Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
Por muy fuerte la presión que se generé en los paros del personal del Poder Judicial, difícilmente cambiará la historia que trazó el Presidente López Obrador para impulsar esa reforma, es decir, se votará el dictamen antes del 30 de agosto y se aprobará en el Pleno en septiembre en la nueva Legislatura.
El propio líder del Senado, Ricardo Monreal y de la Cámara de Diputados, Ignacio Mier dejaron más que claro que no hay vuelta atrás, que simplemente ellos, en el Congreso no trabajan por presiones para dar vuelta a esa reforma que salió del que manda en Palacio Nacional.
Y que esperan se apruebe en septiembre, el mismo mes que todavía estará al frente López Obrador pues su mandato terminará el 30 de ese mes y el compromiso es que se vaya con la aprobación de sus 20 reformas, entre ellas la del Poder Judicial.
En Morena saben qué en la Cámara de Diputados, en la nueva legislatura que arranca el 1 de septiembre gozan de los dos tercios para aprobar lo que les de la gana.
El próximo coordinador de esa bancada morenista, junto con sus aliados, Ricardo Monreal, simplemente no tendrá el menor esfuerzo para que pase todo lo de esta administración y la entrante con Claudia Sheinbaum requieran.
El único problema que se puede generar, será cuando lleguen al Senado de la República, pues Morena y aliados les faltan tres senadores para los dos tercios reglamentarios, y con esa base tendrán que hacer un esfuerzo de comprar conciencias, el partido naranja de Dante Delgado esta en la mira para la compra-venta de esos votos, obviamente al precio que sea.
Hay tres votos desbalagados de senadores, dos del PRD que llegarán sin dueño (su partido perdió el registro) y uno más de Manlio Fabio Beltrones que no será aceptado en la bancada del PRI. Morena anda midiendo el terreno, pero no será una tarea fácil, porque si los convence (pueden integrarse disfrazados como Partido Verde) puede generar una incertidumbre al mercado de inversiones y empresarial para ahuyentar sus dineros, pues México se convertiría en poder de un solo hombre o mujer sin contrapeso alguno, una mala señal para el mundo.
Bueno, para conseguir los votos, el que tendrá que lidiar será el próximo líder de la Cámara Alta, Adán Augusto, una tarea que será la antesala de lo que se vivirá en los tres años de esta Legislatura, si ceden los votos, se eliminará, en automático la oposición.
Por eso las movilizaciones de los trabajadores del Poder Judicial, si bien son de máxima presión, difícilmente los voltearán a ver, vaya, no prosperará, su única oportunidad para evitar que se apruebe, es que los opositores le nieguen esos votos a Morena y sus aliados, para evitar que puedan consolidar ese capricho de represalia del que manda en Palacio Nacional.
López Obrador, si bien minimiza ese movimiento, en el fondo sabe que es preocupante, dicen los que saben que ojalá no se le salga de las manos, porque será, sin duda una bomba de tiempo para la entrante, Claudia Sheinbaum. Las movilizaciones se pueden convertir en un problema más que social.
Los jueces, magistrados y ministros, así como los trabajadores que, en su mayoría aspiran llegar a esos cargos en su carrera judicial, saben que cuentan al 100 por ciento con el apoyo de los priistas cuyo compromiso de defensa lo hizo públicamente su líder nacional, Alejandro Moreno “Alito”, pero se requiere que se pronuncien también el PAN, de Marko Cortés y el partido naranja de Dante Delgado para afianzar, de lo contrario hay riesgos de perder.
Jachavez77@yahoo.com