Yo Campesino / Ganso sin remedio
• Para el mesías, quien estudia es gángster, más si son abogados o egresados del extranjero
Miguel A. Rocha Valencia
De plano el mesías tropical que desgobierna al país, no tiene remedio, todos los días nos muestra sus rincones oscuros de amargura, frustración, venganza e ignorancia y manifiesta sus complejos y rechazo contra todo lo que no es él y lo supera en conocimientos, inteligencia y personalidad.
Transformado como está en un agitador social, el ganso de Macuspana se revuelca todas las mañanas en el fango de inmundicia que le rodea, y se expresa de los “otros” como delincuentes, gángsters. No hay matices, todos corruptos y complotan en su contra.
Pero los peores en esa canasta de corrupción, son los abogados con más de 10 años de experiencia y quienes egresan de alguna de las universidades de prestigio del extranjero, concretamente Harvard, donde sólo aprenden a robar o servir al que hurta quedándose con las migajas que le comparten. Y dice que esos profesionales son racistas, discriminan y se sirven del pueblo.
Aquí debe subrayarse no sólo lo que dice, sino la forma en que lo dice el profeta pues en su decir se nota el rencor a hacia “esa clase” que se prepara y destaca, que gracias a su esfuerzo, una beca o la oportunidad, logra alcanzar mejores niveles de preparación académica. Para el peje los únicos doctorados válidos son los que premian la ignorancia, incapacidad o los corcholatazos de institutos y academias “Vázquez”.
Por eso en su entorno acepta a puros mediocres, cualquiera de su gabinete actual apenas alcanzaría el nivel de director en alguna otra administración, quienes tenían cierta estatura profesional, ya le renunciaron y se quedó con sujetos de la estatura mediocre de López-Gatell, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle o Arturo Herrera, que ante su propia pequeñez, son incapaces de decir no a su patrón.
Es decir que para el profeta de la 4T, ignorancia e impreparación son los mejores atributos para pertenecer a sus legiones, porque en ellos encuentra la obediencia ciega que exige y además, la dependencia al “hueso” que les entrega.
Eso quisiera también para el pueblo, mediocre y dependiente de la dádiva, que no sea “aspiracionista” como las clases medias que buscan sobresalir, crecer, mejorar en todos sentidos y no ser dependientes de dádivas disfrazadas de programas sociales clientelares que recuerden siempre quién es el benefactor al cual deben cuidar y procurar su permanencia en el poder.
Por eso, entre más pobres mejor así no podrán elegir mejores escuelas, menos pensar en acudir a una institución de prestigio internacional. Ahora se explica por qué el gobierno de la 4T elimina las becas de Conacyt y reparte el presupuesto entre “los cuates”, que si muestran incapacidad e ignorancia, son los mejores candidatos a recibir dinero.
Queda claro entonces que los programas clientelares del caudillo de Tepetitán, no tienen como fin mejorar las condiciones de vida de las personas de las ciudades, ni menos aún los niveles de productividad del campo, donde preferiría que se llegara apenas a la subsistencia para hacerlos más dependientes. Sembrando Vida entonces, sirve para socializar la miseria y hacer más dependientes a los habitantes de las zonas rurales del país, no para estimular su desarrollo. El paternalismo vil que criticamos en los años setentas.
Y no lo hace el Ganso por simple intuición sino por sus propias frustraciones, su vida académica así lo refleja, casi el triple de años para terminar una licenciatura, con un inglés que en su boca no existe como tampoco el análisis científico y formal se le da en el cerebro.
Pareciera una revancha matutina contra todo aquello que él mismo fue incapaz de hacer en su vida y no por falta de oportunidades sino por su veta de autoritarismo sumado a su incapacidad intelectual y desde luego, vocación de agitador social que resultó para él, la mejor “profesión” porque esa no necesita escuela ni universidad.