Claudia Rodríguez
Los obstáculos que Ricardo Anaya candidato de la coalición Por México al Frente ha encontrado en su camino con candidato presidencial, muestran la disyuntiva real que tiene el presidente Peña enfrente respecto al ganador de la elección: AMLO o Meade.
Cualquiera pensaría que de no tener oportunidad José Antonio Meade candidato de Peña de conseguir por votos o calificaciones de autoridades electorales y más, la Presidencia de México 2018-2024; se inclinaría más hacia la derecha, pues ahí el Revolucionario Institucional ha encontrado con quienes realizar amarres y pactos en lo oscurito y a la luz para lograr mantener sus intereses económicos particulares por sexenios. Pero hacer pactos con la izquierda para que llegue hasta la misma silla de Palacio Nacional, eso suena inconexo, casi irreal.
El hostigamiento en tiempos electorales que ha recibido Anaya, al acusarlo mediáticamente de lavado de dinero y la Procuraduría General de la República (PGR) respaldar el juego del poder sin acusarlo procedimentalmente –hasta ahora–, ha llevado al propio Ricardo Anaya a señalar que de llegar a la Presidencia, pondría en práctica el llamado a cuentas incluso del mismo Peña Nieto por temas de corrupción y hasta omisión.
Esta declaración velada, no sería está tan lejana de llevarse a cabo en México cuanto el hartazgo por causas de corrupción ha logrado que Guatemala, Costa Rica, Panamá, Argentina, Brasil y Perú enjuicien a sus propios mandatarios.
Ricardo Ayana por ahora, con todo y el acoso institucional, no ha logrado posicionarse como una gran víctima del sistema, pero de conseguirlo, las instituciones “a la mexicana” podrían iniciar a sentir serios tremores de terror.
Por otra parte, el candidato de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, ha señalado que estaría dispuesto a “perdonar” a Peña Nieto y al mismo Salinas de Gortari, a quienes ha llamado una y otra vez como parte de, “la mafia del poder”.
José Antonio Meade, por su parte, con todo y sus discursos extremos entre defender a Peña o lograr la rendición de cuentas de los presidentes de México, no logra permear entre el electorado por una principal razón: es elegido de Peña Nieto y represente la corrupción e impunidad más vigorosa de los priistas.
La verdadera disyuntiva de Peña es inclinar la balanza entre Meade y López Obrador.
Acta Divina… El aspirante presidencial de Morena, Andrés Manuel López Obrador se dijo dispuesto a “perdonar” y a fumar ‘la pipa de la paz’ con el expresidente Carlos Salinas de Gortari y el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, así como a empresarios a quienes ha acusado de pertenecer a “la mafia del poder” en México
Para advertir… ¿Apurará a Peña Nieto un verdadero pacto con Morena?
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