Claudia Rodríguez
Cuánto desprecio hacia la caravana de miles de hondureños que decidieron abandonar su país, huyendo de quienes los gobiernan, así como de quienes intentan gobernarlos; de la precaria situación de vida que saben no tendrá ningún impacto ni con nuevas reglas políticas. Ya están ciertos los migrantes que su situación económica, de opresión y degradante, no cambiará porque para ellos viene más de lo mismo.
Se dice rápido “la caravana de migrantes hondureños” pero está compuesta de hombres y mujeres jóvenes y de mediana edad, pero también de niños y ancianos, que tienen un objetivo claro: llegar a como dé lugar a los Estados Unidos.
Su estadía en México, es para la gran mayoría un mero trámite del que saben es igual de peligroso –o más en su condición de migrantes–, que sus propios países de origen.
Sí hay quienes con fines políticos alentaron a los centroamericanos migrantes a esta travesía dolorosa en la que pueden perder todo, que significa lo poco que tienen; encontraron sin duda, el caldo de cultivo perfecto originado por Gobiernos nacionales omisos y corruptos.
Hay quienes creen además que miles de ellos se quedarán en México en la fórmula conducente de que restarán trabajos a los mexicanos.
¿Acaso no se han percatado de los tercios o cuarteros de migrantes que se apuestas en los cruces de avenidas y que parecen se multiplican con la única oportunidad de extender una gorra o un bote porque a muchos mexicanos les da “asco” tocarlos?”.
Los gobiernos de las entidades en nuestro país no les han ofrecido nada. Aquí en México contrario a lo que muchos piensan, encontrarán más miseria. Pero lo que sí es inhumano es que en nuestra condición de civiles, no les tendamos la mano de vez en vez con alguna ayuda. Quienes les ofrecen agua, comida, un pan, un poco de dinero; no tenemos ninguna intención policía ni nos pagan nada por eso, sólo es dar por compartir.
Se equivocan pues, quienes creen que hay una verticalidad absoluta sobre la salida de los hondureños en miles de su país, obedeciendo a un engaño político detrás de esto. No; lo cierto es que las carencias de ellos son grandes y abismales de zanjar.
No sólo Honduras o Estados Unidos están en aprietos; lo estamos todos. La miseria, el poder concentrado en unos cuantos y los locos e ignorantes políticos sin una gota de piedad, abundan.
Resolver la crisis de las migraciones hacia el norte, no es asunto fácil, porque han sido décadas de olvido y abuso.
Que los Gobiernos hagan su tarea. A nosotros para con ellos, no nos queda más que ayudar en la medida de nuestras posibilidades.
¿Nos duele el maltrato a nuestros connacionales pero no el de los centroamericanos perpetrados incluso por mexicanos?
Acta Divina… ”No habrá respuesta hostil a caravana“; Alfonso Navarrete Prida, secretario de Gobernación.
Para advertir… Esta nueva crisis humanitaria es responsabilidad de Gobiernos irresponsables, no sólo en Centroamérica. Con discursos y fórmulas demagógicas, no se arregla nada. Hay que enfrentar el evento.
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