Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
La ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación acudió al World Law Congress 2023, que se efectuó en Nueva York, para sostener lo que difícilmente se atrevería a plantear en México, porque allá puede tener más aliados y seguidores, a saber: “Lamentablemente, la experiencia de la región, en relación con la merma de la independencia judicial como una de las vías para debilitar la división de poderes en nuestras democracias constitucionales, enciende focos rojos. La historia se repite y con ello la idea de que los tribunales constitucionales se reduzcan a replicar la voluntad de los gobernantes, bajo las reglas únicamente de las mayorías”.
Difícilmente en los enfoques elitistas de Norma Lucía Piña, como corresponde a un producto del mismo corte, puede tener cabida la noción de las mayorías que es la esencia misma del poder democrático, porque para la togada los poderes judiciales deben conducirse en estricto apego al derecho y “mantener un acercamiento con las personas –que no es sinónimo de mayorías nacionales–, lo cual es la única manera que tienen para defender su independencia en la arena política, un campo en el que la judicatura no puede intervenir”.
Explicó Piña Hernández en un discurso con errores de lectura, lo cual puede implicar que no lo redactó y no se tomó la molestia de revisarlo: “…en gran parte del mundo, surgen voces y movimientos que intentan poner en entredicho la legitimidad de la función judicial. Pretenden mermar, a veces de forma sutil, otras de forma directa, la independencia de los poderes judiciales”.
Por lo visto fue a la Ciudad de Nueva York en busca de aliados para fortalecer su muy criticado liderazgo judicial, mismo que no logró reunir a más de 6 000 ciudadanos, según cifras oficiales, encabezados por Margarita Zavala y José Ángel Gurría en la marcha de “¡La Corte no se toca!”, pero un centenar de sus partidarios la emprendieron a golpes contra el plantón ubicado afuera de la sede de la SCJN y destruyeron las cruces en memoria de los niños muertos en la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora.
Por otra parte, la legitimidad es un término que define la cualidad de ser conforme a un mandato legal, a la justicia, a la razón o a cualquier otro mandato cierto. El proceso mediante el cual una persona obtiene legitimidad se denomina legitimación. Y nadie la pone en entredicho por proponer que los ministros, magistrados y jueces sean expresión de la voluntad ciudadana, como sucede en Estados Unidos y otros países y no de acuerdos cupulares entre políticos y la plutocracia mexicana. Como es el caso de Norma Lucía que obtuvo la más baja calificación en la evaluación que hizo el Senado para nombrarla ministra.
Y de su encumbramiento mejor no hablar porque estuvo saturado de interferencias externas como las del grupo Letras Libres, la Rectoría de la Universidad Nacional… Y la ministra Yasmín Esquivel Mossa fue objeto de una campaña de linchamiento orquestada por la dictadura mediática. Ah, pero la señora tiene el cinismo de advertir, “La historia no miente: el discurso de odio, los argumentos sin razón, las constantes críticas, la adjetivización y descalificación del quehacer de las juezas y jueces nunca han sido buenos consejeros”.
La preocupación de la ministra Norma Lucía Piña Hernández porque los tribunales no se rijan por las reglas de las mayorías es un lapsus, un exabrupto autoritario. Evidencia que la función del Poder Judicial consiste en poner obstáculos al ejercicio de la democracia para beneficiar a las minorías. Tal teorización embona con el rosario de resoluciones judiciales cuyos beneficiarios son una fracción de la sociedad. Se trata de capos de bandas delictivas, de delincuentes de cuello blanco y de grupos empresariales que por décadas emplearon su posición para perpetrar todo tipo de tropelías y que ejercieron un control ilegítimo sobre México.
Acuse de recibo
Reaparece el especialista Eduardo Guerrero para postular ante los intelectuales orgánicos Federico Reyes Heroles y Carlos Elizondo Mayer-Serra, en ADN 40, que ve a México, en materia de inseguridad pública, “hundido en arenas movedizas”. Es el mismo que bajo el gobierno de Enrique Peña observaba los avances en seguridad durante 2012-15 con un optimismo subrayado, lo superaba Miguel Osorio Chong, secretario de Gobernación y por ello jefe de la Policía Federal, quien consideraba “históricos” los índices delincuenciales a la baja y sin precedente en la “historia de la humanidad”. El maestro Eduardo no se atrevió a contradecirlo cuando apareció el primer trimestre de retroceso, sólo alcanzó a decir a Leo Zuckermann en Foro de Televisa, “se confiaron, esperemos que pronto recuperemos la normalidad”… La mañana del pasado 20 de julio, falleció Herbert Blanchard Jr., a los 54 de edad, en Houma, Luisiana, Estados Unidos. Herbert es el segundo hijo de la querida Yolanda Ibarra Aguirre. Mi más sentido y cariñoso pésame para Robert Tamayo, Tracey y Dwyne Chiasson.
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