Yo Campesino / ¿Tienen capacidad?
- País y ciudad de México sumidos en caos; confunden represión con orden
Miguel A. Rocha Valencia
En realidad, que preparación académica o administrativa tienen quienes gobiernan el país y la Ciudad de México. Si planteamos eso, podremos explicarnos que confundan orden con represión, así como el por qué el la nación y su capital están de cabeza.
Sabremos que el país y la ciudad son “gobernados” no conforme a la ley sino por los fundamentos del activismo y liderazgos sociales, por cierto, muy limitados de quienes por la vía electoral y uno que otro fraude o violación a la norma vigente en esos tiempos, lograron escalar el poder.
Podríamos retroceder hasta el fundador de ese galimatías llamad 4T, quien, sin los entorchados académicos o experiencia en la administración pública, se trepó en la Presidencia con mentiras, demagogia, activismo y desde luego, ayudado por un gobierno que con todas sus corruptelas deseaba pasar impune. NO olvidemos que incluso en Estados Unidos el señor Trump aprobó la candidatura a sabiendas de que con el más ignorante e impreparado, podría manejar mejor las cosas desde su despacho.
Y así lo hizo: el profeta cuatrotero, fue una marioneta que al primer chiflido se empinó y puso un ejército al servicio del gobierno estadunidense para cuidarle la frontera y cedió en todo lo que desearon en torno al T-MEC.
Como marca el librito de la historia, Estados Unidos ayudó a encumbrar al más ignorante e impreparado. A ello, dicen quienes saben de análisis de coyuntura ayudaron los grupos criminales y los grandes dueños de dinero que estuvieron prontos a “prestarle” todo el dinero necesario para sostener “su movimiento” y cobrar en ambos casos, fuertes dividendos.
Así fue y eso explica la enanez no sólo de las sucesoras, que vienen a ser hijas del activismo y la lealtad a toda prueba, tanto como para aceptar ser dueñas del título y el espacio, pero no ejercer el poder ni menos poner orden en un México donde la fuerza de los cárteles se mantiene firme; la violencia se expresa con toda su crudeza con asesinatos de alto y bajo impacto dentro de la misma ciudad capital.
Porque incluso por las declaraciones y prioridades expresadas por las titulares del poder Ejecutivo federal y local, se logra establecer que “sus administraciones” responden más a cuestiones ideológicas que legales por eso país y capital están como están.
En el primer caso, la deuda que no se iba a contraer ya se volvió histórica y en las actuales condiciones del país, no es pagable en el corto plazo y los intereses serán juna carga criminal para quien siga en el poder, porque estos de cuarta no la van a pagar. Para cuando este sexenio termine si bien nos va, estaremos endeudados con el equivalente al 56 por ciento del PIB y con pagos por intereses cercanos al billón y medio de pesos.
Claro eso no lo puede valorar alguien egresado del Che Guevara ni con un doctorado para implementar comales calentados con leña. Menos aún alguien a quien se le cuestiona la licenciatura en economía de la UAM, pero ambas coinciden en su gran desarrollo como activistas, lejos del orden y las leyes establecidas, cualquiera, hasta los bodrios creados por la 4T.
Administrativamente su cortedad es aún mayor si se toma que crecieron sometidas por un profeta ignorante, convenenciero, mentiroso y demagogo que bajo la premisa “al pueblo al que decirle lo que quiere oír”, se trepó en un discurso anticorrupción que ni él mismo se creyó, pero donde los medios le ayudaron a replicar o descubrir.
Así, convencidas por inducción o aceptación simple, las damas que nos gobiernan lo hacen en base al evangelio según el ganso de Macuspana, donde la ley no es ley si no les es útil para sus fines; de ahí lo de abrazos y no balazos donde se renunció a la responsabilidad –aun constitucional- de poner orden, aplicar la norma y castigar al mano en tanto se protegen los intereses de las mayorías incluso las que no votan.
Pero en vez de eso en el evangelio cuatrotero se descalifica a la mayoría de los mexicanos; para ese mandamiento el pueblo que no la sociedad, son su feligresía, que puede llegar a los 35 millones de agradecidos o a los nueve millones de movilizados para votar en una elección fraudulenta.
Los demás son casi traidores a la patria y merecen ser exhibidos en las mañaneras como neoliberales, ambiciosos y hasta cuidadores de privilegios inexistentes o efectivos como estudiar y tratar de superarse; a esos les denominan aspiracionistas como si fuera una clase despreciable, tal vez porque son jóvenes que sueñan con una mejor vida.
Total, que el modelito se replica luego de años de mentiras, demagogia y fracasos tan evidentes como un aeropuertito que nos dañó y quitó sueños y años de desarrollo, refinerías que operan a un alto costo y sin retribuir a la hacienda o un trenecito que ni a los militares les reporta dividendos y hay que estarlos manteniendo. Puros negociotes que no benefician ni al pueblo ni a la hacienda pública, pero sirven para enriquecer a unos cuantos familiares, amigos y militares.
Ni hablar de los cerca de 215 mil asesinatos, los 130 mil desaparecidos ni muchos menos del desorden que se ve por todo el país, donde auspiciados por un gobierno que imparte impunidad, cada quien hace lo que quiere, incluso desde luego, violentar la ley y los reglamentos, al fin y al cabo, la 4T no acepta “provocaciones” ni es represora.
Pero olvida en ese discurso demagogo que tras esas decisiones estamos millones de mexicanos que debemos soportar la violencia, la ausencia de oportunidades, la pérdida de empleos, inversión y hasta miles de horas perdidas por plantones, bloqueos y cortes a circulación de parte de grupúsculos filiales a morena, cuyo sello, es sinónimo de inmunidad para hacer desmanes, de ahí, del desorden vienen y así seguirán porque para ellos es violentar la ley, sino “lucha social”.
Esa “lucha social” que detiene a un par de reactores para Pemex por más de 14 mil millones de pesos en municipios mexiquenses, maestros que dejan sin clase a ocho millones de chamacos, los más pobres e ignorantes.
A lo mejor antes con los neoliberales había de todo eso, pero existía algo que se llamaba clase; nunca vi un México gobernado por sujetos tan corrientes, impreparados y con tan poca presencia personal, mucho menos tan cobardes y tan rateros, al menos lo disfrazaban hoy atracan con todo cinismo y les vale., aunque se les vea el cobre de muertos de hambre a muchos de ellos.