Eduardo Sadot
Esta fue una de las consignas que gritaron los estudiantes de derecho de la UNAM en la manifestación que realizaron en apoyo al poder judicial en contra de las reformas propuestas por el jefe del ejecutivo.
El presidente el mismo jueves declaró – como lo ha hecho refiriéndose a los ingenieros petroleros y al mismo cargo que ocupa como presidente que no se requiere de gran ciencia, en su afán por desarticular las propuestas y repitiendo su estilo de gobernar con la compra y el chantaje ha declarado a los trabajadores que sus derechos están a salvo, pensando que con eso desarticulaba el movimiento que se opone a las reformas que ha propuesto con la orden a la cámara de diputados que no le cambien ni una coma, pero los trabajadores no se tragaron el engaño y se han mantenido fieles a sus convicciones y a la responsabilidad que significa prepararse para ser jueces, una consigna que dijeron los secretarios en el ángel de la independencia que se repitió en le marcha universitaria fue “para juzgar hay que estudiar” entre otras muchas que reflejan una comunidad universitaria de derecho, estudiosa y comprometida con las más nobles causas sociales del país, vale recordar que en su afán de venganza contra el poder judicial porque le frenó sus ambiciones y su talante autoritario es que creyó que diciendo que podrían ser jueces los jóvenes terminando su carrera, con el falaz argumento de que los profesionales del poder judicial con el paso de los años se pervierten – por algo lo dirá proyectándose – porque dice que mientras más jóvenes serán más honestos – por qué lo dirá – él mismo, lo debe saber bien en su caso por la edad, pues tampoco los jóvenes mordieron el anzuelo, antes por el contrario a pesar de haberles dicho que terminando la carrera podrían ser jueces, magistrados o ministros reconocieron su compromiso con la excelencia y preparación, también se escuchó “juez elegido, juez corrompido”. Una arenga que arranco risas y el sentido del humor universitario que en una parte de la marcha detenidos frente a un bar, los estudiantes gritaron “borracho consciente se une al contingente” arrancando las risas donde hubo de todo, y abundaron los goyas.
Hoy en nada se puede engañar a los jóvenes, a pesar de la compra de los abuelitos con 3 mil pesos al mes, los nietos saben que eso no les garantiza trabajo ni posibilidades de éxito, saben la importancia de estudiar y no corromperse y no dejarse engañar con espejitos como a los viejitos.
La reforma propuesta no es producto de una sesuda reflexión y de un diagnóstico – es más me atrevería a pensar que ni siquiera conoce la palabra diagnóstico – palabra indispensable para la implementar cualquier cambio o proyecto, así lo hizo con al cierre del NAIM, así con el tren maya y con la refinería de dos bocas, no hay diagnóstico, ni estudios previos, bueno ni estudios de impacto ambiental, las cosas se han manejado en éste sexenio a base de ocurrencias, corazonadas, resentimientos, venganzas y caprichos y la desarticulación de los organismos autónomos y ahora al poder judicial, no puede ser otra puntada febril.
Llama la atención de estudiantes de ciencias políticas o acaso no estudian derecho ni teoría del estado para ignorar las teorías de la división de poderes y su importancia.
En ésta primera manifestación estuvieron estudiantes de otras escuelas de derecho y también de otras facultades, lo que les une es el sentido crítico y su capacidad de análisis científico, la próxima seguramente contará con la participación de otras ramas de estudio de la UNAM y de las escuelas fuera de la UNAM, donde se imparte la carrera de Derecho, quizá tampoco hubo más participación debido a que – admitámoslo – estudiar derecho no es tan fácil como creen más entre quienes se tardaron quince años en terminar una carrera y se fueron a extraordinario en 16 de 39 materias.
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