en una enorme capacidad de influencia directa, o vía adquisición, ya sea de índole política, ética, económica, moral y hasta religiosa. Por ello, la simple idea de transformar el estado de cosas prevalecientes es en sí una utopía.
(RVR) Por lo que mencionas, pareciera que aun cuando los grupos de poder claman por las reformas, en realidad solamente lo hacen para cubrir las apariencias. A través de sus seguidores de variopinta diversa, se oponen a modificar un statu quo cuyo impacto negativo se ve reflejado en varias formas sobre la mayoría de los mexicanos, lo único que les conviene es que todo cambie para que las cosas sigan igual.
(SECP) La moda es montarse en el discurso de las reformas y decirnos que con ellas la prosperidad y la felicidad atraparan a todos los mexicanos. Sin embargo, en el fondo, aquellos que con más énfasis demandan al gobierno mexicano reformar, son quienes menos desean que algo se transforme. Para ellos, la posibilidad de modificar o inventar está fuera de un escenario realista. Copiar, imitar o parodiar es mucho más barato y por lo tanto más rentable.
(RVR) Bajo esta premisa, parecería que, a nivel país, se reproduce el modelo de aquellos personajes que encontrábamos en el ámbito laboral cotidiano. Eran quienes todo el tiempo andaban de prisa y agitados por los pasillos como si el tiempo les apremiara y estuvieran “cocinando” la fórmula para resolver todos los problemas. En realidad, nada les urgía y poco podían ofrecer para contribuir, simplemente corrían para aparentar apresuramiento, pero a la hora de demandarles resultados concretos, ni los entregaban, ni aportaban novedades que pudieran mover el estado de cosas imperante, de suceder esto hubiera quedado exhibida su ineficiencia e ineficacia.
(SECP) Eso que dices, lo podríamos extrapolar al comportamiento de quienes dominan los diversos sectores de la economía. Ellos son quienes controlan la oferta de bienes y servicios y en ese contexto someten el comportamiento de la demanda. Esto significa que cualquier oferta tiene que ser aceptada por el consumidor al no tener otras opciones. La inmovilidad social o económica es lo ideal para preservar este sistema cuasi monopólico. La imposibilidad de acceder a estratos superiores de ingreso, de moverse fuera de las cajas sociales en donde se nació, impiden la existencia y el desarrollo de una cultura de la transformación, inhibiendo el deseo de modificar el estado de cosas y por consiguiente los grupos económicos que controlar el mercado pueden conservar su punto de equilibrio de máxima utilidad sin necesidad de hacer cambios.
(RVR) Lo que describes poco se menciona, pero es un hecho que se ha agudizado a partir de los años noventa. Ahora nadie quiere recordar que tras de la instauración del modelo implantado por el estadista Elías Calles Campuzano, en México, se dio la movilidad social a partir del trabajo y el estudio. Fueron los años en que existían expectativas de que era posible ascender en la escalera social y la pobreza se abatió. Hoy, cuando nos venden el cuento de que la democracia brilla en México, la movilidad social se ha detenido y las opciones son restringidas. Ahora nos dicen no saber cómo romper el círculo perverso de la pobreza. Si se pusieran a estudiar y analizar la historia, encontrarían una respuesta para adecuarla a los tiempos actuales. Sin embargo, esto implicaría un ejercicio intelectual para el cual no fueron programados, a ellos les dijeron que el mercado todo lo puede [o bien, como sucede actualmente, que asignando dadivas la pobreza se evapora]. Y así, ante la imposibilidad de obtener resultados, las opciones son pocas.
(SECP) En este contexto, las opciones para los mexicanos se reducen a tres alternativas. Una es emigrar a otros países que les brinden las oportunidades que no encuentran en su lugar de origen. Otra es conformarse y buscar en el espacio limitado existente tratar de aprovechar lo que magramente les ofrece la sociedad. O bien pueden incorporarse a la economía informal y en ella luchar por la supervivencia.
(RVR) A esto que mencionas, le agregaría la situación de un grupo específico. A partir del desgobierno de los Infaustos, I y II, una gran cantidad de profesionales jóvenes, y otros ya no tanto, eligieron irse de nuestro país para estudiar posgrados y/o trabajar en el extranjero y, ante el estado de cosas, allá se quedaron. Unos, a la inversa de sus ancestros, se fueron a Europa. Otros, cruzaron hacia el norte y prefirieron enfrentar luchas en donde no se perdona ser extranjero y poseer capacidades intelectuales muy por encima de la media.
(SECP) Retornando a las reformas, hemos dejado de lado un elemento que influye tanto en su implantación como en las posibilidades de que sean exitosas., el bombardeo publicitario al que se somete a la población sobre lo que significa ser triunfante o trascendente en la vida, algo que implica obtener el máximo de dinero sin importar la forma en que se consiga. En ese mismo contexto van los esfuerzos por uniformar quitándole al individuo cualquier grado de espontaneidad, lo importante es proveer un disfraz de racionalidad para que el sujeto objetivo, se convenza de que al final sus deseos y sus acciones tienen una razón de ser y por lo tanto están justificadas y deben ser satisfechas. Se aprovecha la aspiración de ser alguien, de ser único, de obtener el triunfo, de ser aceptado y de lograr un ingreso alto. Esto es tomado por los controladores para primero unificar y uniformar, para después manipular, produciendo lo que algunos estudiosos llaman tendencias y otras influencias, que al final van conformando la identidad generacional, que no es más que una mezcla de una sucesión de hechos que tienen una mayor permanencia en la conciencia colectiva, englobados en un lapso dado.
