A dos meses de que a los partidos políticos les pasó un tsunami que los dejó, a más de uno, prácticamente en la lona, las dirigencias partidistas siguen sin entender que fue lo que pasó, mientras los analistas políticos insisten en que esas organizaciones deben servir como contrapeso sobre todo ahora que Morena tiene un poder con el que puede avasallar como lo hizo el PRI en el siglo pasado.
¿Contrapeso o aliados? es la pregunta que yo me hago, porque en la historia moderna del país hemos visto que más que realizar un contrapeso para evitar las decisiones autoritarias, los partidos han servido de aliados del gobierno en turno. En el caso de México, lo mismo fue con los priistas que con los panistas. Ningún contrapeso, sólo han servido para legitimar las decisiones que salían de Los Pinos.
Un ejemplo de contrapeso es el que ejerce en Estados Unidos el Partido Demócrata que gracias a sus firmes posturas en las cámaras de aquel país, han evitado que las locuras del presiente Donald Trump le hagan más daño a los estadounidenses y al resto del mundo.
En México yo recuerdo a Diego Fernández de Cevallos como coordinador de los diputados panistas en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, el “Jefe Diego”, que tenía bajo su mando a una bancada capaz de hacer un real contrapeso al gobierno del priista, pero prefirió aliarse y legitimar la consolidación del neoliberalismo.
Con Felipe Calderón en la presidencia, el sonorense Manlio Fabio Beltrones fue un aliado que permitió que el michoacano hiciera locuras como inventar esa guerra en contra del narcotráfico de la que se siguen contando todavía los muertos. Beltrones y su partido, nunca hicieron nada por decirle a Calderón que no era por ahí, que debía establecerse otra estrategia en contra de la violencia.
Otro caso fue el de Ricardo Anaya, un aliado de Beltrones en el primer trienio del sexenio de Enrique Peña Nieto quien ayudó a sacar adelante las reformas que nos impuso el mexiquense. Después se convirtió un crítico del gobierno para ganar la candidatura panista con los resultados que usted ya conoce.
En el PRI doña Claudia Ruíz Massieu no sabe ni lo que tiene en las manos, en el PAN el choque entre los anayistas que quieren seguir detentando la dirigencia del blanquiazul y las corrientes tradicionales no augura una recomposición que lo ponga en una posición de contrarrestar acciones de gobierno que vayan en contra de los intereses populares y en el PRD todavía no se dan cuenta que ya están muertos. ¡Lo que nos espera!
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Marcelo Ebrard el nuevo canciller que, ya pasó, aunque muy poco tiempo por la Secretaría de Relaciones Exteriores tendrá que entender que urge un cambio en la política exterior mexicana que en el siglo pasado se ejerció con liderazgo gracias a grandes diplomáticos que pasaron por la Torre de Tlatelolco, la entonces sede de la SRE. De risa esa declaración de Napoleón, “Napito” Gómez Urrutia quien dice que viene para apoyar en la lucha contra la corrupción. Pocos lo saben pero al final del sexenio de Carlos Salinas de Gortari, Pedro Aspe lo quiso meter a la cárcel, pero se topó con el padrino del “Minero”, Fidel Velázquez quien le pidió a Salinas que lo perdonara. El delito de “Napito” robarse una buena cantidad de monedas que luego se llevó a Nueva York, de la Casa de Moneda que entonces dirigía.
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@HctorMoctezuma1