Hay que advertir que es el sistema de partidos de México o la “partidocracia a la mexicana”, la que al final se erige como dueña o no de los distintos municipios del país.
Resulta que ahora desde el poder nos han señalado y advertido tajantes desde hace más de seis años, que el “talón de Aquiles” de la violencia y la inseguridad en nuestro país, se debe a la corrupción de las policías municipales y no a quienes las imponen y/o contratan.
Hay que advertir la importancia de la naturaleza social y política del municipio mexicano que es la base en la que las comunidades se expresan y tienen el derecho de regular su autogobierno.
El municipio, históricamente es de los ciudadanos. No de los partidos. Sin investigación teórica alguna de por medio, hace tres décadas era fácil destacar y señalar sin recibir refutación alguna, la importancia del trabajo del policía de barrio al interior de nuestras colonias, comunidades.
Hoy, la policía que en teoría debe estar al tanto de la tranquilidad de los mexicanos en las calles y en sus centros de trabajo, de estudio y de comerciales; es la misma que produce más intranquilidad. Pero no por el hecho de que su labor o su naturaleza sea criminal, sino porque quienes las comandan les permiten la corrupción.
¿Y quienes dirigen a las policías? ¿Cuál es el origen de los jefes policiacos? Pocos de estos pueden presumir ningún antecedente político, adosado de carrera partidista.
No debe ser aceptable tomar como chivos expiatorios de la violencia que se ha desatado en el país y de a ruptura social y política de nuestras comunidades, a quienes en grupo están designados para cuidarlas y que se mantenga el orden constitucional.
Quienes han labrado a pulso la disolución social, son los partidos políticos y su ambición de detentar el poder en cada rincón del país a como dé lugar, incluso pactando de antemano con el crimen organizado; antes de ganarlo con elecciones amañadas o no.
Lo que ha colapsado la seguridad en Michoacán, Guerrero, Jalisco, Tamaulipas y en muchas más comunidades en el territorio nacional es la “partidocracia a la mexicana”. Las policías municipales y la propia célula política del municipio, han sido además de manipulados, vapuleados. En otras palabras: Son los partidos políticos –esos a quienes les damos poder en las urnas–, los mismos que actúan en contra de nosotros.
Acta Divina… El 19 de octubre, Monte Alejandro Rubido, comisionado Nacional de Seguridad, anunció que la Policía Federal y el Ejército tomaron el control de la seguridad en Iguala, Cocula, Apaxtla, Arcelia, Buenavista de Cuéllar, Coyuca de Catalán, General Canuto Neri, Ixtateopan de Cuauhtémoc, Pungarabato, Pilcaya, San Miguel Totolapan, Taxco de Alarcón, Teloloapan y Tlapehuala; todos municipios de Guerrero, así como en Ixtapan de la Sal, en el Estado de México.
Para advertir… ¿En dónde hay más vándalos? ¿En las calles o en el ámbito institucional?
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Claudia los partidos, los narcopoliticos o los narcopartidos porque es lo que tenemos, son los que prohijan todo este estado de violencia.