Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
En la jornada del 15 al 16 de junio de 2020, México ocupó el cuarto lugar mundial de la cifra de decesos del día, después de la India, Brasil y Estados Unidos, los cuales reportaron dos mil 6 defunciones; mil 338 y 849 fallecimientos respectivamente. México tuvo en el mismo periodo 439 defunciones.
Esta es la fotografía de un solo día y considera a 215 países. Con esa cifra México rompió la marca de 18 mil defunciones, o para ser exactos 18 mil 19 muertos. En el mismo lapso, a nivel mundial la pandemia superó por mucho los 8 millones de víctimas fatales, con mayor exactitud, se registraron 8 millones 251 mil 224 pérdidas humanas.
Las cifras son del medidor mundial de Covid 19, cuyo nombre original en inglés es “Worldometer COVID-19 Data”, las cuáles generalmente se adelantan unas 20 horas a las que proporciona el doctor Hugo López Gatell, en su conferencia diaria de las siete de la noche, tiempo central de México.
Estos números son los que utilizan como fuente la Universidad Johns Hopkins y algunos de los más importantes medios de información del planeta, entre los que se cuentan la “BBC’’ y el “Financial Times”, de Gran Bretaña,” así como “The New York Times”.
En la conferencia de prensa el subsecretario de salud Hugo López Gatell, fue cuestionado en dos ocasiones respecto al retraso en la información que se proporciona, y si esto afecta el color del semáforo que marca la intensidad de actividades que se pueden realizar en las ciudades. La primera vez fue cuestionado por el representante de un medio informativo de la Universidad Nacional Autónoma de México; la segunda por la reportera de un medio extranjero. Ante la insistencia s explicó que a nivel mundial existe la convención de no tomar en cuenta los últimos nueve días, pues es el tiempo que se considera prudente para confirmar la información y cotejar datos.
No respondió a la pregunta que se le formuló respecto a la presencia de médicos cubanos en Veracruz y la Ciudad de México, argumentó que esto era responsabilidad de los gobiernos estatales y habló de varias entidades al azar de la República Mexicana.
Lo cierto es que este diarista puede confirmar que son precisamente las dos entidades que requirieron la presencia de los médicos contratados en la Isla. A la Ciudad de México llegaron en aviones de la Fuerza Aérea Mexicana y al Estado de Veracruz por mar.
Le preguntaron también al doctor López Gatell, respecto a que los médicos cubanos realizaban su trabajo en condiciones de esclavitud. No respondió tampoco a esta cuestión y tuvo toda la razón de no hacerlo ya que la noticia provenía de un medio de cubanos disidentes y por lo tanto cargada de mala intención.
El hecho real, y ya lo hemos comentado en días anteriores es que el Gobierno Cubano ha invertido en la formación de médicos como casi ningún otro país del mundo. Los datos más recientes que encontramos, corresponden a 2007, pero resultan muy representativos.
La Isla tenía entonces 59 médicos por cada 10 mil habitantes; más del doble que Estados Unidos, donde la proporción era de 26 galenos por 10 mil habitantes.
La simetría en Grecia es de 50, en Suiza de 40 y en Suecia, igual que en Corea del Norte, de 33, siempre en relación a 10 mil habitantes.
En México habría 20 médicos por cada 10 mil habitantes. La Organización Mundial de la Salud asegura que el mínimo debería ser de 23. En condiciones normales habría ya un déficit, por supuesto con la pandemia son necesarios muchos más.
Es cierto pues que el gobierno de Cuba se queda con casi el 80 por ciento de lo que se les paga a los médicos extranjeros. Es una de las formas que ha tenido este país del Caribe para obtener recursos financieros ante el bloqueo de Estados Unidos y sin duda es legítima.
De eso a decir que es una brigada “humanitaria”, hay una enorme diferencia. Es una decisión económica, repetimos, legítima. Son famosos en el mundo tratamientos cubanos contra el cáncer con veneno de escorpión azul, y su medicina alternativa con Ozono, que entre otras cosas se aplica para disminuir el dolor de los enfermos con tumores, para aliviar los síntomas del asma, combatir gérmenes, desinflamar y oxigenar tejidos.
Recordemos que uno de los principales síntomas de este virus es la inflamación.
Lo malo es que con los 3 mil dólares que se le pagan a Cuba por cada médico (y de los cuales ellos se quedan apenas con unos 600 dólares) no sepamos qué es lo que están haciendo por los contagiados por COVID-19, ni siquiera si están atendiendo a enfermos de otros padecimientos o a víctimas de accidentes, que forman gran parte de los pacientes que llegan al hospital de Xoco.
Pero eso, como insistía un viejo comercial, es motivo de otra historia.