Ángel Ganívet, diplomático de alcurnia de lejanas tierras escribió en 1896: ‘’El sentido común es una constitución que rige con mas eficacia que todas las constituciones’’. Hoy en cercanas tierras sabemos que al no existir sentido común, en muchos, no existe una constitución y por ende no existe eficacia en la aplicación de la ley.
Para poder entender o tratar de comprender el actuar de ciertos políticos de esta Cuarta Transformación de la Nación y su forma de pensar y ejercer los destinos de la Patria, tendremos necesariamente que adecuar la antepuesta reflexión y para ello, es indispensable hablar un poco de la Ley. Porque antes de imponer, someter, pisotear, deletrear, exponer, ejecutar o, incluso, eludir la Ley gira la profesión mas sublime de la humanidad: La Abogacía.
La Ley, la Constitución, debería ser materia de estudio de esos ciertos políticos; parte vital de su educación o formación como posibles Siervos de la Nación, para con ello poder gobernar con acierto a la Patria que dicen querer y respetar.
Con el objeto de tratar de ilustrar a esos desadaptados, iletrados y profanos; la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México se ha propuesto referirles que: desde que nos despertamos hasta que nos acostamos, absolutamente todos nuestros actuares están regidos, informados o sancionados por algo que los abogados conocemos como ‘’Derecho’’.
Concretemos el tema.
Para gobernar, ordenar, hablar, decretar, dirigir, regir, administrar, mandar, presidir, regentear, timonear, sugerir, promulgar, proclamar, sancionar, acusar, señalar, disponer, codificar, resolver, legislar, dictar, estatuir, reglamentar, regular y unos larguísimos etcéteras de actos y situaciones el Derecho esta presente. ¿No debería a esos ciertos e identificados políticos enseñárseles o ilustrarlos de todo lo que el Derecho sabe?.
Todos, absolutamente todos los partidos políticos deberían por obligación culturizar en Derecho a sus merolicos, para con ello hacerles saber algo sobre el orden jurídico. Aunque sea en forma muy rudimentaria. Al menos se crearía en ellos una conciencia de que, para estos o aquellos actos, existen leyes que los autorizan o prohíben y que obligan o permiten realizar actos de gobierno de una manera congruente. Con esa enseñanza se evitarían muchas erratas y desatinos que luego resultan ser políticamente insalvables.
Nuestro sistema jurídico Nacional se encuentra regido por un sagrado libro de leyes que se llama Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y esa Constitución no le permite a nadie, ni a políticos ni a gobernantes actuar, como en la actualidad actúan esos merolicos del poder.
Es cuanto
Lic. Alberto Woolrich Ortiz
Presidente de la Academia de Derecho Penal
del Colegio de Abogados de México.