Francisco Gómez Maza
Hace unos minutos subí a las networks uno de esos breves párrafos que yo llamo Axiomas. Axioma, digo yo, no se si lo aprueben los demás, y menos la Santísima Madre Academia, que vale un comino, pero yo sí, es “una verdad muy evidente que no necesita demostración”.
Y es que el presidente de la república metió a los mexicanos en un verdadero brete, sin importarle sus necesidades individuales y familiares, que ciertamente no sol las de él y menos las de su familia.
Querer ser profeta en tierra de indios puede hacer que se disparen los tiros por la culata. Resulta que el buen señor prohibió que los demás servidores del gobierno que no de la comunidad, ganen más que lo que gana él con su investidura de presidente, de Tlatoani, de cacique, de sabelotodo, de sólo mis chicharrones truenan.
Si es verdad que él gana 108 pesos mensuales brutos, nadie ni el más sabio que él, ni el más experimentado que él, debe ganar arriba de los 107,000.99 pesos y no tiene derecho a nada más, que se rasque con sus uñas, aunque trabaje 20 horas diarias y se joda los sábados y domingos y nunca vea a su familia.
Qué fácil es ser demagogo jodiendo a los demás. Porque él no gana 108 mil pesos mensuales. Él es un prolífico escritor que recibe pingües regalías por sus libros. Así que no venga con hipocresías. Pero en la administración pública hay verdaderos genios que no merecen ese trato indigno y cuyas necesidades económicas individuales y familiares rebasan con infinitas creces a las del presidente.
Terrible injusticia que está cometiendo Andrés Manuel atando a la gente a la medida de él. Esa no es la razonable medianía que casi todos los días proclama. Él no tiene medianía. Se ve. Pero mete a todos en el mismo costal. A ingenieros petroleros, que son genios; a los ingenieros químicos, que le resuelven cualquier ecuación, hasta un problema filosófico. A un catedrático de la Universidad Nacional, que por cierto sólo ganan un sueldito miserable mientras los dirigentes se despachan con la cuchara grande.
Y el problema humano no se resuelve haciendo a todos pobres, sino con en el socialismo verdadero, exigiendo de cada quien según su capacidad y dando a cada quien según su necesidad. Ojalá lo lea, presidente. Y no cometa tonterías.
Además, presidente, nadie, ni siquiera el presidente, es medida de nadie. El presidente es un empleado más al que le paga su salario la gente que paga sus impuestos. Pero hay otros, con mejores habilitades que él, que pueden ganar más que él.
Este es el axioma que publiqué en las Networks:
NUNCA LO OLVIDEN: Nadie puede constituirse en medida de los demás, menos un Presidente de la República. Éste es sólo un empleado al que le paga la gente para que la sirva. Pero eso de que nadie puede ganar más que él es una falacia… Recuerden: De cada quien, según su capacidad. A cada quien según su necesidad.
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