La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Influencer mata póker de columnistas
En las elecciones de 2018 para elegir al gobernador de Veracruz, si hubo un candidato que cosechó elogios periodísticos a mansalva fue José Francisco Yunes Zorrilla, sin embargo, terminó en el tercer lugar de la contienda con una abismal distancia con el ganador.
Era frecuente leer en una variopinto de columnas: Pepe, el caballero de la política, un amigo generoso y mejor hijo, padre y esposo de excepción. Pepe es el más preparado, amigo de Meade y Videgaray, tiene experiencia hacendaria, es honesto y un largo etcétera.
No hay duda de que el peroteño es un hombre de modales refinados, pero, lo que debería ser una virtud se convirtió en un estereotipo: abusa de la solemnidad y eso transmite.
Ahora, en busca acceder a una diputación federal, el señor Yunes repite la misma estrategia, sin entender que lo que requiere hacer es convencer al electorado sin acudir a la fallida porra, el exceso de elogios genera el efecto contrario, fastidia.
Con un claro empoderamiento de las redes sociales, todos los aspirantes a un puesto de elección popular deben tener preciso, que un manejo profesional de sus perfiles les permite tener acceso a un importante segmento de los ciudadanos en su versión de cibernautas. En este sentido, la interacción en tiempo real, sin intermediarios, es fundamental.
Para coadyuvar en el éxito electoral, la clave es el domino de las nuevas tecnologías de la información, los mensajes a través de la columna política son útiles, pero cuando ya se rindió protesta, antes no tiene sentido, los hechos lo demuestran.