Por Arturo Sandoval
Cuando un padre es a toda madre, tiene características primordialmente de solidario. No grita a sus hijas ni hijos; les puede llamar fuerte la atención, pero jamás, jamás los golpea ni los ofende.
Si son bebés, también cambia pañales, los baña, les da la mamila tibia y las papillas con muuucha paciencia. Trata de no desesperarse cuando se despiertan cada tres horas con un grito estremecedor. Y… juega, juega, platica, brinca, baila, se ríe y canta con sus amores de bebés. No se cansa de abrazarlos, de besarlos, de decirles a diario lo mucho que las o los ama. Hacerse cosquillas, caminar descalzos en el parque, corretear burbujas de jabón, lanzarse las palomitas, dejarse pintarrajear la cara con labial, todo esto es… obligatorio.
Más a toda madre, si su ejemplo es respetar a los demás; sin discriminar, sin machismos, sin racismos hacia nadie, pero a nadie. Si trata con todo el respeto y amor a la mamá de sus hijas e hijos. Si divide las tareas del hogar de forma equitativa. Si respeta el género con que nacieron sus hijas e hijos para ayudarlos a exigir dignidad a quién quiera ofenderlos.
No debe ser un padre tóxico con tendencia a meterse en la intimidad y deseos de sus hijas e hijos; nunca violar el espacio vital de ellas, de ellos y de sus círculos de amistad. La regla de oro es sólo escuchar, no opinar a menos que te lo pidan. No hay, no existe privilegio tan grande y que nos haga ser muy felices, como ser padre.
Ser padre, puede no ser fácil o muy complicado; pero lo más fácil, es ser un padre a toda madre.
Este domingo 16 de junio ¡Feliz día del padre 2024 colegas!