(RVR) Esto que comentas implica que de no darse una transformación de la sociedad en general de nada valdrá reforma alguna. El problema va más allá de una simple modificación en las disposiciones legales o administrativas. Para que dichos cambios funcionen en la realidad es necesario que haya una variación radical en las actitudes y el comportamiento actual de todos los actores en la economía y aquí es en donde se enfrenta el verdadero problema. En como romper esa uniformidad radica el reto y es el verdadero obstáculo al que se enfrentan quienes realmente buscan darle una sacudida a este país que hace diecinueve años [ esto lo escribimos en 2013] estaba listo para que se implantaran los cambios reales, pero… hoy seguimos esperando que por fin sea posible realizarlos. Sin embargo, como lo mencionamos en el titular de este dialogo, hay quienes desean el cambio para que nada se modifique, ya que si se da una transformación real ellos no podrán continuar, como lo indicas líneas arriba, operando en el punto de equilibrio que les reditúa el máximo de utilidades y su condición dominante se alterará.
Esas eran las reflexiones que Sergio Enrique Castro Peña y este escribidor realizábamos hace una docena de años. Aun cuando no lo mencionamos en los diálogos, ambos estábamos plenamente conscientes, desde el año 2000, de lo que habría de acontecerle a este país en el caso de que, algún día, se instalara al frente del gobierno de la república aquel quien años después se convertiría en Infausto IV. Tras siete años de su reinado, ambos nos lamentamos de haber tenido la razón. Todo va de mal en peor, excepto para unos cuantos. Eso de que disminuyó la pobreza no resiste ningún análisis serio, simplemente se tomaron medidas paliativas para mitigar el hambre vía un incremento artificial de los salarios mínimos e instituir el pobretismo como política de gobierno, ambas cosas la inflación real se las come en un dos por tres. Asimismo, no se observa que se haya vuelto a echar andar la escalera social, no vemos que la educación pública alcance un nivel mejor, ni los sistemas de salud pública provean los servicios requeridos, ni las instancias judiciales sean más efectivas, ni existen más empleos productivos, hoy en la economía informal se ocupa el 60 por ciento de la fuerza laboral. Ni se han realizado cambios estructurales en la economía, los oligopolios/monopolios operan bajo las mismas premisas de siempre, no hay condiciones para ver un crecimiento real de la inversión productiva en el campo, las manufacturas, y en el desarrollo tecnológico, la demanda continúa deprimida, la imagen de México ante el extranjero es muy poco respetada y nuestra relación con el socio económico-comercial más importante está sostenida con alfileres sujeta a la voluntad del vecino. En síntesis, la economía mexicana está sumida en una recesión, aun cuando la oculten detrás de la magia de las cifras que los otrora respetados BANXICO e INEGI emiten al gusto del cliente.
Originalmente todas las reflexiones presentadas en esta y las dos colaboraciones anteriores fueron diálogos de fines de semana de hace muchos años y, desafortunadamente, la situación no solamente no ha cambiado, sino que ha empeorado y las expectativas para el futuro son tan brillantes como una noche sin luna en la mitad de la nada. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (25.51.181) ¿Alguna duda de que la Plaza de la Constitución en la CDMX posee una elasticidad singular que le permite expandirse y contraerse según sera el evento de que se trate? En caso de que una organización distinta al oficialismo se manifieste, con el fin de evitarles la pena, los magos del oficialismo la hacen más pequeña para de que los convocantes no se sientan mal que solamente un par de decenas de miles de personas asistieron. Sin embargo, cuando el acto es realizado por los integrantes del oficialismo, la capacidad del sitio se expande hasta el punto de poder albergar, según las cifras que ellos proporcionan, a 600 mil personas. Quien nos iba a decir que la $-T resultaría la heredera de la magia del chorrito de Cri Cri.
Añadido (25.51.182) En Australia, a partir del 10 de diciembre, se decretó que los menores de 16 años no pueden tener acceso a las plataformas de Facebook, Instagram, Kick, Reddit, Snapchat, Threads, TikTok, Twitch, X (antes Twitter) y YouTube. Si estas no cumplen con las medidas, podrían hacerse acreedores a multas de hasta el equivalente de 32 millones de dólares estadunidenses. A muchos podrá no gustarles la disposición, pero quienes hemos observado lo que sucede en México y los EUA con los chamacos carentes de cualquier capacidad de análisis y convertidos en analfabetas funcionales aplastateclas, estimamos que medidas como esas son correctas.
Añadido (25.51.183) En lugar de disgustarse con el presidente Trump, los europeos deberían de ir al sótano y sacar el retrato que ahí esconden. Al observarlo, cuál Dorian Gray, habrán de percatarse como lucen realmente en estos días.
Añadido (25.51.184) Las actitudes delincuenciales de la ‘izquierda’, en todo el mundo, hacen honor a aquella frase de “atascate pa’ lo hondo”, misma que allá por el pueblo mencionaba un político del ayer cuando veía que alguien realizaba acciones como las de estos tipejos que no tienen llenadera a la hora de atiborrar sus cuentas bancarias con dinero mal habido.
Añadido (25.51.185) Ya dejen de desperdigar mentiras. Eso de que los hispanos en los EUA viven escondidos es una falsedad. Quienes respetan la ley salen, día con día, a ganarse la vida, algo que no siempre es fácil, ni implica estar exento de enfrentar situaciones poco gratas. Si alguien se oculta o vive con temor es porque no cumple con lo dispuesto en materia migratoria y, aun cuando los políticamente correctos se incomoden, es un transgresor de las leyes expuesto a que las autoridades actúen en consecuencia.
Añadido (25.51.186) Las autoridades mexicanas merecen una felicitación por incrementar los aranceles a toda la basura que se importa de China.




