FRANCISCO RODRÍGUEZ
No hay necesidad alguna de que se armen tongos sobre atentados prefabricados, de que se recuerden los reportajes de Anabel Hernández sobre los multimillonarios negocios de El Mayo Zambada con los gerifaltes de la Cuatrotera, o cuatrera, según guste, de que aparezcan indignados artículos del General de División en retiro Sergio Polito sobre la dignidad herida del Ejército, producto de la convención del gobierno con los grupos delincuenciales del trasiego.
No hay ya necesidad alguna de que se evidencie el feroz recrudecimiento de las incursiones legales contra los miembros del Cartel Jalisco Nueva Generación, mientras a El Chapito Ovidio, del Cartel de Sinaloa y a sus secuaces se les colma de blindajes, protección y apapachos. Es demasiado estando tan derruidas las protecciones hacia los desempleados y pymes del país.
No hay necesidad alguna de que se monte en el back stage, el escenario del mandatario enfurecido contra la delincuencia, si todo mundo intuye que sólo se hace para que el mandarín mexicano llegue al jardín trasero de la Casa Blanca con ropaje de defensor de los derechos civiles y humanos de la colectividad.
EU no ha demostrado ser dueño de los terrenos que nos arrebató
Argumentos para ser esgrimidos ante el supremo de capa caída sobran. Cada vez que está a punto de ocurrir una visita de este tipo, los aguafiestas de este país se ven forzados a recordar los procesos dolorosos de un arrebato de conquista que nos llevó a perder más de la mitad de nuestro territorio a manos de los yanquis.
Y aunque parezca descabellado el argumento, la Historia es madre y maestra, y el Derecho siempre aparece como el mago oportuno para develar las triquiñuelas que nos han traído hasta aquí, pero que ningún mandatario se ha arriesgado a reclamar ante sus majestades del norte. No sólo es cosa de estilos, también lo es, sobre todo, de dignidad nacional.
Porque, para todos los efectos, Estados Unidos jamás ha demostrado ser propietario soberano de los inmensos territorios arrancados por guerra de conquista a México, porque simple y sencillamente un acto ilegal e ilícito como ése jamás puede ser fuente originaria de Derecho.
Migrantes, con una conciencia nacionalista que aquí pocos tienen
Las organizaciones de mexicanos desplazados al norte del Río Bravo, –ésas que ansía para su coleto el Partido Republicano–, con una conciencia nacionalista que aquí pocos tienen, siempre han exigido que se reconozca, constitucionalmente y en los términos del actual derecho internacional público, la pertenencia a México de todos los territorios ocupados injustamente por los Estados Unidos.
Así como han expresado que defenderán fervientemente, conforme al principio de libre determinación de los pueblos, el derecho de los mexicanos a habitar la totalidad del país dentro de sus fronteras históricas, tal y como eran reconocidas al momento de nuestra independencia, ha dicho el Frente Nacionalista de Migrantes.
Estamos gobernados por un grupito de ignorantes e insensibles
En una expresión inobjetable, el profesor de Ciencia Política en Texas, José Ángel Gutiérrez, dijo: “No emigramos ni llegamos aquí violentamente. Los Estados Unidos llegaron a nosotros en sucesivas oleadas de invasiones. Somos un pueblo cautivo, un pueblo de rehenes…
… si nos llaman radicales, subversivos o separatistas, ése es su problema. Esta es nuestra casa y nuestra patria. Tenemos todo el derecho a ella. Somos los anfitriones, los demás son los invitados… desafortunadamente estamos gobernados por un grupito de ignorantes e insensibles. Jamás les alcanzará el cerebrito para entender una coma”.
Peña y Peña vendió medio país a Polk por 15 millones de dólares
Los derechos históricos de México sobre los territorios arrebatados vía la fuerza y la invasión por los Estados Unidos son imprescriptibles. El derecho internacional considera exigibles para la soberanía nacional los actuales estados de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma, desde Florida hasta Canadá, por violaciones al tratado de San Ildefonso.
Asimismo, reconoce como exigibles los estados de Texas, Nuevo México, Arizona, California, Nevada y Utah, que comprenden el territorio despojado en 1848 por el Tratado Guadalupe Hidalgo, desgraciadamente firmado a cambio de 15 millones de dólares entregados al impostor presidente Manuel Peña y Peña….
… dinero entregado por el felón presidente gabacho James K. Polk, mil veces desautorizado por el negociador de esos tratos, Nicholas Trist, quien argumentó: ” la guerra es injusta, es un abuso de poder por nuestra parte”.
John Adams: Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses
Los odios antinmigrantes, antiislámicos, las balandronadas supremacistas y nazis de las que hace gala Donald Trump, sólo pintan a un ignorante enfermo que no conoce ni la jota de su propia historia. Aún más: ignora que el cincuenta por ciento de científicos, filósofos, y técnicos de Estados Unidos es migrante.
Ignora que los Estados Unidos crearon un modelo de expansión territorial, económica y militar, que lo ubica en la historia de la humanidad como una potencia ensangrentada, que creció geográfica y económicamente a partir de la debilidad de México y de territorios arrebatados con una saña inaudita, superior a la ejercida contra cualquier otro país.
El tratado de San Ildefonso fue ejecutado por el expansionista John Adams, quinto presidente de Estados Unidos, aquél que eternizó la frase que después repetirían todos los de su claque: nosotros no tenemos amigos, tenemos intereses.
No prescriben nuestros derechos para reclamar la tierra arrebatada
El tiempo y el Derecho han demostrado que los congresistas mexicanos que ratificaron los tratados violaron el Acta Constitutiva de 1824, la Constitución federal del mismo año, el Acta Constitutiva y las Reformas Centralistas de 1847. Es decir, todo.
Violaron los principios generalmente aceptados por la humanidad de todos los tiempos consistente en que, para ser válida una negociación, debe haber: libertad en la voluntad de las partes negociadoras, que el objeto de la negociación sea lícito, tener la capacidad las partes para firmar la negociación.
Y conclusivamente, si alguno de esos requisitos falla, sostienen todos los estudiosos y expertos en todas latitudes, se cae en la nulidad absoluta y en la no prescripción para reclamar el asunto cuando las condiciones convengan al reclamante. Así como suena.
Encuentro con Trump, un acto genuflexo por parte de López Obrador
Así que ¿para qué tanta faramalla queriéndose disfrazar de vengador?
Este es un argumento del mayor tamaño, quizá no para ser expuesto en un acto genuflexo como el que veremos, sino cuando las condiciones así lo dispongan, cuando tengamos al frente del país a algo más que un farsante.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En la primera “mañanera” de la semana, AMLO puso sus cartas en la mesa del tratado con Estados Unidos y Canadá asegurando que será clave para la pronta recuperación económica en México: se tendrá mayor inversión extranjera, se crearán más empleos y habrá bienestar, aunque dejó en claro que el país ya tocó fondo y está emergiendo, “habrá crecimiento.” Afirmó que la buena relación con Donald Trump permitirá que le pida que no se suspendan las visas de trabajo temporales para los mexicanos a fin de que no se afecten las remesas para el país, las cuales han crecido en relación con el año anterior. Aceptó que, aunque este viaje es meramente por el tratado, puede que se tome de fin electoral para Estados Unidos “pero esa no es la intención de México.” Volvió asegurar que viajará en vuelo comercial y que se ajustará a todas las medidas que marque el protocolo, incluida la prueba del covid-19.
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