Muelle 1
Carlos Alberto Duayhe
Las próximas elecciones en México traerán cambios sustantivos en el ejercicio del poder, desde luego el caso del ejecutivo en la República de primera relevancia, en un juego que se da inevitablemente entre las expectativas y la realidad.
Expectativas válidas de quienes contienden en este proceso y ofrecen toda clase de compromisos ante la realidad presente y que intentan persuadir, convencer, cautivar, entre calificaciones y de descalificaciones de toda índole ante los potenciales votantes.
La panista Xóchitl Gálvez Ruiz ha centrado sus discursos últimos en el tema real de la inseguridad prevaleciente en el país y que sin duda alguna afecta la credibilidad de muchas personas hacia los logros del actual gobierno, sea el fenómeno herencia y también presencia cotidiana, lo que no se puede ocultar.
Por eso ha hecho sus propuestas de un fortalecimiento de la Guardia Nacional y recuperar las policías estatales y municipales con mejores condiciones de capacitación, ingresos y compromisos con la sociedad a la que se deben, de paso regresar al ejército a sus tareas centrales desde los cuarteles.
A su vez Claudia Sheimbaun Pardo, de Morena, ha tenido que enfrentar esta realidad agobiante de violencia que se registra en muchas partes del territorio en medio de una enorme campaña masiva en redes relativa a que se vive en un narcoestado y que hay riesgos en el proceso electoral que está en movimiento.
Y no le desasisten razones para descalificar a quienes exaltan con más dichos que pruebas que ha habido dinero y acuerdos con el narco para el ejercicio político, pero ni ella ni el mandatario Andrés Manuel López Obrador han logrado equilibrar esa campaña.
Por su parte Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, anda por las mismas: nada que no se diga o haya dicho. Centra su perspectiva en eficientar policías y las fiscalías federal y estatal, una reforma al poder judicial y también regresar a los militares a sus funciones básicas.
Ahora lo relevante es conocer propuestas novedosas y efectivas ante la delincuencia organizada y la desorganizada, mucho que ver sí un cambio sustantivo en las policías y las fiscalías, en los juzgados cierto, pero lo más intenso es educación y todo tipo de campañas preventivas, el compromiso que es urgente ante tal desequilibro, cierto, social que originan.
Pendientes, para dar y regalar pues para las nuevas clases políticas.
Sin ir muy lejos, de nuevo seguridad, educación, salud, medio ambiente, protección a la naturaleza, migrantes nacionales y extranjeros; mucha responsabilidad recae en la federación, más en las entidades y municipios en donde vaya que se cuecen habas.
Atraques:
1. El viernes anterior fue el Día Internacional de la Mujer y vaya que en México los cambios son permanentes. Mucho por avanzar aún, sí; inercias culturales ancestrales, dominación anacrónica, también. Muchas mujeres, dice una feminista, aún creen que sin la presencia de un hombre poco son, lo cual es, hay absolutos, falso. Falta pues desde la infancia, impulsar el respeto entre todos. En tanto, enhorabuena. Así que la llamada agenda de las mujeres, la agenda feminista también, máxima atención y responsabilidades.
2. Es cierto que en los juzgados muchas veces los asuntos duermen lo que se llama el sueño de los ¿justos? O de los injustos. Se dan casos en que los querellantes hasta son llevados al panteón o ahora a las urnas decorativas eso sí ya ni a esperar ni a olvidar. Y eso que hay jurisprudencias que permiten tomar decisiones rápidas. De Baja California a Yucatán, además, circula el efectivo para que los expedientes pasen buenas temporadas debajo de otros casos urgentes.
3. Hay poca agua por el estiaje en puerta. Ya anuncian en la Ciudad de México tandeos y el uso intensivo de cisternas quienes las tienen. Y en el interior del país ni qué decir, lo mismo, lo que sí faltan son más campañas públicas respecto al cuidado y uso adecuado de este recurso que es la vida y de lo más importante de la vida.