FRANCISCO RODRÍGUEZ
Creo sinceramente que la experiencia diplomática de Pascual El Nopalito Ortiz Rubio –quien antes de ser el primer Presidente de la Revolución que fracasara fue embajador de México en Alemania y en Brasil– haría imperdonable que hubiera cometido un desliz del tamaño de potencia oriental asiática, dándose ” el taco” de no saludar al Presidente Electo de los Estados Unidos, después del contundente triunfo sobre Donal Trun.
Asimismo, tampoco la Primera Dama de aquél entonces, doña Josefina Ortiz de Ortiz, hubiera tenido la ocurrencia de establecer un contacto inoportuno e inopinado para calmar sus ansias de protagonismo y saludarlo oficialmente como se saluda a El Chómpiras en cualquier barrio de la capital nacional: “Felicidades Biden”.
Como usted y yo lo platicamos hace más de año y medio, las estadísticas confirman a nivel internacional que los destinos de El Nopalito y el “caudillo” están marcados con el sello de la coincidencia. La propia Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, declaró hace unos días que:
“La caída que pronostica la Comisión Económica para América Latina para la economía mexicana en 2020 es la más pronunciada en 88 años, es decir, desde 1932, cuando por el impacto de la gran depresión… de acuerdo con los datos del organismo el ingreso per cápita de los mexicanos habrá acumulado una pérdida de -8.45% y esto implicará un retroceso de once años”.
La mitad de la población, 49.5%, en situación de pobreza: CEPAL
Aún hay más, dijera el clásico de la ” televisión para los jodidos”, pues “según estimaciones del organismo, la pobreza por ingresos en México aumentará en 7.6 puntos este año y llegará a 49.5%, porcentaje similar al de hace dos décadas… en el balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe, la Cepal…
… ubicó a México como uno de los países de la región que mayor contracción tendrá este año como resultado de la pandemia, aunque está muy lejos del -30% que se anticipa para Venezuela. El país de la región que mejor librado saldrá será Paraguay”.
Así que, simulacros de vacunas y de crecimiento aparte, el sexenio resultará un ensayo trágico por todos los errores cometidos antes del desastre sanitario. ¡Ánimo, Tepetitán, aún puedes lograr inscribirte en este mundo inmediatas parejero con Nicolás Maduro! Aunque creo que tampoco Maduro se hubiera permitido la puntada esa de que, para salvar Dos Bocas, hubiera inundado a quinientos mil de sus paisanos.
Siete largas semanas después, el “caudillo” felicitó a Joe Biden
Pero así es México, “magia y encuentro”, decían los payasos de la televisión abierta para mantener sus ratings. Seguimos siendo el país donde nada pasa… hasta que pasa. Así nos lo ha demostrado una condición desastrada a expensas del primer mamarracho que se atraviesa en una esquina. Tenemos el primer lugar en aguante y en miseria, después de la alcanzada aquí con El Nopalito “al frente de los destinos de la Nación”, jejeje.
Aunque después de siete semanas de expectación, el mundo amaneció aliviado porque el “caudillo”, desde Valladolid, respiró hondo, rogando a Trun no enojarse y se enfrentó al teléfono para felicitar a Joe Biden y poner los puntos sobre las íes en migración, intervenciones y desarrollo conjunto. Todo lo que no le reclamó a Trun, se lo exigió de sopetón a Biden.
El sexenio modito Tepetitán, el peor de los últimos dos siglos
¿Dónde estaba el “caudillo” de marras cuando su gobierno le aplaudió a Trun todas sus ofensas contra los migrantes, cuando nos exigió pagar el muro, cuando regaño al de Tepetitán por salirse un milímetro de sus instrucciones? No hago más que utilizar la estructura de sus argumentos contra los conservadores fifís.
El sexenio modito Tepetitán, si es que acaba –recuérdese que el periodo presidencial de El Nopalito no concluyó–, pasará al anaquel de la sorna como el peor de los últimos dos siglos, incluido obviamente los cuatrienios de Santa Anna, el de El Manco González y el de Porfirio Díaz, el que a la distancia parece un gigante. Los grados de miseria y de muerte registrados en dos años hacen que todos aparezcan de gala en los archivos de la Nación.
Y todo por doblegarse ante un estulto del tamaño de Donal Trun. Por imitarlo paso a paso en sus desplantes esquizofrénicos y ramplones, en su obsesión reeleccionista que creyó el de Tepetitán que le caería, igual que la pandemia, “como anillo al dedo”. Buscaba lo mismo, pero con cuentas públicas desastrosas.
Por su desquiciado aferramiento al poder prestado que, ya vimos, no sirve para nada cuando la voluntad del electorado marca un ya basta de tanta estupidez. Cuando el pueblo se decide a regresar a la normalidad común, cuando el pueblo y sus mascotas se cansan de aplaudir como focas. Cuando las falanges de chairos no alcanzan para sustituir la necesidad del colectivo.
Por lo pronto, la Cepal –no sólo los periodistas del rancho grande– es la que insiste en meter a El Nopalito y al “caudillo” en el mismo cajón. Hasta las mismas lápidas podrían servir para dejar a la posteridad la impronta del repudio. México es demasiado grande para ser chupado hasta el huesito en dos años, así sean éstos los más crueles de la historia moderna.
El rollo de la polarización fue invento de Trump; aquí lo copiaron
Con calma podremos darnos cuenta, antes de emitir el voto el primer domingo de junio, que Trun deberá ser juzgado y sentenciado por los entrambuliques de meter las reservas estadunidenses y mexicanas, entre otras, al juego de la bolsa de valores. Allá es un delito de lesa majestad que puede acarrear con las miserias del palacio huehuenche.
Que el rollito mareador de la polarización no lo inventó el de Tepetitán, sino fue copiado del anaranjado republicano. Que nació por el ansia de permanecer eternamente en el poder, que fue producto de un pleito por hacer prevalecer su autoritarismo frente a cualquier Obamacare.
Que el maniqueísmo de blanco y negro sin matiz posible es producto de la falta de conocimientos y la ignorancia para calificar los objetivos de las personas y los conceptos. Que dividir al país entre fanáticos y conservadores forma parte de una idea pequeña y reduccionista de la realidad mexicana.
Que “estás conmigo o estás contra mí” es el alimento primario de una obsesión despótica y discriminatoria del pensamiento humano en grado sumo. Que sólo por eso ninguna estructura política puede permanecer en disonancia con el pueblo.
Que hasta las estructuras de Morena se desmoronan. Monreal lo dijo a David, su hermano, desesperado porque en Zacatecas la gente está despertando del cacicazgo abrupto, y los antiguos militantes de Morena, robados al PRD, ya no quieren jalar con el que cometió el peculado ganadero más grande que se registra en la Sader, antes Sagar.
Amenazan cosas peores; hay que cambiar el panorama electoral
Que ante la línea de Palacio de pretender, sin bases sociales ni políticas, que Morena lleve la bandera de la coalición antinatura con PVEM y PT en los estados que buscan nuevo gobernador, la rebeldía ha florecido al mil y ya no quieren, bueno, ni los consejos orientadores del “caudillito” de guadalajarita, Mario Delgado.
Que después de un desastre como el que padecemos, sólo pueden venir otras calamidades que aún nos amenazan con ser peores… si no cambiamos el panorama electoral de este país.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El Presidente López Obrador fundamentó su decisión de felicitar a Joe Biden hasta después de que quedaran resueltas todas las impugnaciones en territorio estadounidense en la fracción X del artículo 89 de la Constitución federal que establece que la política exterior de México debe guiarse por los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos, así como en la Doctrina Estrada. Impulsada por el entonces canciller Genaro Estrada, durante el gobierno de Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), esta doctrina establece que las autoridades mexicanas deben respetar la autodeterminación de los pueblos. Otra analogía. Otra.
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